Manuel García-Castellón, tras su entrevista con EL ESPAÑOL.

Manuel García-Castellón, tras su entrevista con EL ESPAÑOL. David Morales

Tribunales ENTREVISTA

Manuel García-Castellón: "El fiscal general, al negarse a dimitir, está poniendo en solfa todo el sistema político"

"¿Por qué Sánchez insinúa cosas sobre los jueces que, únicamente, llevan a desprestigiar la democracia?".

"Se necesita que alguien llegue y haga un cambio estructural de la Justicia, desde cero. Estas reformas que se anuncian ahora son cosméticas".

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Las claves

Manuel García-Castellón repasa su carrera judicial en su libro "Habla, para que se conozca", destacando casos como el secuestro de Miguel Ángel Blanco y la macrocausa contra Villarejo.

El juez critica la falta de apoyo institucional en casos complejos, señalando que las declaraciones institucionales no tienen efectos prácticos para proteger la independencia judicial.

García-Castellón defiende la necesidad de un cambio estructural en la justicia española y critica la influencia política en instituciones como el Tribunal Constitucional y la Fiscalía.

El juez se muestra crítico con la Ley de Amnistía, argumentando que va en contra de la igualdad ante la ley y perjudica a las víctimas del procés.

Investigó el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, el caso Lezo y Púnica. Interrogó, como testigo, a Adolfo Suárez. Capitaneó las diligencias abiertas por el intento de asesinato de Aznar y la macrocausa contra el excomisario Villarejo.

Hay más: mandó a prisión provisional a Mario Conde cuando el banquero encabezaba la jet set patria. Propuso juzgar al exministro Fernández Díaz por la trama Kitchen. Fue magistrado de enlace en Italia y Francia. Investigó a Carles Puigdemont por terrorismo.

Tomó declaración a El Pollo Carvajal sobre la supuesta financiación ilegal de Podemos. Pidió, sin éxito, al Tribunal Supremo que investigase a Pablo Iglesias.

Todo ello —sí, sí, todo— forma parte de una única biografía: la de Manuel García-Castellón (Valladolid, 1952).

Estos y otros acontecimientos el juez los repasa —y repiensa— en Habla, para que se conozca (Ediciones Deusto), libro que recoge reflexiones, anécdotas y deseos tras casi medio siglo como miembro de la Carrera Judicial.

Ya con la toga colgada y jubilado, este testigo privilegiado de la Historia reciente de España —que no se considera como tal— conversa con EL ESPAÑOL sobre la naturaleza humana, que, en el fondo, es de lo que va la Justicia.

El libro de García-Castellón, titulado 'Habla, para que se conozca'.

El libro de García-Castellón, titulado 'Habla, para que se conozca'. David Morales

Los ataques a los jueces. Cada vez son más intensos y vienen desde más arriba: ministros, altos cargos del PSOE y hasta el propio presidente del Gobierno. Usted ya ha sido víctima de eso. Sobre todo, al final de su carrera. ¿Se sintió desprotegido?

Sí. Pero no creo que sea sólo yo. Cualquiera que se meta en berenjenales tendrá poco apoyo. Tendrá poco apoyo por parte de la Fiscalía y por parte del Consejo [General del Poder Judicial]. Y no se debe a que los miembros del CGPJ sean peores o mejores, sino porque no tienen instrumentos suficientes para poder proteger a un juez.

Se limitan a hacer una declaración institucional —instan a tener el "máximo respeto a la independencia judicial"—, pero eso no tiene ningún efecto.

Y, como mucho, puden enviar el escrito del juez que pide amparo a la Fiscalía General, pero sin ninguna consecuencia. Yo he tenido varios asuntos no uno ni dos, sino bastantes en los que, al final, no ha pasado absolutamente nada.

El juez posa tras su entrevista con este periódico.

El juez posa tras su entrevista con este periódico. David Morales

¿Y qué instrumentos son esos que echa en falta?

Instrumentos coercitivos. Por ejemplo, si el Consejo envía, de una forma razonada, a la Fiscalía General un escrito en el que un juez denuncia una serie de hechos, que sea obligatorio que, por parte de la Fiscalía, al menos, se inicie un procedimiento serio de investigación.

Eso sería un aviso a navegantes: el de que hay cosas que no se pueden hacer.

Ya no contamos con el extinto delito de desacato al juez...

Desgraciadamente, no. Desde el año 1995.

