El fraude profesional o premeditado al seguro siguió creciendo en 2018 y representó casi un 48 % del total detectado frente al 41 % del año anterior, según los datos del VI Mapa AXA del Fraude en España.

Según ha explicado el director de Fraude y Recobros de AXA, Philippe de Mingo, defraudar al seguro "no es una cuestión de picaresca", sino "un delito" que puede acarrear penas de cárcel, aunque ha destacado que la tasa de fraude nacional, aunque haya crecido ligeramente, sólo representa un 1,88 % de los siniestros.

Según el estudio, la aseguradora detectó el año pasado 22.500 siniestros fraudulentos, un 12,5 % más que en 2017, y gracias a ello, AXA logró evitar el pago de 66,2 millones de euros en indemnizaciones en todos los ramos en los que opera -vida y no vida, particulares y empresas-, un 5,5 % más.

Si se extrapola esta cifra al conjunto del mercado, ha añadido De Mingo, el sector habría evitado pagar unos 1.000 millones de euros, una cuantía "muy significativa".

El estudio muestra por primera vez conclusiones de género, que demuestran que los hombres defraudan más que las mujeres, sobre todo en Autos, donde concentran un 75 % de los casos.

Autos siguió siendo el ramo con mayor porcentaje de fraudes, casi el 50 % del total, aunque esta cifra no ha dejado de bajar desde 2012, y lo ha hecho de forma más significativa en este último ejercicio, ya que ha pasado del 61 % de 2017 al 49 % de 2018.

Por el contrario, en el ramo de multirriesgos, que incluye hogar, comercios, oficinas y comunidades, el porcentaje creció casi diez puntos, hasta el 40 %, impulsado por el ramo de hogar.

En cuanto a la naturaleza del fraude, es decir, si afecta a daños materiales o intenta obtener indemnizaciones fingiendo daños corporales, estos últimos cayeron en diez puntos, hasta el 17 % del total y el importe defraudado fueron 9.000 euros de media frente a los 17.000 euros del año anterior.

Según ha explicado De Mingo, la razón de este descenso habría que buscarla en la reforma del baremo que establece las indemnizaciones para estos casos y es más exigente, lo que puede desincentivar algunos intentos, así como en la reforma del Código Penal, que despenalizó las faltas en los accidentes de tráfico con lesiones leves.

Por comunidades autónomas, las mayores tasas de fraude se encontraron el año pasado en Cantabria, con un 3 %, seguido de La Rioja, con un 2,94 % y de Galicia, con un 2,52 %.