José Luis Ábalos y Koldo García ingresan en la cárcel de Soto del Real

Política

El Gobierno, conmocionado, no logra desmarcarse de Ábalos y Feijóo pide salir a la calle contra la corrupción de Sánchez

Dirigentes socialistas admiten que Sánchez está sentado sobre un barril de pólvora, y sus socios ven muy difícil llevar la legislatura hasta 2027.

Más información: El Supremo encarcela por "riesgo extremo de fuga" al exministro Ábalos, primer diputado en prisión, y a Koldo

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Las claves

El Gobierno intenta desvincularse de José Luis Ábalos y Santos Cerdán tras el encarcelamiento de Ábalos y Koldo García, antiguos responsables clave del PSOE.

El rechazo en el Congreso al primer paso de los Presupuestos Generales del Estado complica la estabilidad del Gobierno, que culpa al PP de la situación.

Alberto Núñez Feijóo convoca una concentración en Madrid contra la "corrupción de Sánchez", mientras el PSOE responde que el PP también enfrenta escándalos de corrupción.

El Gobierno enfrenta una crisis de imagen por la entrada en prisión de ex altos cargos y la pérdida de apoyos parlamentarios, dificultando la aprobación de nuevas cuentas públicas.

José Luis Ábalos y Santos Cerdán no tienen nada que ver con el PSOE y la culpa de que no haya Presupuestos es del PP.

Básicamente, esos son los dos argumentos defensivos que el Gobierno hace correr tras este jueves de pasión, uno de los peores días para Pedro Sánchez.

En la misma jornada se produjo el encarcelamiento de José Luis Ábalos y Koldo García y el rechazo en el Congreso al primer paso de los Presupuestos Generales del Estado, que apunta a una nueva prórroga de las cuentas.

En privado, dirigentes socialistas y algunos miembros del Gobierno no ocultan su preocupación por la imagen de ver entrar en la cárcel, en muy pocos meses, al segundo secretario de Organización del PSOE.

Está en la cárcel quien defendió en la tribuna del Congreso la moción de censura contra Mariano Rajoy que en 2018 llevó a Sánchez a la Moncloa. Lo hizo con un discurso contundente contra la corrupción y el encarcelamiento es histórico y muy simbólico porque es el segundo secretario de Organización del PSOE que ingresa en prisión en pocos meses.

Esos dirigentes constatan que el presidente del Gobierno está sentado sobre un barril de pólvora y que así es muy complicado mantener la calma. No es fácil actuar como Sánchez: sacudirse el polvo del traje y hacer como que no ha pasado nada.

Por un lado, el Gobierno ya no puede cambiar la agenda política con los asuntos que le favorecen.

Por otro, han constatado en los últimos días que el hilo que une a Ábalos y a Koldo García con el PSOE que permitía "mantenerles callados" se ha roto. Y ambos han sido testigos de todo el camino de Sánchez desde las primarias hasta aquí.

Admiten que Sánchez no puede mirar para otro lado. Lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que este jueves no acudiera a votar al Congreso para no ser preguntado sobre Ábalos y para no presenciar la derrota parlamentaria sobre la senda de déficit.

Ya casi solo acude a entrevistas con influencers o podcasters, o se comunica con vídeos de TikTok para no ser preguntado sobre esos asuntos.

Explican que no es tanto que Ábalos y Koldo puedan implicar al líder socialista en asuntos ilegales -no quieren creerlo- como que pueden desvelar movimientos políticos no conocidos que pueden resultar incómodos. No todo lo que se hace en política se puede contar.

Viene a ser como el tópico que se atribuye a Otto von Bismarck: "Las leyes son como las salchichas: mejor no ver cómo las hacen". Pues lo mismo ocurre con la política de los partidos, según explican esas fuentes socialistas.

En público, destacados dirigentes llegan a asegurar que, en realidad, a quien se encarcela es a un miembro del Grupo Mixto, puesto que fue expulsado del PSOE. “El que irá a la cárcel es un diputado del Grupo Mixto”, llegan a decir.