¿Lo echa en falta?

Por supuesto. Ahí están las consecuencias, que no afectan sólo a un juez. El problema es el mensaje que esos ataques lanzan al resto de jueces. Sobre todo a los jóvenes.

Es un sutil "cuidadito"...

Exacto. "Cuidadito con a quién investiga usted, no vayan a ser poderes políticos, sociales, económicos...".

¿Y cómo han afectado estos ataques a su vida? Personal y profesionalmente.

Bueno, afectar, afectar... No han afectado mucho, forma parte de la profesión. El mayor problema es para las personas cercanas, pero yo me lo he tomado con mucha calma.

¿No le impedía dormir por las noches?

No.

Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista. David Morales

Pedro Sánchez declaró que hay jueces que se guían por intereses políticos. ¿Tiene algo de razón, por poco que sea, esta afirmación? ¿Hay 'lawfare' en la judicatura española?

Yo he estado [como juez] 46 años y medio. He visto a todos los presidentes del Gobierno [de la Democracia]. Oír estas cosas es absolutamente sorprendente. Desde el Ejecutivo —no ya desde el Ejecutivo, sino el propio presidente—, ¿cómo se puede decir eso?

Si conoce algún asunto en el que sea así, que lo denuncie. Ya lo hizo con el juez Peinado, contra el que se querelló por prevaricación. Y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dijo que no la había.

Por tanto, si te han dicho que no hay nada delictivo, ¿por qué insinúas cosas que, únicamente, llevan a desprestigiar la democracia?

Con esos mensajes, provocas que la gente desconfíe de los jueces y del imperio de la ley. Y el imperio de la ley es el sostén de la democracia.

La democracia se demuestra día a día: si te llaman al Congreso para responder a preguntas de la oposición, tú respondes a las preguntas de la oposición. Y no dices: "Y tú más, y tú más...".

Pero, más allá de ese 'difama, que algo queda', ¿tiene algo de razón? ¿Hay 'lawfare' en la judicatura española?

Es una cosa absurda y ridícula. Por supuesto, habrá algún juez que haya cometido alguna prevaricación...

Alguno hay condenado por ello...

Claro, muy bien. Denúnciese si hay algún caso de prevaricación. Pero en vez de hablar de lawfare, denuncie usted el caso concreto. Pero no extienda usted un manto de sospecha sobre todo el colectivo judicial.

El juez, durante la entrevista, celebrada en la sede del Grupo Planeta.

El juez, durante la entrevista, celebrada en la sede del Grupo Planeta. David Morales

Habla usted en su libro sobre la judicialización de la política y sobre la politización de la Justicia. También, de otros órganos, que creíamos neutrales, independientes, y en los que la política ha metido mano. Quizá, demasiada mano. El CIS, RTVE... ¿El Tribunal Constitucional? ¿Qué está pasando?

Sí, sí, es un todo. Cuando te propones transformar las cosas a peor, pocas instituciones y organismos quedan a salvo. Eso nos está pasando.

¿En la Fiscalía también?

Bueno, el fiscal general va a ser juzgado dentro de unos días. Yo, que le tengo aprecio personal, le considero una gran persona y le conozco desde el hundimiento del Prestige, creo que [García Ortiz] se está equivocando. Creo que está poniendo en solfa el sistema político, el Estado de derecho...

Cualquier otro fiscal en su circunstancia tendría que haber dejado el cargo.

¿Negándose a dimitir pone en solfa el Estado de derecho?

Yo creo que sí.

También está de actualidad, de nuevo, el CGPJ. ¿Debemos cambiar el modelo de elección de los vocales del Consejo?

Sin duda ninguna. Arrastramos el mismo sistema desde el año 1985. El primer Consejo que hubo fue modélico... Lo que pasa es que no deberían meter la mano en la elección [de los vocales] las asociaciones judiciales, que, al final, son sindicatos de intereses.

Y esto no va de los intereses corporativos de los jueces, sino de los más de 6.000 jueces que hay hoy. Y la mayoría no están asociados. Todos ellos, independientemente de que pertenezcan o no a alguna asociación, deberían votar y elegir. Así, no se sabría de dónde provienen los elegidos.

¿Y cómo hacerlo sin canalizarse a través de las asociaciones judiciales?

Coges el listado de jueces. Que les lleguen las papeletas y voten. Como las elecciones generales...  Y ya está.

Manuel García-Castellón, entrevistado por EL ESPAÑOL.

