Tomás Serrano

Política 'OPERACIÓN DELORME'

El hachazo del 'caso Koldo' golpea a Sánchez en plena crisis del 18F y la amnistía, y eclipsa su viaje a Rabat

El presidente del Gobierno siempre ha alardeado de tener un Gobierno limpio y este caso de corrupción puede afectar a varios de sus ministros.

22 febrero, 2024 02:16

Pedro Sánchez empezó el día en el Congreso con sonrisa tan permanente como forzada, frente a la euforia de Alberto Núñez Feijóo por el resultado de las elecciones autonómicas de Galicia. Y lo continuó en Marruecos respondiendo a reiteradas preguntas sobre lo que puede ser el primer caso de corrupción de su Gobierno: el presunto enriquecimiento en uno de sus ministerios con la compra de material sanitario contra la pandemia. 

Su viaje triunfal para celebrar el tan deseado y perseguido encuentro con el rey de Marruecos se empañó por la respuesta a la detención del más estrecho colaborador de uno de sus ministros y de los máximos responsables del PSOE en los últimos años, José Luis Ábalos.

Sánchez siempre ha presumido de que "este es un Gobierno limpio y sin casos de corrupción" y ahora ese mantra peligra. Ha perdido el precinto de la corrupción y además en un asunto referido al supuesto beneficio con la precariedad de material con la que se afrontó el trágico inicio de la pandemia.

[Koldo lideraba una trama de cargos del MITMA que daba contratos, cobraba y blanqueaba comisiones]

Por si fuera poco, la investigación afecta a ministros de su Gobierno y a las comunidades autónomas de Canarias y Baleares, presididas entonces por Ángel Víctor Torres, ahora ministro de Política Territorial, y Francina Armengol, en este momento presidenta del Congreso de los Diputados. Y además, el asunto está relacionado con fondos europeos.

Este hachazo golpea a Sánchez en plena crisis del PSOE, tres días después del desastre electoral en Galicia y con el Gobierno pendiente de lograr acuerdos sobre la amnistía y los Presupuestos para poder mantener la legislatura en pie.  

El PSOE y la Moncloa respondieron todo el día con el manual de la presunción de inocencia, el caso aislado y muy limitado a alguien que ni siquiera es militante y el recurso de decir que, además, el PP tiene casos mucho peores. 

Esa es la estrategia habitual en este tipo de situaciones, aplicado ayer por el PSOE y por Moncloa como respuesta a la detención de Koldo García, asesor y colaborador estrecho de José Luis Ábalos en el Ministerio de Fomento y en la Secretaría de Organización del partido.

Oficialmente, la única respuesta fue la del propio Pedro Sánchez para asegurar que el Ejecutivo "siempre ha colaborado con la Justicia" y que "más allá del recorrido judicial de este caso, cualquier intento de enriquecimiento a través del cobro de comisiones de una tragedia como fue la pandemia y como hemos visto en otras instancias y autonomías cuenta con toda mi reprobación y el rechazo de todo el Gobierno de España".

Su propio vaticinio incluye el reconocimiento de que puede tener que afrontar su primer gran escándalo.

El caso, además, provocó incomodidad visible porque este asunto tapa en la agenda política otros como el viaje de Sánchez a Rabat y su encuentro con Mohamed VI. Da munición política a un PP ya crecido por las elecciones en Galicia.

Resucita el pasado

Tras el disgusto oficial se esconde, además, la resurrección de un episodio que nunca se aclaró y que siempre han eludido los protagonistas: la abrupta salida de Ábalos en 2021 de la dirección del PSOE y del Gobierno.

Ábalos fue mano derecha de Sánchez en la etapa de las primarias en el PSOE, negoció la moción de censura en 2018 y luego, con Unidas Podemos, el Gobierno de coalición en 2019. Prolongó su poder en el partido en el inicio de su mandato. Y, de pronto, cayó en desgracia sin que nunca ninguno de los protagonistas explicara nada.

Sánchez no mencionó nunca a su antes estrecho colaborador y Ábalos aceptó un papel de diputado y presidente de una comisión del Congreso para compensarle económicamente. Siempre ha defendido públicamente a Sánchez.

Cuando el presidente del Gobierno ha ido recuperando a otros excolaboradores apartados, nunca lo hizo con Ábalos.

En el misterio de la caída en desgracia se habló, tanto en el PSOE como en la Moncloa, de todo tipo de razones y siempre se mencionó la incomodidad de muchos con el papel que terminó asumiendo Koldo García en el entorno de Ábalos. Moncloa le hizo llegar el problema de las relaciones y funciones asumidas por el asesor, pero el entonces ministro le respaldó siempre y, además, presionó a medios para que no publicaran más sobre Koldo García.

Ayer todo esto se recordó entre dirigentes del PSOE y miembros del Gobierno que, además, hacen referencia a una etapa de peleas internas en Ferraz que acabaron con la salida de Ábalos y luego de Adriana Lastra. Se recordó, por ejemplo, que Koldo García entraba en reuniones del partido y del Gobierno, y que era algo más que un asistente, hasta el punto de provocar notable incomodidad y recelos entre muchos.

Llamó la atención entonces que Ábalos llegó a nombrar a Koldo García miembro del Consejo de Administración de RENFE.

Sánchez explicó ayer en Rabat que él nunca supo nada de las supuestas actividades de Koldo García, por las que acaba de ser detenido. Si dijera que lo sabía y no actuó ante la Justicia, el presidente del Gobierno tendría un problema aún mayor.