Meloni, Starmer, Merz, Netanyahu y Sánchez, durante sus vídeos navideños.

Meloni, Starmer, Merz, Netanyahu y Sánchez, durante sus vídeos navideños. E.E.

Política

Meloni, Starmer, Merz y hasta Netanyahu celebran "los valores cristianos en Navidad" mientras Sánchez felicita "las fiestas"

La italiana invoca el pesebre como símbolo de dignidad; el británico celebra "el nacimiento de Jesucristo"; el alemán pide "paz, calma y fuerza en Navidad"; y el israelí reclama "desde Tierra Santa" la defensa del cristianismo... mientras Sánchez apuesta por una felicitación sin identidad religiosa.

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Las claves

Líderes como Meloni, Starmer, Merz y Netanyahu felicitan la Navidad destacando explícitamente los valores cristianos y sus tradiciones.

Pedro Sánchez opta por un mensaje neutral e inclusivo, evitando mencionar la Navidad y refiriéndose a "las fiestas" para resaltar la convivencia y la diversidad cultural.

El contraste entre los discursos evidencia diferentes enfoques sobre la festividad: desde la reivindicación de raíces cristianas hasta una perspectiva secular y pluralista.

Netanyahu, pese a ser judío, subraya la libertad de los cristianos en Israel y vincula la celebración con la situación de los cristianos en Belén y Oriente Próximo.

En Navidad, no sólo el Rey de España se dirige a los ciudadanos en su mensaje de Nochebuena. Los líderes políticos también aprovechan las fiestas más familiares para entrar en las casas de sus conciudadanos con mensajes que mezclan la institucionalidad, la esperanza en el futuro y las tradiciones... cada uno a su estilo.

Un patrón inesperado ha emergido en los mensajes de 2025 si se comparan los de cuatro primeros ministros tan dispares como Giorgia Meloni, Keir Starmer, Friedrich Merz y Benjamin Netanyahu con el de Pedro Sánchez.

Mientras los primeros reivindican explícitamente los valores cristianos, el presidente español eligió un argumento radicalmente contrario. Sánchez evita mencionar la "Navidad" explícitamente y apela a "las fiestas" de una forma tan plural e inclusiva que desdibuja la celebración.

Y sobre todo, contrasta con la política de derecha extrema italiana, el laborista británico, el democristiano alemán y el nacionalista israelí.

Meloni abre su mensaje con inclusión: "A quien vive la Navidad en familia, a quien la celebra trabajando...", aunque inmediatamente pivota hacia una defensa de los símbolos cristianos. "Quiero hacerlo frente al símbolo que más que ningún otro nos recuerda qué es la Santa Navidad", dice frente a un nacimiento.

"El pesebre no impone nada a nadie", desarrolla para reivindicar el belén como liberador. "El pesebre cuenta una historia, custodia valores, hace más profundas las raíces", afirma la primera ministra italiana. "Creas o no, este símbolo habla de dignidad, de responsabilidad, de respeto por la vida, de atención a los más vulnerables".

En el Reino Unido, Starmer escenifica su cena de Nochebuena, recibiendo trabajadores sociales, funcionarios públicos y migrantes en el 10 de Downing Street.

"Desde mi familia a la vuestra, os deseo una muy feliz Navidad", comienza el premier laborista. Su siguiente frase deja claro el fondo: "Este es un momento para celebrar el nacimiento de Jesucristo, la historia de la Navidad y los valores cristianos que la definen".

Starmer une religión y solidaridad comunitaria subrayando que "justo cuando tantos se acomodan, algunas personas realmente especiales se pondrán sus uniformes y saldrán a trabajar". Y luego vincula valores y acción: "Muchos voluntarios también estarán ahí afuera. Sirviendo comida para ayudar a los que están solos o en necesidad".

Su cierre es puro mensaje navideño: "En este momento del año, que celebra el amor y la abundancia, llama a un vecino. Contacta con un amigo o un familiar con quien no hayas hablado en un tiempo. Acércate. Eso es de lo que trata la Navidad".

Desde Berlín, Merz toma una ruta más institucional pero igualmente clara. "En estas fechas se trata de la paz, de la seguridad y de la prosperidad de todo nuestro continente", afirma el canciller alemán. "En ese espíritu, nos sentimos comprometidos con Alemania y con Europa. Depende de nosotros".

Pero el canciller concilia solemnidad con esperanza. "Necesitamos paciencia y un espíritu duradero, y la fuerza diaria para seguir tomando las mejores decisiones para nuestro país", sostiene. "Les deseo a todos una feliz Navidad y que estos días les traigan paz, calma y la fuerza para mirar hacia el futuro con confianza".

Pero el vídeo más sorprendente, el que más contrasta con el de Sánchez, es el de Netanyahu.

Como si ambos dirigentes no pudiesen evitar ser opuestos en todo, el premier israelí, cuya fe es la judía, celebra más esta festividad cristiana que el español. "Desde Jerusalén envío calurosos saludos a nuestros amigos cristianos en todo el mundo. Os deseo una feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo", comienza.

"Desde aquí, la Tierra Santa, Israel, el único país en Oriente Próximo donde los cristianos pueden celebrar con orgullo sus tradiciones y hacerlo abiertamente sin ningún miedo", asegura. "Donde los peregrinos cristianos son acogidos con los brazos abiertos y tan profundamente apreciados."

Netanyahu no puede evitar aprovechar para criticar las persecuciones por razón de religión que tanto ha sufrido su pueblo en la historia, aunque esta vez lo hace recordando los atentados en Nigeria, Irak o Siria... y citando que "la cuna de Jesús, Belén, tenía un 80% de población cristiana cuando [los israelíes] estábamos allí. Cuando nos fuimos y se la dimos a la Autoridad Palestina, desde entonces se ha reducido al 20%".

Neutral y evasivo

En contraste, Pedro Sánchez busca ser tan inclusivo y neutral que resulta evasivo respecto a una festividad central para la cultura cristiana en España. Su mensaje evita la palabra "Navidad" y apela a "las fiestas" como categoría abierta e inclusiva. El presidente destaca la convivencia y la diversidad.

Agradece a quienes facilitan unas celebraciones "tranquilas, seguras" y alegres, único punto en el que coincide explícitamente con los otros primeros ministros citados.

Pero el líder socialista español deliberadamente evita anclar su discurso en tradiciones religiosas. Sí destaca la "convivencia", la diversidad y la pluralidad cultural de España.

Esta brecha no es accidental, aunque reúna, por un lado, a políticos de posiciones políticas dispares: la conservadora, el laborista, el democristiano y el nacionalista, y contraste con la explícita opción de Sánchez por un enfoque secular.

Meloni, Starmer, Merz y Netanyahu reivindican explícitamente los valores cristianos como inclusivos, identificando la Navidad como celebración de paz, valores tradicionales y seguridad compartida.

Sánchez, por su parte, saca ese concepto de las raíces de la celebración al desear "lo mejor para todos" desde una perspectiva de bienestar social y diversidad cultural, destacando la posibilidad de "celebrar de muchas maneras".