Manuel García-Castellón, entrevistado por EL ESPAÑOL. David Morales

Usted ha sido miembro de la asociación mayoritaria, la APM [Asociación Profesional de la Magistratura]. ¿Se siente cómodo con la etiqueta de juez conservador?

Me da lo mismo. Me da igual. Quien pone esa etiqueta, que responda al respecto. Hay cosas que me gustan de un lado y de otro. Esa etiqueta se pone con afán descalificador.

¿Sólo la de conservador? No percibo ese afán descalificador cuando se habla de un juez progresista...

Ah, no, no. Sólo para conservador.

Usted presentó una cuestión prejudicial ante el TJUE [Tribunal de Justicia de la Unión Europea] contra la Ley de Amnistía. Considera que vulnera el Derecho de la UE. Y no es el único. ¿Confía en que así lo considerará el TJUE?

Confío en que el TJUE tenga en cuenta las directivas europeas sobre terrorismo y, en consecuencia, anule la Ley de Amnistía. No puede decirse que lo que no está en la Constitución Española es porque está permitido.

En noviembre de 1977, en los debates constitucionales, se presentaron dos enmiendas para incluir en la Constitución la amnistía. Y se decidió que no. Se rechazó expresamente.

Además, la amnistía va contra la igualdad ante la ley. En aquellos actos violentos [derivados del procés], hubo mucha gente, miles de personas, perjudicadas.

Con la Ley de Amnistía, esas personas se quedan con una mano delante y otra detrás. Y los que supuestamente cometieron esos delitos se van de rositas. ¿Dónde queda la igualdad de los españoles ante la ley? ¿Y qué mensaje se lanza así al país y al mundo?

El juez conversa con EL ESPAÑOL.

El juez conversa con EL ESPAÑOL. David Morales

Cuando usted instruyó el 'caso Tsunami Democrátic', se le acusó, desde el PSOE y el Gobierno, de jugar al gato y el ratón para tratar de esquivar la Ley de Amnistía. Por ejemplo, cuando optó por investigar el fallecimiento de una persona en El Prat durante los disturbios justo cuando se supo que esto constituía una excepción a aplicar la amnistía.

Yo siempre he tenido la imagen de la Justicia como una mujer con una venda en los ojos. Eso significa que para un juez todos los ciudadanos son iguales. O así debería ser. Esa ha sido mi guía siempre.

Me da igual que haya elecciones, negociaciones políticas... ¿Usted cree que se debe mediatizar la Justicia? [En el caso Tsunami] la Guardia Civil presentó un informe, que yo sabía que llevaban elaborando años, y cuatro días después, puse el auto [en el que se citaba como investigado a Carlos Puigdemont por terrorismo].

¿Qué quiere? Es como si me dicen: "Por favor, no me procese ahora, que me estoy divorciando". La Justicia no funciona a la carta.

No le hablo tanto de cuándo comenzó a investigar a Puigdemont, sino de la investigación del fallecimiento de El Prat. ¿Intentó con ello esquivar la Ley de Amnistía?

No. Yo estaba en una investigación. Y, cuando se concretó, de hecho, pasó al Tribunal Supremo [ya que Puigdemont es eurodiputado y está aforado]. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, la Junta de Fiscales y la Sala Segunda dijeron que esa decisión era correcta.

¿Qué se creen algunos políticos? ¿Que los jueces nos reunimos en una sala secreta y reservada para acordar según qué cosas? Por favor, seamos serios.

Cuando pasó lo del aeropuerto, yo hablé con la hija del fallecido. Me dijo que no volvería a pisar España. O, al menos, Cataluña. Me dijo, en francés: "Me ha quedado grabado, para toda la vida, un recurso imborrable de lo que es el horror".

Interrogó a Adolfo Suárez, mandó a prisión a Mario Conde, investigó el asesinato de Miguel Ángel Blanco... ¿Se considera un testigo privilegiado de la Historia de España?

No soy tan vanidoso (risas). He hecho mi trabajo como usted ejerce el suyo. He visto cosas, sí, como usted ha visto otras...

Las suyas, creo, más interesantes...

Bueno... Piense en su jefe, Pedro J. Ramírez, y todo lo que él ha visto...

Entrevista a García-Castellón, en la sede de Planeta.

Entrevista a García-Castellón, en la sede de Planeta. David Morales

Le preguntaré si él se considera un testigo privilegiado. Creo que dirá que sí.

