Míriam Nogueras y Yolanda Díaz, la semana pasada en el Congreso, donde Junts reiteró su negativa a reducir la jornada laboral. Europa Press
Sánchez da orden de llevar al Congreso la reducción de jornada aun a riesgo de fracasar: busca "ganar el debate político"
El Gobierno sostiene que los partidos que voten en contra quedarán retratados ante los trabajadores. Cree que perder la votación no le perjudica y, si así fuera, volvería a presentarla.
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"Hay derrotas que pueden ser victorias", aseguran los máximos responsables de Sumar a propósito del riesgo cierto de que el día 22 de julio el Congreso pueda rechazar el trámite del proyecto de ley de reducción de la jornada laboral.
A día de hoy, el Gobierno no tiene el voto favorable de los diputados de Junts y, por tanto, no tiene asegurada la votación sobre el proyecto más icónico para la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Por eso, el Gobierno ya ha puesto en marcha el argumentario para responder a una hipotética derrota, si llega a producirse.
Obviamente, descarta la posibilidad de que Yolanda Díaz, impulsora de la iniciativa, pueda dimitir si no sale adelante. La vicepresidenta habló en 2023 de la "legislatura del tiempo", mostrando que se trata de su principal iniciativa en este mandato.
De hecho, ha asumido el peso de la negociación con los grupos, especialmente con Junts.
Ha mantenido conversaciones directas con Carles Puigdemont y, el jueves pasado, se reunió con la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, sin lograr que los independentistas se comprometan a retirar su enmienda de totalidad.
Salvo cambio de última hora, la decisión de la ministra de Sumar, apoyada por el presidente del Gobierno, es mantener la votación para ese día, incluso a riesgo de que caiga el proyecto.
De hecho, la instrucción del presidente es ir a la votación con la idea de "ganar el debate político" y, si es posible, "volver a presentar" la iniciativa, de nuevo, cuando sea posible, si fracasa.
"Ojalá podamos lograr la aprobación de las Cortes. Pero, como siempre digo, si no es a la primera, será a la segunda, si no, será a la tercera. Pero forzaremos hasta que podamos hacer compatible una vida también más digna", aseguró hace una semana María Jesús Montero, repitiendo el argumento transmitido por Sánchez en reuniones internas del Gobierno.
A eso se refieren los dirigentes de Sumar con las "derrotas que son como victorias", porque entienden que los partidos que voten en contra, es decir, Junts y PP, quedarán retratados ante los trabajadores.
El Gobierno, no obstante, explica que tienen ya práctica para abordar la forma de negociar de Junts, llegando siempre al límite del momento mismo del debate o hasta de la votación.
En este caso, sin embargo, la oposición del partido de Puigdemont viene determinada por el rechazo radical de las organizaciones patronales de Cataluña.
Moncloa ha dejado el peso de la negociación a Díaz, pero fuentes socialistas aseguran estar dispuestos a intervenir cuando sea necesario.
La vicepresidenta ha ofrecido a Junts modificar el texto en el trámite parlamentario, incluyendo ayudas a empresas o flexibilización de los plazos de aplicación.
A diferencia de lo que ocurre con este proyecto de ley, el Gobierno sí ha frenado la tramitación de otros para los que no tiene mayoría suficiente. Por ejemplo, está congelada la tramitación del proyecto de ley de delegación de competencias de inmigración a Cataluña que pactó el Gobierno con Junts.