Un preso con una pulsera telemática, en una imagen de archivo.

Un preso con una pulsera telemática, en una imagen de archivo. Antena 3

Tribunales

Un violador reincidente acepta 3 años por agredir a una mujer estando en tercer grado con brazalete

Asume también cinco años de libertad vigilada y el pago de una indemnización a su víctima, a la que agredió en 2020 cuando disfrutaba de la semilibertad.

17 abril, 2023 18:54

Un agresor sexual reincidente ha aceptado este lunes una condena de tres años de cárcel por la violación de una mujer que cometió cuando disfrutada de la semilibertad gracias a un tercer grado penitenciario. Cuando sucedieron los hechos, también llevaba un brazalete de control telemático.

La vista oral estaba señalada hoy en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés (Asturias). Pero el acusado ha asumido esta condena, además de cinco años de libertad vigilada y una indemnización de 360 euros por las lesiones que provocó a la mujer.

Tal y como ha informado la Fiscalía en una nota, sobre las 21.30 horas del día 23 de octubre de 2020, la víctima se encontraba en un bar de Oviedo, junto a una amiga suya que regentaba del establecimiento.

Pasadas las 22.00 horas, el acusado entró en el local y, tras entablar conversación con ambas, ganarse su confianza y abonar las consumiciones en metálico, abandonó el establecimiento junto a la víctima.

Ambos planearon esperar a la otra mujer en un lugar próximo, al que ésta acudiría cuando cerrase su bar. El acusado insistió en coger su coche para ir al segundo establecimiento. Pero, durante el trayecto, la víctima se percató de que se estaban desviando del local y se quejó al acusado.

"Si quieres que todo vaya bien, lo mejor es que estés callada", le respondió éste. Atemorizada, a las 23.09, llamó desde su teléfono móvil a los servicios de emergencias, simulando estar manteniendo una conversación con su madre, indicándole al telefonista del 112 el lugar por el que circulaban.

Sobre las 23.13 horas, el acusado detuvo el vehículo en un callejón del Polígono de Tabaza, se apeó del mismo y, tras sacar a la víctima del coche, la introdujo en el asiento trasero, exigiéndole que se bajase el pantalón. La mujer se negó y trató, sin éxito, de escapar.

El acusado le propinó fuertes golpes en la boca y en la nariz y la arrastró por el suelo. También le arrancó la peluca que llevaba y pisó bruscamente el móvil de ella para romperlo.

Tras ello, introdujo de nuevo a la mujer en el vehículo y condujo "varios minutos, de forma agresiva y a gran velocidad hasta llegar a la localidad de Antromero", donde estacionó en un camino oscuro.

Una vez allí, sacó a la víctima del coche, antes de que ésta tratase por segunda vez de huir. El acusado la atrapó, tapó la boca y le dijo: "Si gritas aquí, te mato".

La víctima pidió entonces permiso al acusado para poder orinar. El accedió, sin soltarla. Cuando ella se subía el pantalón, el varón aprovechó para "meter con contundencia su mano en los genitales de ella, tocándoselos, sin llegar a introducir sus dedos en la cavidad vaginal", indica la nota de la Fiscalía.

En ese momento, la mujer logró empujarle y salir huyendo hasta una casa cercana, mientras pedía auxilio. El acusado volvió a atraparla, pero la abandonó enseguida al percatarse de que se les acercaba un vecino.

Violador reincidente

El acusado ya había sido condenado anteriormente por cinco delitos de agresión sexual. Tres de ellos, por una sentencia de la Audiencia Provincial de octubre de 2004. Se le impusieron 30 años de prisión (10 años por cada delito).

A finales de ese año, fue condenado a un total de 24 años de cárcel por otras dos violaciones. El tiempo máximo de estancia en prisión se fijó en 36 años (el triple de la pena más alta: 12 años), con el límite máximo legal de 20 años.