Pedro Sánchez, este lunes, en la sede central del PSOE en Madrid.

Pedro Sánchez, este lunes, en la sede central del PSOE en Madrid. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

Política

Sánchez trata de tapar su responsabilidad en la corrupción con nuevos ataques al PP y a "lobbies oscuros"

Anuncia medidas cosméticas: comparecer en el Congreso el 9 de julio porque los grupos lo piden, otra auditoría a sus cuentas y una comisión de investigación pese a que ya hay dos sobre el caso.

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Pedro Sánchez ha vuelto a reaccionar al peor revés político de su trayectoria como presidente del Gobierno como ha respondido a todos los demás reveses de su vida política: peleando y tirando hacia adelante.

Es decir, ha respondido a la crisis provocada por el demoledor informe de la UCO, anunciando que sigue su hoja de ruta para llevar la legislatura hasta 2027. Que nada le para.

Es su enésima resurrección, aunque cada vez más gastado y debilitado. Como Robocop, que camina decidido, perdiendo jirones de piel, hacia el siguiente combate épico en el que perderá otro miembro. Y ello a pesar de que algunos en su núcleo duro creen imposible seguir adelante, y menos en las actuales circunstancias y las que vienen.

Aunque tenga a sus dos últimos secretarios de Organización en manos del Tribunal Supremo acusados de formar una "organización criminal", él sigue porque asegura que sería peor que gobernara quien ahora es la oposición: PP y Vox.

Ni dimisión, ni elecciones anticipadas, ni cuestión de confianza, ni congreso extraordinario: llegar hasta 2027. Esa es su apuesta redoblada, aunque se arriesgue a vivir un calvario de noticias y resoluciones judiciales, añadidas a su precariedad parlamentaria, como se ha visto estos días entre dudas de sus socios.

Vive el camino de pasión y épica con la respiración contenida a la espera de lo que guarden Koldo García, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, y lo que se vaya publicando cada día. Ganando tiempo para que llegue otoño y entonces volver a decidir si sigue adelante con más heridas en su cuerpo y en el de los que le rodean.

Ha pasado del tono de víctima de su comparecencia del jueves pasado al más reconocible en su trayectoria de órdago, de arrojo y hasta de desafío a los adversarios.

Este lunes habló de la resolución en septiembre de los casos de corrupción que afectan al PP, que vaticina adversos, por procesos como el de Kitchen, o de Vox en su procedimiento ante el Tribunal de Cuentas. Habló hasta de la "coalición de lobbies oscuros".

"En otoño veremos", dijo, doblando la apuesta, calificándose como "el capitán" que sujetará "el timón" y dando a entender que en septiembre intentará aprobar unos Presupuestos para 2027. Y llamó de forma implícita a cerrar filas para dejar aislados a los pocos críticos del partido.

Para hacerlo, tira de manual con el ataque al PP, la referencia a los casos de corrupción de otros y el miedo a la ultraderecha, ayudado por los manifestantes "neonazis", dijo, a las puertas de la sede de Ferraz.

Y, por supuesto, con referencias a Carlos Mazón, a Isabel Díaz Ayuso y su novio, y a la foto de Alberto Núñez Feijóo con un narco. Al ataque y con el mensaje aproximado de "los otros son peores y nosotros hacemos política social".

Hasta habló de "debate" en la Ejecutiva del PSOE, que controla de principio a fin y en la que no se recuerda que se haya debatido nada desde hace años.

Lanzado, ha extendido el reto a los pocos críticos del partido: "Les animo a que en el Comité Federal intervengan, que lo hagan en los órganos internos y que desde luego la crítica siempre va a ser bienvenida». A ver quién se atreve a interponerse en su camino.

Y ha pedido a los barones y alcaldes preocupados por la proximidad de las generales a sus comicios locales que respeten "el ámbito" de cada uno.

Para seguir pedaleando hacia adelante camino de 2027 hizo cinco anuncios cosméticos que, en realidad, son seis, y no son novedad. Son estos:

1. Expulsión de Ábalos, 16 meses después

El primer anuncio de Sánchez fue la conclusión del expediente de expulsión de José Luis Ábalos por parte del PSOE.

Este expediente estaba paralizado desde hace más de un año, cuando se le suspendió de militancia. Lo extraño es que no se resolviera.

Ahora, la implicación de Cerdán en el caso ha agilizado de pronto su resolución. No hay nadie en el PSOE que pusiera en duda que Ábalos sería expulsado, pero el expediente estaba retenido. Quizás porque quien lo tenía que tramitar era Cerdán.

