El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este domingo en la concentración del templo de Debod. Efe
Feijóo augura ante decenas de miles que Sánchez irá a prisión: "Primero Koldo, luego Ábalos y Cerdán... y pronto será 'el uno'"
El líder del PP llena el Templo de Debod y proclama: "El sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno, ¡ni un día más!".
Alberto Núñez Feijóo logró llenar, mucho más allá de las expectativas, el Templo de Debod.
Unas 80.000 personas según fuentes de la organización del PP, la mitad según la Delegación de Gobierno. Pero miles de banderas de España se agitaban al grito confuso de "¡Sánchez dimisión!" o "¡Sánchez a prisión!", que corearon al unísono.
"Primero fue Koldo, después Ábalos y luego Cerdán. Cuatro cogieron ese coche para llegar al poder y tres ya conocen la cárcel. Sólo falta el uno, ése al que nada le consta".
Tras este análisis o vaticinio, según quien lo mire, el líder del PP aprovechó para sentenciar: "El sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno, ¡ni un día más!".
Ni un día más, desarrolló, "de abusos, de mentiras, de impunidad, de corrupción". Ni un día más, siguió, "de este Gobierno". Porque, acusó, "ellos han perdido la vergüenza, pero España no ha perdido la dignidad.
¡Por eso estamos aquí!".
Feijóo hizo un discurso "sin siglas", como la convocatoria, "porque esto ya no va de izquierdas o derechas, de nacionalistas o constitucionalistas... eso ya no cuela, ni siquiera lo de que llega la ultraderecha", anunció. "Esto va de España, de la decencia, de la democracia".
Pero en realidad sí que hubo siglas. No sólo en una única de las miles de banderas nacionales que mostraba un logo del PP donde debía ir el escudo, sino en los párrafos del "líder de la oposición y ojalá pronto, presidente del Gobierno", como lo había presentado Isabel Díaz Ayuso.
José María Aznar, Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñéz Feijóo, este domingo durante la concentración. Europa Press
Hubo siglas porque Feijóo dejó claro que las del Partido Popular son las únicas que servirán para "solo, o con más partidos", hacer caer al sanchismo y "darle a España un Gobierno decente y un presidente honesto".
Partido a partido
Hasta las 12.00 no estaban convocados, pero media hora antes, la explanada del Templo de Debod ya estaba llena, a la espera de la llegada de los líderes del PP.
Cientos de banderas de España, la música al máximo volumen y un speaker lanzando consignas como "¿De quién depende la Fiscalía?" o "Sánchez, ¿por qué mientes tanto?", aderezadas con el recuerdo de los "tres de cuatro pasajeros del Peugeot" de Sánchez que, "de momento... ojo, de momento", ya han pasado por prisión.
Se anticipaba así el mensaje fuerza que luego emitió Feijóo, antes de dirigirse "a todos los grupos políticos". Un Feijóo firme repasó el Congreso partido a partido, dándole a cada uno lo suyo.
Al PSOE, avisando de que "mirarán con vergüenza esta etapa" de su historia en el futuro cercano. A Vox, pidiéndole que "no equivoque el adversario, el objetivo y la prioridad", que son el PSOE, sacar a Sánchez del poder y España, respectivamente.
Y a UPN, para agradecer "con orgullo" su alianza en Navarra, frente a la del PSOE "con Bildu".
También habló con Sumar, a quien no pidió "dignidad" y sí advirtió, entre los pitos y abucheos de la concurrencia, de que "el PSOE tiene un juguete nuevo", que ya no son ellos.
Y se mofó un poco de Podemos, instándole a "indignarse" otra vez y "acampar de nuevo en la Puerta del Sol" contra la corrupción y el empobrecimiento.
Y a los nacionalistas e independentistas, Feijóo les avisó de que nunca entenderá España como ellos, porque el PP "cree en la igualdad de los españoles y en cumplir la ley". Pero sí les preguntó si su ideología "es sostener la corrupción", si sus ideales son "justificar las mentiras" e incluso, "perjudicar a esa tierra" que dicen "defender".
Sin nombrarlos, se dirigió al PNV y a Junts directamente: "¿Hasta dónde vais a seguir tragando para mantener lo vuestro?". Y les conminó a apoyar una moción de censura para convocar elecciones "y darle la voz a la ciudadanía".
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la manifestación de este domingo en Madrid.
Finalmente, se dirigió a su partido, como para confirmar que la concentración no era del PP, sino para todos...
"No siempre acertaremos", advirtió, pero yo no he fallado ni en servir a mi país ni en ser un político honesto", advirtió. "Y no voy a fallar", remató, presumiendo incluso de su posible falta de carisma y agresividad.