Lo es...

¿Qué cambiaría de su trayectoria como juez?

Nada. (Duda brevemente) No, nada.

¿Qué ha aprendido del ser humano?

Su gigantesca complejidad. Por eso abogo en el libro por que los jueces de lo Penal reciban formación psicológica. Y que no puedan aprobar el curso en la Escuela Judicial si no la aprueban. Tener en tus manos la libertad de la gente y sus bienes es una responsabilidad inmensa.

García-Castellón conversa con Javier Corbacho, redactor de EL ESPAÑOL.

García-Castellón conversa con Javier Corbacho, redactor de EL ESPAÑOL. David Morales

¿Se jubila usted siendo optimista o pesimista sobre la Justicia?

Bueno... Ni una cosa ni otra. Se necesita que alguien llegue y haga un cambio estructural de la Justicia, desde cero. Estas reformas que se anuncian ahora son cosméticas y no van a ningún lado.

Así se hizo con la Agencia Tributaria: se invirtió un montón de dinero y hoy es modélica en el mundo entero.

A Hacienda no se le pasa un plazo...

(Interrumpe) Ya sé, ya sé por dónde va usted ahora...

Ay, los plazos... Se le pasó, por un día, el plazo para prorrogar la instrucción del 'caso Tsunami', en el que estaba investigado Puigdemont, y se vio obligado a archivarlo. ¿Quién asume el error?

El primero, yo. Yo, soy el juez.

Aquello fue en julio del 2021, aún con la Covid-19, el aislamiento, gente que no iba a su puesto de trabajo... No teníamos personal. Y, sobre todo, Rajoy reformó en 2015 las prórrogas de la instrucción sin poner medios electrónicos para controlar eso.

Cuando tienes cientos de intervenciones telefónicas, sumarios de hasta 300 piezas... ¿Cómo controlar todo? Nadie se dio cuenta del error en el caso Tsunami: ni la Fiscalía, ni la Abogacía...

Hasta que las defensas lo hicieron... ¿Se flagela con aquello? ¿Le quita el sueño?

No. Todos cometemos errores.

García-Castellón posa en la sede de Planeta, grupo al que pertenece Ediciones Deusto.

García-Castellón posa en la sede de Planeta, grupo al que pertenece Ediciones Deusto. David Morales

Las reformas que se vienen: el Gobierno pretende atribuir la instrucción, la investigación de los delitos, a los fiscales. ¿Qué ventajas y riesgos tiene esto?

No se podría haber elegido peor momento para hacerlo: cuando está en solfa, por actuaciones concretas, la imagen de la Fiscalía.

La inmensa mayoría de los fiscales son excelentes profesionales. Me da mucha pena por lo que están pasando. 

De los millones de asuntos [judiciales] que entran en los tribunales, hay cuatro o cinco que son muy muy conflictivos porque tocan a los muy poderosos. En esos casos, cualquier intento de influencia que pueda haber sobre ellos [sobre los fiscales] es maléfica.

Pero, ¿está a favor o en contra de que los fiscales sean los que investiguen los delitos?

Yo no estoy en contra. Sólo digo que es el peor momento para esta reforma. Los fiscales, supongo, llevarán su instrucción como lo hace un juez. Ahora, le digo una cosa: el único al que la Constitución le reconoce garantía de independencia es el juez.

Pasa algo parecido con los jurados: si usted es inocente, prefiere a un juez profesional, ¿no?. El jurado se deja llevar más por sus sentimientos. Pues, ahora pasa algo parecido: la garantía constitucional de independencia sólo la tiene el juez.

¿Deben ser los partidos acusaciones populares?

Es una discusión absurda. Yo he tenido a todos los partidos políticos personados en multitud de causas. El partido que está en el Gobierno ataca al otro y opta por esta prohibición cuando cree que le conviene. Y, luego, pasa al contrario. ¡Oiga, pero si unos y otros han estado toda la vida ejerciendo la acusación popular!

Y, además, se puede prohibir que los partidos sean acusación popular, pero eso no impide que alguien se persone, de forma individual, e informe a un partido o a otro. ¿Eso cómo lo distingues?

Lo que me molesta es que se redacten leyes en función del oportunismo político del momento. Así es imposible ser serio.

