La presidenta del Congreso, Francina Armengol, este martes en el Congreso de los Diputados.

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, este martes en el Congreso de los Diputados. Europa Press

Política

Armengol corrige el código ético de Meritxell Batet y prohíbe ahora a los diputados recibir regalos de más de 150 euros

Si son regalos institucionales, deberán entregarse al Congreso de los Diputados para pasar a ser patrimonio de la Cámara.

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Las claves

La mesa del Congreso de los Diputados ha aprobado un protocolo que endurece el Código de Conducta, limitando los regalos que los diputados pueden recibir a un máximo de 150 euros.

Regalos que superen los 150 euros se considerarán institucionales y deberán depositarse en el Congreso para inventario y custodia, convirtiéndose en patrimonio de la Cámara Baja.

Los diputados no podrán aceptar regalos que puedan interpretarse como intentos de influir en sus decisiones o votos, y obsequios enviados a despachos deberán rechazarse y devolverse.

La mesa del Congreso de los Diputados ha aprobado un protocolo que endurece el Código de Conducta de los Diputados en lo referente a la regulación de los regalos que reciben sus señorías.

Ese código que ahora se corrige fue aprobado en 2019 y modificado luego por la expresidenta del Congreso Meritxell Batet en 2020.

A partir de ahora, se toma como "referencia" el "umbral" de 150 euros. Esta cantidad marcará la diferencia entre "la cortesía admisible" y "el regalo que no puede retenerse a título personal".

Si el obsequio es inferior a este límite, puede aceptarse "si no existe un conflicto de interés o no procede de un donante inadecuado".

En cambio, si supera los 150 euros, pasará a considerarse "institucional", y "deberá depositarse en el Congreso para inventario y custodia", es decir, se convertirá en patrimonio de la Cámara Baja.

El texto, que no necesitará ser llevado a pleno, señala que en "delegaciones y visitas institucionales es habitual recibir atenciones simbólicas", aunque reconoce que, en ocasiones, puedan recibirse regalos que superen esta cantidad.

Asimismo, establece que los diputados no podrán "aceptar ningún obsequio" que "pueda razonablemente interpretarse como un intento de influir en decisiones o votos".

En el caso de envíos de regalos al despacho, deberán rechazarse y no deberán "usarse, ni consumirse". En estos casos, se informará a la Secretaría General o a la Oficina de Conflicto de Intereses para su devolución.

Todos los obsequios que superen los 150 euros y pasen a depender del Congreso se registrarán en el portal de Transparencia, donde se publicarán la fecha de recepción, el donante u origen y "cuando proceda su custodia".

Desde 2019, la Cámara Baja cuenta con un código ético que se aprobó al final del mandato de la popular Ana Pastor, siguiendo las recomendaciones del Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa (GRECO).

En 2020, una reunión conjunta de las Mesas del Congreso y el Senado, presididas por Meritxell Batet y Pilar Llop, presidentas por entonces de las cámaras, revisó el texto, e introdujo algunos cambios con respecto al texto inicial.

Como que los miembros de las Cortes Generales se tendrían que "abstener de aceptar en beneficio propio o de su entorno familiar, obsequios o regalos de valor, favores, servicios, invitaciones o viajes que les sean ofrecidos por razón de su cargo o que puedan ser razonablemente percibidos como un intento de influir en su conducta como parlamentarios".

En aquel momento, ya se consideraba que un intento de chantaje podía darse si el regalo tenía "un valor estimado a 150 euros", pero no se regulaba, como ahora, la obligación de devolver los presentes o donarlos al Congreso, en caso de viajes o delegaciones, para luego subirlos al Portal de Transparencia.