Un grupo de viajeros del Imserso.

Un grupo de viajeros del Imserso. Europa Press

Turismo

Aumentan las denuncias contra el Imserso: los jubilados alzan la voz por la calidad de alojamientos y servicios

Crecen las quejas por cambios de hoteles, retrasos en aeropuertos o la mala calidad de los servicios ofrecidos, entre otras razones.

25 mayo, 2024 08:41

Los viajes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), a través de Turismo Social (Avoris), están siendo auténticas pesadillas para los jubilados. De ahí que hayan aumentado sus denuncias ante lo que consideran una menor calidad tanto de los alojamientos como de los servicios ofrecidos.

Una situación que se viene repitiendo a lo largo de este año: largos retrasos en los aeropuertos, hoteles de menor categoría a la contratada, intoxicaciones en los alojamientos, autobuses averiados, falta de información...

Fruto de ello, los jubilados han levantado la voz ante un servicio que consideran ineficiente y que les perjudica. De ahí que estimen que, a pesar del precio competitivo que pagan, no acaban recibiendo un servicio que debería ser el adecuado.

¿Quién se queja más además de los jubilados?

No sólo los jubilados están descontentos con la situación que vive el Imserso. También las agencias de viajes a través de dos de sus asociaciones han dado la voz de alarma: Unav (Unión de Agencias de Viajes) y Fetave (Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas).

Así, y en un escrito conjunto, han subrayado “la disminución de la calidad en los alojamientos y servicios ofrecidos”. También han hecho hincapié en “la notable escasez de plazas” en destinos clave.

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Eso se ha traducido en una reducción de sus ventas y en un “aumento en el nivel de quejas de los usuarios”. Por eso, abogan por una actualización de los pliegos de condiciones. Una labor que debería realizarse consultado a todas las organizaciones representativas del sector.

Cambios que no sólo servirían para resolver este tipo de problemas tan frecuentes, sino también para “restaurar la confianza en el programa” y, de esta manera, “asegurar su continuidad”.

¿Qué denuncias han hecho los jubilados del Imserso?

La lista es larga. Una de las más recientes tuvo lugar en el aeropuerto de Palma de Mallorca, donde el grupo jubilados (192 personas) llegó a las 5:45 horas y no subieron al avión hasta las 20:30 horas. Y, mientras tanto, sus medicamentos en unas maletas que ya habían sido facturadas.

Otro grupo, en este caso de tres personas con discapacidad y dos acompañantes, afirmó que fueron abandonados en la terminal del aeropuerto de Barcelona tras haber recogido sus maletas. El autobús que partió sin ellos no regresó y tuvieron que pagar un taxi de su propio bolsillo. El Imserso no les reembolsó la cantidad.

Personas mayores disfrutando de la playa en un viaje del Imserso

Personas mayores disfrutando de la playa en un viaje del Imserso

El mismo aeropuerto fue una ‘pesadilla’ para otros 40 jubilados que vieron como su vuelo a Asturias se cancelaba. Les trasladaron a un hotel situado a 60 kilómetros de Barcelona, a donde llegaron a las 2 de la mañana. Allí estuvieron todo el día siguiente. Y, un día después, volvieron al aeropuerto para aterrizar en su destino 40 horas después de las inicialmente previstas.

En otro aeropuerto, en este caso el de Lavacolla, dos centenares de jubilados sufrieron un retraso de tres horas. Para colmo de las desdichas, parte de las personas que conformaban este grupo ya había vivido otro similar, en este caso, en el aeródromo de Almería. Entonces, el retraso fue de ocho horas.

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Más allá de los aeropuertos, hay otros lugares en los que los jubilados que viajan con el Imserso se han sentido indefensos. Así sucedió en un hotel de Palma de Mallorca, donde un brote de gastroenteritis afectó a casi medio centenar de personas.

En la misma isla, otro grupo montó una especie de motín al ver cómo le cambiaban el hotel que tenían contratado a última hora. Y es que pasaban de uno de cuatro estrellas a otro de tres. Por si fuera poco, también se les quiso cambiar de localidad.

A todo ello habría que unir autobuses sin baño, el no ofrecerles comida durante las esperas, hoteles sin rampa para discapacitados, o puntos de encuentro mal señalizados.