2. Baja anunciada de Santos Cerdán

El segundo anuncio es el de la baja voluntaria de Cerdán como militante y su abandono del escaño del Congreso, que sólo puede ser a petición propia.

Este anuncio es de la semana pasada, porque el propio exresponsable de Organización del PSOE lo había anunciado ya en un comunicado pactado con Sánchez.

Este lunes, Cerdán se limitó a ejecutarlo, con cierta inquietud en la dirección del PSOE, que esperaba que se hubiera producido el viernes.

El propio Cerdán había pedido a Ábalos que diera estos pasos cuando se descubrió su implicación en el caso Koldo. Es decir, hace lo que él mismo le pidió a su antecesor en el cargo por indicación de Sánchez.

3. Auditar otra vez las cuentas oficiales

En el PSOE hay temor a que haya algún asomo de financiación irregular del partido. El propio Sánchez se apresuró a decir que el informe de la UCO ni siquiera menciona esa posibilidad.

En realidad, hay algunas frases en el informe que sólo lo sugieren, pero sin concretar nada.

El líder socialista anunció este lunes una nueva auditoría externa de las cuentas del partido. Eso mismo anunció ya el jueves y ahora reconoce que ese día se lió, porque no sabía que el PSOE ya está sometido a una auditoría externa.

De hecho, la Ejecutiva aprobó este lunes un informe de auditoría externa que, según Sánchez, asegura que todo es correcto. Para salir del embrollo, el presidente del Gobierno aseguró que se hará una segunda auditoría. Ahora serán dos auditorías.

Cuando el PSOE abordó el caso Filesa y cuando el PP de Mariano Rajoy hizo frente a Gürtel, ya se anunciaron auditorías de los partidos que, obviamente, fueron satisfactorias, porque el dinero negro de las comisiones no se hace constar en los balances, ni en las facturas. El Tribunal de Cuentas, por definición, no lo detecta porque no puede.

4. Organización coral para 18 días

La cuarta medida es la sustitución de Cerdán como secretario de Organización, lo cual parece imprescindible y rutinario cuando cesa el secretario de Organización.

La única novedad es que será sustituido por una comisión de cuatro miembros hasta que el 5 de julio se apruebe el nombre del sustituto de Cerdán y de Ábalos, el tercero de la etapa de Sánchez.

No se sabe quién es, pero ya hay quinielas que incluyen a Óscar Puente o a Paco Salazar, entre otros, para hacerse cargo de la enorme "patata caliente".

En esa comisión que gobernará el partido durante 20 días está la gerente del partido, que lo ha sido en los años de Ábalos y Cerdán.

5. Comparecencia obligada en el Congreso

La quinta medida es lo que Sánchez llamó "la rendición de cuentas", es decir, su comparecencia a petición propia en el Pleno del Congreso para dar explicaciones.

Dijo "a petición propia" pero, en realidad, lo hace porque ya hay una mayoría de grupos que lo han solicitado, incluidos algunos socios parlamentarios del PSOE como ERC y BNG, entre otros. Podría producirse el 9 de julio, porque Moncloa alega que la intensa agenda internacional impide que sea antes.

Será ya con el Comité Federal celebrado y con tiempo suficiente para que puedan salir más revelaciones.

Lo complementa con una "comisión de investigación", que se solapará a las de las mascarillas del Congreso y el Senado, que ya han abordado asuntos vinculados al caso Ábalos.

Es decir, ya existe una comisión de investigación sobre este asunto en cada una de las dos cámaras, en las que, por ejemplo, han comparecido ya Ábalos, Koldo García y otros implicados en el caso. También ministros como Óscar Puente, que fue preguntado por las adjudicaciones de obras, y Fernando Grande Marlaska y Ángel Víctor Torres.

6. Ronda a remolque con los socios

Sánchez anunció, por último, una ronda con los socios parlamentarios "para conocer sus propuestas y estudiar con ellos acciones complementarias que podamos realizar en el ámbito legislativo, en las Cortes Generales".

La citada ronda nace con ciertas dificultades, porque Podemos se ha negado a ir, algunos partidos no quieren que haya foto y prácticamente todos no ocultan su irritación por su inoportunidad. Y porque se antepone a la dación de cuentas.

El ministro Félix Bolaños ha comprobado en las conversaciones previas las dificultades de la iniciativa por la incomodidad de los socios.