"Aunque sé que esa proclama no levanta pasiones, sí levanta el país".
Los teloneros
Antes de iniciarse el acto, los speakers anunciaron a los "ejemplares" expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, anunciaron la asistencia de algunas asociaciones cívicas, y de varias personalidades cada vez más cercanas al PP, "como Alejo Vidal Quadras, Fernando Savater, Andrés Trapiello y, desde la Fundación Atenea, Iván Espinosa de los Monteros", el más aplaudido.
Tras las ovaciones a José Luis Martínez Almeida y a Ayuso, el líder del PP entró al escenario del Templo de Debod al son de The Final Countdown.
La vieja canción ochentera de Europe elevó los ánimos por su ritmo pegadizo y, sobre todo, por la ilusión de la concurrencia de estar acelerando un poco la "cuenta atrás definitiva" de Sánchez en Moncloa.
El acto, convocado por el PP bajo el lema "Efectivamente, ¿mafia o democracia?", era la continuidad del que Feijóo ya había utilizado en junio, cuando llenó la Plaza de España y sus aledaños con casi 100.000 personas.
Al término, los populares presumían de que "hasta el Gobierno reconoce el éxito" de la convocatoria, "cinco veces superior a los 8.000 que dijeron hace ahora justo dos años en el mismo escenario".
Según Génova, fueron "en realidad, diez veces más"... es decir, 80.000. O lo que es lo mismo, casi tantas como hace cinco meses en la cercana, y mucho más amplia, Plaza de España.
De hecho, los organizadores pasaron del alivio a las 11.30 al entusiasmo cuando ya sonaba el himno nacional y Feijóo se rodeaba en el estrado de los expresidentes, la baronesa madrileña y el alcalde.
Feijóo, Aznar, Rajoy, Ayuso y Almeida escuchan el himno nacional al acabar, este domingo, la concentración en el templo de Debod.
En junio aún no habían entrado en prisión ni José Luis Ábalos ni Koldo García... ni siquiera Santos Cerdán, a quien Pedro Sánchez aún defendía como un "gran socialista" de su "máxima confianza" y "víctima de una campaña de la derecha y la ultraderecha".
Cinco meses después, la dirección popular sostiene que los hechos han reforzado aquel mensaje. "Además de los tres presos preventivos, el fiscal general ha sido condenado por revelación de secretos, el candidato socialista en Extremadura está procesado "por enchufar al hermanísimo".
Además, "se acumulan delitos" sobre la mesa de la esposa del presidente "y Ábalos ha apuntado a posible malversación y tráfico de influencias en el rescate de Air Europa", según el relato que difunden las fuentes del PP.
"El furgón policial"
Aquel Peugeot "no era el coche de la épica", había proclamado Almeida en su alocución, "era un furgón policial con presos preventivos".
Díaz Ayuso llegó a hacer un paralelismo entre "los días difíciles" que le esperan a Venezuela y lo "peor del sanchismo, que está por venir". Según la lideresa, "no nos debemos acostumbrar a lo que no es normal"; porque "es así como empiezan las dictaduras".
La presidenta de la Comunidad de Madrid denunció que España está gobernada por una “coalición corrupta que llegó mintiendo, comprando voluntades con las instituciones y con el dinero de todos los españoles. Y así se mantiene en el poder”.
Y auguró que “el tiempo pondrá a Sánchez y a sus aliados en el lugar que se merecen en el libro de historia, cuando no en la cárcel, porque la Justicia es implacable, como lo es la verdad”.
“Viviremos cosas heladoras”, señaló la presidenta madrileña, “pero la verdad al final siempre triunfa. No miremos hacia otro lado, que nada nos sea indiferente. Demos todas las batallas hasta el final por difíciles que sean”.
En Génova explican que la concentración se improvisó en apenas tres días, pendiente primero de que el Supremo enviara a prisión a Ábalos y Koldo García y, después, de encontrar "un escenario adecuado en pleno invierno y en campaña navideña".
La convocatoria se comunicó a la Delegación del Gobierno inmediatamente después de la comparecencia de Feijóo, sin tiempo para una movilización territorial clásica del partido.
Los populares contaban con que la asistencia sería "muy inferior" a la de junio, pero restaban importancia a la cifra y subrayaban el carácter "cívico y festivo" de la protesta.
Para el entorno de Feijóo, el objetivo era "darle voz a los ciudadanos, ya que Sánchez no se la da, convocando elecciones"... y presionar a sus socios: o siguen como "colaboradores necesarios" o facilitan una moción de censura y la llamada a las urnas, algo que el líder del PP promete activar "en cuanto pase 20 minutos" como triunfador de esa "aún quimérica" moción de censura.