Desde ciertos sectores políticos —de izquierdas— se le tacha de juez afín al PP. Para ello, se ha utilizado la grabación de la charla entre Zaplana e Ignacio González, en la que relatan, en 2016, que les convenía que el juez Eloy Velasco dejara el Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional y viniera el titular: usted. Y usted regresó de Italia. ¿Fue una mera casualidad?

Yo, entonces, llevaba 17 años fuera de España. Tenía ya 65 años de edad. Me quedaban pocos de ejercicio profesional. Y mi vocación era la de juez: o volvía entonces o ya no iba a volver a serlo.

Antes, ya quise volver a España, a la Audiencia Nacional, cuando el 11-M. Pero no quería quitar al juez que lo investigaba [Juan del Olmo], al que hubiera hecho salir del Juzgado [porque García-Castellón era el titular] si volvía. Yo no quería quitar a Del Olmo y, por eso, seguí en Francia.

Me pregunta usted por la grabación famosa: son dos señores [Zaplana y González] a los que yo no había visto nunca. Dio la casualidad de que un mes después, Eloy Velasco, que me estaba sustituyendo, pidió el traslado. Le dieron la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional y mi Juzgado quedó libre. Ahí vi mi oportunidad de volver y lo hice.

Que me tachen de "juez conservador del PP"... Oiga, para ser el juez conservador del PP, he imputado a todos los presidentes de la Comunidad de Madrid, del PP, salvo a la señora Ayuso. Hay quien cuenta historias para no dormir, sin pies ni cabeza.

Desimputó usted a Cospedal [en el 'caso Kitchen']. Cierto es que la instancia superior, la Sala de lo Penal, confirmó tal decisión...

Es que no había indicios... Es muy fácil procesar y juzgar a alguien desde la barra del bar...

¿Nunca se ha sentido tentado —o cayó en la tentación— de primar sus intereses ideológicos sobre su profesión?

Nooooo. Nunca, por Dios. No podría mirarme al espejo. Le puedo asegurar que no. Como soy un ser humano, alguna vez, ante determinados personajes, he tenido que hacer de tripas corazón. Pero un profesional es un profesional.

¿Habrá cosas que nunca sepamos del 'caso Villarejo'? Salpica al Ibex, a la Corona, a la política...

Me va a permitir que no le conteste. Es un asunto que se sigue investigando. Quedan piezas por juzgar, otras ya se han juzgado...

¿Cuál fue el mayor reto de asumir una causa tan extensa y compleja como ésta?

Es una más...

Pero no es moco de pavo...

Esta causa [el caso Villarejo] tiene 47 piezas... Las he tenido de 300...

¿Le recuerdo lo que le he dicho de la Justicia como una mujer con la venda en los ojos?. Esta causa era una más. Me da igual que estuviera Corinna [Corinna Larsen, ex amiga íntima del rey Juan Carlos I] o su tía abuela.

¿Deberíamos suprimir la Audiencia Nacional? ETA, por ejemplo, ya está disuelta.

Tuvo su sentido, claro, cuando ETA aún mataba. Y ya por entonces los corifeos de estos criminales abogaban por la desaparición de la Audiencia Nacional.

El juez posa minutos antes de ser entrevistado.

El juez posa minutos antes de ser entrevistado. David Morales

¿Sigue teniendo sentido? Hoy, sigue habiendo terrorismo yihadista, sigue habiendo crimen organizado... Sobre todo, en ciertas zonas de España. La Audiencia Nacional facilita el trabajo de todos los cuerpos centrales de investigación.

En el libro, indica que "una forma indirecta de someter a la Justicia es no dotarla de suficientes medios". ¿Cuál es la inversión más acuciante?

Pues eso, usted lo ha dicho: la inversión. Hemos pasado de 1.500 jueces, cuando yo entré en la Carrera Judicial, a los 6.000 de ahora. ¿Y cómo va la Justicia? Pues estamos ahora juzgando la Gürtel, quince años después. Yo lo he sufrido con Púnica, que arrancó en 2011.

Hay que hacer algo. Creo que hay que contar con otros operadores jurídicos para que ayuden a la Justicia: notarios, registradores, abogados... Pero, para eso, se necesitan mentes que no piensen sólo en el momento político actual, sino que pongan las luces largas.

Antes le pregunté si era pesimista u optimista respecto de la Justicia. No se decidió. Y creo que es usted idealista...

Sí, sí. Totalmente. Aún espero a ese político que respete la democracia y sus normas y que entienda que la Justicia es el elemento fundamental de la democracia.