
La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, atiende a la prensa, este lunes, a su llegada a la Ciudad de la Justicia de Valencia.
La Generalitat ve "necesaria la imputación" del presidente de la CHJ tras la confesión de Pilar Bernabé ante la juez de la dana
La delegada del Gobierno pone a los pies de los caballos al Gobierno ante la jueza de Catarroja: en el Cecopi no se habló del barranco del Poyo.
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La Generalitat Valenciana considera "necesaria de manera evidente" la imputación de Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), tras la declaración, este lunes, de Pilar Bernabé en el juzgado. La delegada del Gobierno confesó a la jueza instructora del caso de la dana que sólo supo de las inundaciones provocadas en la Huerta Sur por la crecida del barranco del Poyo "a las 19:05 y por la llamada de una alcaldesa".
Fue la primera edil de Paiporta, la socialista María Isabel Albalat, la que a esa hora comunicó con Bernabé, su compañera de partido, que en ese momento estaba conectada de manera telemática a la reunión del Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi). Le dijo que se había desbordado el río y que estaba viendo a sus vecinos intentando salvarse.
Al encuentro también asistía Polo, en nombre de la CHJ, pero en ningún momento ni él ni sus técnicos informaron de la "súbita y violenta crecida" de agua que bajaba por la citada rambla.
Así lo explicó Bernabé, a pesar de que desde aquella fecha ha tratado de desmontar la versión de los hechos sostenida por la Generalitat. Sólo se habló del crecimiento del río Magro y de la posible rotura de la presa de Forata, lo que pone al Gobierno central a los pies de los caballos, ya que la CHJ depende de Transición Ecológica, el Ministerio que entonces dirigía Teresa Ribera.
De hecho, tras la llamada de Albalat, Bernabé pidió en el Cecopi que el ES-Alert -que se mandó por la "inminente" quiebra de la presa- se enviara a toda la provincia de Valencia.
Hasta este lunes, la ahora miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE había negado el "apagón informativo" de las dos horas y media clave en los correos sobre el caudal del Poyo, asegurando que "toda la información estuvo disponible". E incluso llegó a asegurar que la alerta masiva a móviles se envió "tarde", porque se esperó a la llegada del president, Carlos Mazón, al Cecopi. Ahora admite que no fue así.
La tesis principal, hasta el momento, de la jueza instructora es que, de no ser por el "manifiestamente tardío y erróneo en su contenido" mensaje del sistema Es-Alert, se podrían haber salvado vidas.
Y precisamente, en su declaración como testigo (obligada a decir verdad), Bernabé ha cambiado ahora aquellas declaraciones públicas por un relato de hechos en el que ella misma confiesa que nunca estuvo informada y se protege ante una posible imputación.
Porque la delegada del Gobierno era copresidenta del órgano junto con la entonces consejera de Interior del Consell valenciano, Salomé Pradas. Y en su declaración como imputada, la semana pasada, la exconsellera siguió una estrategia parecida, confesándose ignorante en cuestiones de emergencias, y señalando la responsabilidad de los técnicos.
Alertar de lo desconocido
"Eso es precisamente lo que llevamos diciendo seis meses, ¡por eso tenían a Polo escondido!", explica a este diario una fuente cercana a Mazón, en referencia al presidente de la Confederación Hidrográfica.
"La Generalitat nunca pudo informar, cuánto menos alertar del peligro, de unos hechos de los que no estaba informada". Ni sus responsables políticos ni los técnicos presentes en la reunión clave de aquella tarde, la del Cecopi, añade este portavoz del Consell.

EL ESPAÑOL Paiporta
En todas las horas en que se mantuvo ese encuentro para evaluar los efectos de la dana y tomar decisiones entre las administraciones y organismos implicados en la emergencia, la CHJ nunca hizo mención al Poyo.
Y, omitiendo la Confederación hasta 15 veces su obligación legal de avisar por escrito, entre el último email que envió el organismo de cuenca dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, cuando el caudal bajaba a las 16:13, y el siguiente, a las 18:43, el barranco había multiplicado por 80 su volumen de agua.
Cuando la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana fue informada de la inundación en Paiporta, ya había muertos bajo las aguas que anegaban Torrent, Paiporta, Benetússer...
Por eso, en la Generalitat se instaló este lunes una doble sensación de satisfacción e indignación, tras conocerse lo principal de la declaración de Pilar Bernabé.
La delegada del Gobierno en la Comunidad compareció en calidad de testigo ante la jueza de Catarroja, que investiga la tragedia de la dana del pasado 29 de octubre, que causó la muerte de 228 personas por el desborde del barranco del Poyo.
El entorno de Carlos Mazón estaba satisfecho, porque Bernabé había confesado que, efectivamente, la CHJ nunca informó aquella tarde sobre la enorme crecida del caudal del Poyo. Pero tanto el president como sus más estrechos colaboradores estaban también indignados, por los "seis meses que han pasado diciendo lo contrario".
La Generalitat no está personada en la causa. De hecho, lo ha intentado recientemente, pero la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja, denegó su personación "en este momento procesal", la semana pasada.
El Gobierno valenciano había solicitado ser parte en la investigación ante las posibles responsabilidades civiles que pudieran derivarse, ya que hay dos antiguos cargos del Gobierno valenciano imputados: la citada Pradas y el ex secretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso.
Por esta razón, aunque la conclusión de Mazón y sus colaboradores sea que "lo que procede ahora es imputar a Polo", porque su presunta responsabilidad como máximo responsable de la CHJ "ha quedado corroborada" por la declaración de Bernabé, no podrá instar a la instructora a ello.
La conclusión en el entorno de Mazón no es otra que si una dirigente socialista ha corroborado lo que sostiene la administración popular en Valencia "desde el primer día", que nadie en el Cecopi habló del riesgo en el barranco de Poyo, "no parece posible otra posibilidad".