
Imagen del folleto informativo en el que se observa el tipo de obras.
El alcalde de Coslada (PSOE) reubica una exposición con carácter sexual explícito y el artista le acusa de censura
La muestra se había programado en el vestíbulo de un centro cultural al que los menores de edad acuden a actividades extraescolares.
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La exposición de alto contenido erótico del artista cosladeño Rubén García pende de un hilo. Tras la decisión del Ayuntamiento de Coslada de cambiar de ubicación la muestra 'Parental Advisory', que se estrenaba este 4 de abril, el artista local ha puesto en duda su participación en el ciclo expositivo al considerar que desde el equipo del alcalde Ángel Viveros (PSOE) se ha ejercido censura sobre su trabajo.
"Me invade la rabia y la impotencia de saber que las decisiones políticas, el miedo y la cobardía a la hora de gestionar propuestas culturales tienen más peso que el criterio artístico de los responsables técnicos de esta área", ha declarado el artista en sus redes sociales.
La polémica surge por el contenido de las obras, de carácter sexualmente explícito, y su ubicación original en el vestíbulo del Centro Cultural Antonio López. Se trata de un espacio al que acuden menores de edad para actividades extraescolares, lo que ha llevado al Consistorio a reconsiderar su emplazamiento.
El Ayuntamiento defiende que no ha censurado la muestra, sino que ha propuesto trasladarla a otra sala en la planta superior del mismo centro, con mejores condiciones técnicas y mayor privacidad.
En su anuncio original, 'Parental Advisory' se definía como "una selección de obras unidas por un mismo objetivo: representar distintas imágenes de la historia del arte y la cultura visual que, por su contenido, en según qué contexto podrían ser censurables". El cartel promocional ya advertía que no era apta para menores sin acompañamiento de un adulto.
Por ello, el artista se ha mostrado especialmente indignado en sus redes sociales. Es cierto que sus trabajos, desde el primer momento (hasta cuando se hizo el catálogo con una pequeña sinopsis de la exposición) ya mostraba esas imágenes de clara connotación sexual.
De hecho, en el libreto cultural que se reparte por los hogares de Coslada se podía observar para ilustrar la exposición una especie de Shunga: grabado japonés cuyo original (del siglo XIX) se caracterizaba por su alto contenido erótico.
El Consistorio socialista admite que pudo cometer un error al asignarle la planta baja del centro cultural, ya que es una zona de paso frecuente. "Pero no le hemos censurado. Le hemos propuesto mover su exposición a otra sala más grande en la planta superior dentro de unos meses", han indicado fuentes municipales a Europa Press.
El artista ha denunciado la situación en su cuenta de Instagram, lamentando haber recibido la notificación del cambio con solo tres días de antelación. "Preparar más de 30 obras y la ilusión de poder mostrarlas se van desvaneciendo cuando recibes una llamada que te dice que tu obra no es adecuada para el espacio expositivo que te habían cedido meses antes", ha escrito.
La concejala de Cultura, Emilia Escudero, ha defendido la decisión municipal. "De nada sirve poner carteles de advertencia si el espacio resulta ser una zona de paso en la que los menores inevitablemente verán la exposición de manera involuntaria", ha explicado. Asegura que la nueva sala cumple con los requisitos para evitar esta situación y permitir que el aviso por edad tenga sentido.
Escudero ha subrayado que la propuesta de cambio busca garantizar la libertad creativa del artista sin comprometer la protección de los menores. "Deseamos que podamos inaugurarla en los próximos meses y que la gente venga a verla. El buen arte te tiene que hacer sentir, reflexionar, emocionarte y sin duda, esta exposición es buen arte porque no deja indiferente. Pero eso no es incompatible con hacerlo bien y con todas las garantías".
La obra
El artista presentaba esta exposición como una selección de obras unidas por un mismo objetivo: "representar distintas imágenes de la historia del arte y la cultura visual que, por su contenido, en según qué contexto podrían resultar censurables".
"Las obras en su mayoría son reinterpretaciones de obras de arte de siglos pasados, desde una escultura clásica encontrada en Herculano hasta una obra de la segunda mitad del siglo XX como Red Flag de Judy Chicago. También hay una recopilación de grabados japoneses denominados Shunga cuyos originales son del siglo XIX y que se caracterizaban por su contenido erótico", explicaba el propio artista en la descripción de su trabajo.
Por todo ello, con su trabajo, Ruben García intenta que el concepto de lo grotesco, indecoroso, desagradable, feo, zafio e inadecuado se enfrente "con la idea kantiana de la búsqueda de la belleza estética, como ese placer desinteresado a la hora de contemplar un objeto artístico".