Trump se dirige a Sánchez para recordarle el gasto del PIB en Defensa, este lunes en Egipto. Reuters
Trump deja en evidencia a Sánchez por su gasto en Defensa ante 30 líderes mundiales en la cumbre por la paz en Gaza
Moncloa resta importancia al reproche y se queda con lo de "estupendo trabajo", que atribuye a los buenos datos económicos de España.
Más información: Dardo de Trump a Sánchez en la cumbre de Egipto por el gasto en Defensa: "¿Estáis intentando persuadirle con el PIB?"
Donald Trump vivió este lunes el día grande de su segundo mandato. Fue maestro de ceremonias de la firma del acuerdo de paz de Oriente Medio, ante el mundo y con una treintena de dirigentes mundiales como testigos.
Se dio un homenaje y hasta se permitió llegar con horas de retraso a la localidad egipcia de Sharm el-Sheij, donde todos le esperaban, provocando enormes problemas logísticos a las delegaciones, incluida la española.
Era su día grande por la firma del acuerdo y se organizó su propio acto de besamanos con el desfile de jefes de Estado y de Gobierno.
Dardo de Trump a Sánchez en la cumbre de Egipto por el gasto en Defensa.
Después fue haciendo una valoración de cada uno de los representantes de los Estados, como un examen, con elogios para unos y rapapolvos a otros. Y dirigiéndose a ellos como "muchachos" o "chicos" ("guys", en inglés).
A Pedro Sánchez le tocó de nuevo el reproche público por no querer llegar al 5% del PIB en gasto militar. El presidente del Gobierno no tiene intención de moverse de su negativa y, además, no puede hacerlo sin Presupuestos y, además, no tendría apoyo de sus socios.
En el análisis estrictamente español, la histórica cumbre de Egipto era también la oportunidad de escenificar la tregua con Trump tras las discrepancias sobre asuntos internacionales y, sobre todo, el rechazo del Gobierno de Sánchez a elevar al 5% el gasto militar, pese a pactarlo con la OTAN.
Trump había amenazado el pasado viernes con expulsar a España de la Alianza Atlántica.
Todo iba bien: España había recibido invitación para estar en el histórico acto no sólo de Egipto, el país anfitrión, sino también de la propia Administración estadounidense. Y Trump había saludado a Sánchez con una sonrisa y un apretón de manos en el escenario.
Pero Trump no pudo evitar incluir en su intervención pública un reproche que dejó en evidencia a Sánchez: "¿Dónde está España? ¿Muchachos, estáis intentando persuadirle con lo del PIB? [en alusión a los líderes europeos] Bueno, ya llegaremos a eso. Fantástico trabajo estáis haciendo".
Trump se refería coloquialmente a los europeos presentes como "guys" ("muchachos" o "chicos") y les animaba a "work on him", que literalmente es "trabajárselo", una expresión utilizada, por ejemplo, cuando se habla de "persuadir", "convencer", "seducir" o hasta "ligar".
Sánchez, situado detrás de Trump, escuchó con sonrisa amplia.
Moncloa se queda con la última parte de la intervención de Trump, la de de "fantástico trabajo", como un reconocimiento a la buena situación de España, especialmente, la económica. Aunque pueda interpretarse que en realidad se refería a los mandatarios europeos que han de persuadir a Sánchez.
"Todo bien, tirando de ironía, pero reconociendo lo mismo que el último día, que hacemos un buen trabajo", explica oficialmente Moncloa, omitiendo la parte del incremento del PIB en gasto militar.
"Demuestra que lo nuestro no es esa ruptura dramática que vende el PP. Y luego nos dice que estamos haciendo un gran trabajo. Algo que ya ha dicho otras veces cuando ha hablado de España. Ha dicho lo de 'fantastic job' a algunos países, no a la mayoría", añaden dichas fuentes oficiales.
El intento de tregua se firmó con la invitación del presidente de Estado Unidos a Sánchez y con los doce segundos de saludo entre ambos. Ambas cosas eran buenas para Sánchez, manteniendo la distancia con Trump, porque la proximidad con él no se considera conveniente para el presidente del Gobierno.
Por eso, horas antes el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, reconoció el "papel crucial" de Trump en el acuerdo que puede poner fin al genocidio.
La invitación
"The President of the United States invites the Chief of State or Head of Government to atend the signing of a Middle East Peace Plan" (El presidente de los Estados Unidos invita al jefe de Estado o cabeza del Gobierno a acudir a la firma del plan de paz para Oriente Medio), asegura la invitación oficial a España.
Hay otra invitación de Egipto, Estado que acoge en su territorio la Cumbre por la paz, pero la decisión sobre los invitados era de Estados Unidos. Es decir, fue Trump quien invitó a Sánchez al acto, como subraya Moncloa.
Para el Gobierno español, esa invitación muestra dos cosas: que la presencia de Sánchez en los foros mundiales está conseguida y que la amenaza de Trump sobre la pertenencia a la OTAN carece de base, porque "las relaciones mutuas son buenas".
Políticamente, Sánchez mantiene una posición basada en dos pilares. Por un lado, la inamovible decisión de no llegar al 5% en el gasto militar, porque necesitaría acometer recortes sociales y porque es materialmente imposible cumplirlo sin Presupustos y no se pueden aprobar porque sus socios lo rechazan. Y esa posición la entiende compatible con las buenas relaciones con Estados Unidos y con el cumplimiento de las obligaciones con la OTAN.
Por otro lado, mantiene la postura muy dura contra Benjamín Natanyahu por lo que considera un genocidio cometido en Gaza, compatible con el apoyo al plan de paz impulsado por Trump.
Esa relación se vio este lunes, según Moncloa, en el saludo entre Sánchez y Trump, con una cierta cordialidad y con mayor soltura por parte del estadounidense y más incomodidad del presidente del Gobierno, que se resistía al acercamiento físico
Explican que si Trump hubiera querido poner distancia lo hubiera hecho, porque era su gran día y porque ya ha demostrado que lo hace cuando lo cree conveniente, sin miramientos.
El Gobierno defiende que decisiones como el reconocimiento de Palestina o el embargo de compra venta de material militar a Israel ha forzado el alto en fuego en Gaza. Porque fue seguido por otros Estados europeos y sirvió para presionar a Netanyahu.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, explicó este lunes en Sharm el Sheij (Egipto) que hay que trabajar, para la reconstrucción de Gaza y ofrecer un futuro a los gazatíes, así como para seguir avanzando en "la solución de los dos Estados". Añadió que España quiere participar en el proceso de paz y la reconstrucción de Gaza.