Alegan que no se ha desvelado nada nuevo diferente a lo que se conoce desde hace meses, que sus revelaciones ya dañaron a Sánchez, al Gobierno y al PSOE, pero que ya empezaban a recuperarse.

"No hay ni una insinuación sobre el PSOE en ningún auto conocido", explican con voluntarismo de falso optimismo para intentar asegurar que no hay trazas de financiación ilegal del partido.

Los dos 'eran' el PSOE

Esa versión omite que Ábalos y Cerdán fueron en distintos momentos la mano derecha de Sánchez, ejecutores de sus estrategias, personas a sus órdenes directas y sus enviados a complicadas negociaciones y gestiones.

Y que cada uno de ellos era el PSOE, por el enorme poder que tenían en el partido, en la sede central y en cada uno de los territorios.

El argumentario quiere ahora encapsular todo en Ábalos, Koldo García y Cerdán, como cuando querían perimetrarlo, al principio, en torno al que fue asistente del ministro.

El PP pretende aprovechar la debilidad del Gobierno, por su falta de apoyo parlamentario y por la sucesión de decisiones judiciales adversas. Busca hacerse con la bandera del antisanchismo, arrebatándosela a Vox con quien compite por el mismo espacio electoral.

Por eso, Alberto Núñez Feijóo respondió convocando para este domingo una concentración en el Templo de Debod de Madrid "contra los corruptos y quienes los sostienen", en referencia a Pedro Sánchez, "la manzana que ha podrido todo y a todos los que le rodean".

El líder del PP sostiene que lo sucedido este jueves no es "un hecho aislado", sino parte de "una degradación" que, a su juicio, acompaña al presidente "desde antes de llegar al poder".

Según dijo será una concentración "cívica, sin siglas y abierta a todos los ciudadanos", bajo el lema "Efectivamente: ¿mafia o democracia?", reutilizando el que ya usaron en un acto similar hace meses.

El PSOE respondió recordando que el PP tiene en este momento abierto un escándalo en Almería, por lo que la manifestación no es contra la corrupción, sino contra el Gobierno de Sánchez.

La casualidad quiso que la petición de la Fiscalía Anticorrupción de prisión preventiva para Ábalos y Koldo García coincidiera ayer con la derrota parlamentaria de la senda de déficit.

Los tres ministros diputados -María Jesús Montero, Óscar Puente y Félix Bolaños- se movieron con velocidad en el pasillo del Congreso. Y Sánchez ni fue siquiera a votar.

Moncloa asegura que se encontraba con el presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en visita oficial a España.

A Sánchez le pilla el encarcelamiento de Ábalos en otro momento de debilidad parlamentaria, por la ruptura con Junts y la distancia de Podemos. Los independentistas votaron este jueves en contra, con PP y Vox, y los de Ione Belarra se abstuvieron.

El Gobierno reaccionó a la derrota culpando al PP por haber rechazado una senda de déficit que, según explican, hará que las comunidades tengan "5.485 millones menos de margen fiscal".

"El PP ha votado en contra de que sus propias comunidades tengan más recursos para sanidad, educación o servicios sociales", subrayaban.

El Congreso tendrá que volver a votar en unas semanas la misma senda de déficit y, si no se aprueba tampoco, el proyecto de Presupuestos se tendrá que ajustar al que está en vigor desde 2022.

El Gobierno insiste en que presentará el proyecto en febrero, con la esperanza de poder convencer a Junts y Podemos para que vuelvan al bloque. Pero es consciente de que las posibilidades de lograrlo son tan escasas como su propósito de que la legislatura siga hasta 2027.

Los socios de investidura también lo ven casi imposible.

Pero por ahora Sánchez ha ganado hasta febrero, que es cuando el Congreso vuelva a abrirse para votaciones clave.

El eco de todos estos traspiés ni siquiera permitió al PSOE y al Gobierno arremeter contra el PP por su pacto en la Comunidad Valenciana para hacer presidente Juanfran Pérez Llorca.

Lo intentaron, pero todo quedó sepultado por la decisión del juez del Tribunal Supremo y la votación del Congreso.