La primera de las subestaciones construidas por Tecade, de unas 2.300 toneladas, saliendo del Puerto de Sevilla.

La primera de las subestaciones construidas por Tecade, de unas 2.300 toneladas, saliendo del Puerto de Sevilla. Cedida.

Observatorio de la Energía

La eólica marina de EEUU da el salto definitivo desde Sevilla: pasa de comprar piezas a subestaciones enteras

Tecade termina dos de las tres subestaciones del proyecto Coastal Virginia Offshore Wind, valorado en 2.000 millones de dólares.

25 mayo, 2024 02:25

De construir componentes a levantar subestaciones eléctricas enteras. Es el salto que se está produciendo en Sevilla al calor del desarrollo de la eólica marina estadounidense, cuyas demandas están generando hitos en la industria metalmecánica de la ciudad. El último, construir y enviar una subestación de 2.300 toneladas a la costa de Virginia.

Es un proyecto que firma Tecade, una empresa familiar con casi 40 años de historia que ultima estos días su segunda subestación eléctrica para el parque eólico marino Coastal Virginia Offshore Wind, valorado en 2.000 millones de dólares.

El parque se sitúa a 24 millas náuticas de la costa atlántica estadounidense y está construido y explotado por Dominion Energy, compañía que a su vez ha tirado de UTE y subcontratas para ir conformando las diferentes partes del proyecto, que prevé generar 2,6 gigavatios de energía renovable una vez esté terminada en 2026.

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Se estima que pueda proporcionar energía limpia para abastecer hasta 660.000 hogares con sus 176 turbinas y tres subestaciones, dos de las cuales se han ensamblado en el Puerto de Sevilla, fundamental para que Tecade tuviera espacio para construir, cargar las infraestructuras y tener salida marítima.

Es la solución más conveniente para Dominion Energy, que contrató a la danesa Bladt Industries y ésta, a su vez, firmó con Tecade en noviembre de 2022 el encargo, inédito hasta la fecha para la compañía sevillana, de levantar dos subestaciones. 

Salto del sector

"No es común que una subcontrata pueda realizar una subestación completa. Para nosotros ha sido un reto", remarca a EL ESPAÑOL-Invertia Diego Díez, project manager de la tarea.

Díez, project manager en Tecade, frente a la segunda de las subestaciones.

Díez, project manager en Tecade, frente a la segunda de las subestaciones. Cedida.

Díez habla desde el Muelle de Armamento del puerto, donde supervisa que todo vaya en tiempo y forma para que el 8 de junio zarpe la segunda estructura hacia Dinamarca, donde terminarán la instalación de transformadores, reactores y el conmutador. "Nosotros hacemos la carcasa", resume.

Pero esa carcasa ha supuesto un tremendo salto para la empresa y para el sector en general en Sevilla, que al calor del desarrollo de las renovables se ha especializado en hacer piezas sueltas, pero nunca -hasta ahora- una subestación completa.

En el caso de Tecade, lo sucedido se vislumbra como una nueva vía de futuro. La empresa comenzó realizando puentes metálicos -construyeron el Puente de Champlain, en Montreal y participaron en el Puente de la Constitución de 1812 de Cádiz- y poco a poco ha entrado en el negocio offshore, pero suministrando elementos estructurales, como componentes para jackets, con clientes como Dragados.

Con este encargo, que ha tardado un año y medio en completarse y ha generado 300 puestos de trabajo, se posicionan a nivel internacional como proveedor para proyectos de eólica marina a una envergadura diferente.

Una de las subestaciones construida por Tecade.

Una de las subestaciones construida por Tecade. Cedida.

Nuevos encargos

Son optimistas. El offshore representa ya el 80% del volumen de negocio de la compañía, que ha cerrado 2023 con una facturación de 30 millones de euros. Y quieren que todo siga por ahí.

"Estamos en negociaciones con Bladt, ahora mismo en concreto están intentando asumir proyectos y han dicho que continuarán contando con nosotros", asegura Díez.

Además, la empresa sevillana mantiene actualmente conversaciones con una multinacional para concretar nuevas cargas de trabajo en la línea de negocio de offshore, de nuevo relativas a subestaciones. De cerrar un acuerdo, apuntan, garantizarían trabajo para los dos próximos años y, además, que permitirán mantener la instalación del Muelle de Armamento.

Lo difícil ha sido empezar a andar, resumen. Ahora se trata de repetir lo que ven que funciona: montar previamente las piezas en su factoría de 27.000 metros cuadrados en la localidad sevillana de Los Molares, y pasarlos después al puerto para ensamblar la estructura, mirando a la salida al mar.