Irene Montero y Ione Belarra, en el Orgullo LGTBI de Madrid.

Irene Montero y Ione Belarra, en el Orgullo LGTBI de Madrid. Víctor Lerena EFE

Política PODEMOS

La nueva vida de la ciudadana Irene Montero: trabajará para Podemos aunque pierda sus cargos

La ministra seguirá al frente de Igualdad hasta que haya renovación de Gobierno y, después, se pondrá a disposición del partido.

31 julio, 2023 02:53

La dirección de Podemos nunca ha ocultado, ni en público ni mucho menos en privado, que el resultado de las elecciones le resulta agridulce. Aunque la posibilidad de revalidar el Gobierno progresista sea una posibilidad, en la formación morada existe la sensación de que salen de las urnas más derrotados de lo que entraron, con 700.000 votos perdidos en el camino por Sumar, su papel dentro de la coalición empequeñecido y, a fin de cuentas, casi justificando el haber dejado a Irene Montero en la estacada. No era el plan inicial.

El entorno de la ministra de Igualdad, excluida de las listas de Sumar, tenía pensado hacerla renacer ante una hipotética repetición electoral y usarla como "excusa" —otras fuentes hablan que "mártir"— en la renegociación de la alianza. Lo imprevisible del 23-J truncó todos estos planes. Ahora la número 2 de los morados navega en aguas desconocidas sin saber exactamente qué será de ella en el futuro.

Una cosa sí tiene clara: seguirá trabajando para Podemos y seguirá en funciones al frente del Ministerio Igualdad, hasta que se forme un nuevo Gobierno. En su entorno cuentan que sigue encerrada en su despacho y que, cuando Pedro Sánchez decretó el cierre del Gobierno por vacaciones, el martes pasado, lo primero que hizo fue volver al Ministerio para seguir trabajando.

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El próximo 1 de agosto Montero presidirá un nuevo comité de crisis por las asesinadas en el mes de julio, pero después la actividad se ralentizará y volverá a centrarse plenamente en Podemos hasta la siguiente llamada de Sánchez, el día 29. De hecho, una vez se renueve el Gobierno y pierda su papel de ministra de funciones, Montero se ha puesto a disposición del partido y de la secretaria general, Ione Belarra, para "asumir su papel" fuera de la política institucional. 

Desde el partido recuerdan que "volverá a los orígenes", en referencia a esos dos años, entre 2014 y 2016, en los que simplemente trabajó para el partido: primero como responsable de Movimientos Sociales y luego como directora de gabinete de Pablo Iglesias. Como número 2 de Podemos, es evidente que su posición y responsabilidades ahora serán mayores, pero ni siquiera tiene claro que vaya a percibir sueldo de una formación que, hoy por hoy, cuenta cada céntimo. Pablo Echenique, por ejemplo, no lo hará.

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Intramuros hay quien dice que incluso puede que le venga bien salir del foco un tiempo, no quemarse en una legislatura complicada y previsiblemente bronca con el resto del grupo parlamentario y regresar como revulsivo en un futuro. Más o menos, ese era el plan inicial si las elecciones iban mal y Podemos tenía que sacar músculo por encima del resto de la coalición.

Tampoco se trata de desaparecer por completo. Ione Belarra no para de repetir que Montero es "el presente y el futuro" del partido, en referencia a que incluso desde la distancia sigue siendo su capital político más importante. Si hubiera elecciones y Podemos se presentara por separado, hay pocas dudas de que la ministra de Igualdad sería la candidata a la Presidencia del Gobierno, aunque no lidere su propio partido. De cualquier forma, no es el caso.

"Se merece un descanso y eso está bien, pero sigue siendo indispensable", detallan fuentes de la dirección morada. "Lo peor es que [con el veto en Sumar] han legitimado esta persecución, y no te vas a encontrar mucha gente que ponga la cara, el cuerpo y la vida para que no lo haga el resto. A Irene le han jodido la vida y nadie fuera de Podemos se lo ha reconocido", se lamentan.

Lo que esto significa, básicamente, es que por muy ciudadana Irene Montero que se vuelva, sus miedos seguirán siendo los mismos que antes. Desde su entorno recuerdan, por ejemplo, que pasará mucho tiempo hasta que pueda cogerse "unas vacaciones normales" en España, por miedo al acoso,. Y que las curvas de la política de primer nivel la obligan a no poder planear nada con antelación. Y esta vez ni siquiera podrá justificarlo con los privilegios del sueldo y el trato.

Su forma de defenderse, al menos hasta ahora, siempre ha sido volcarse en el trabajo, subrayando mucho y anotando en los márgenes.  Una persona muy cercana a ella recuerda que Montero lleva años queriendo terminar su tesis doctoral, "cuando saque tiempo". Quizá ahora tenga bastante.