José Manuel Albares, con su el ministro indio de Exteriores,  Subrahmanyam Jaishankar, en Nueva Dehli.

José Manuel Albares, con su el ministro indio de Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, en Nueva Dehli. Efe

Política CRISIS CON ARGELIA

Italia rechaza las propuestas de Albares para negociar juntos con Argelia sobre el gas

El ministro ha viajado a la India después de que Luigi di Maio le transmita que éste es un asunto bilateral de cada Estado, y no del conjunto de la Unión.

16 junio, 2022 03:24
Fernando Garea Alberto D. Prieto

Desde que el pasado miércoles 8 de junio, Argelia dio por roto el Tratado de Amistad y Buena Vecindad con España, la actividad del ministro José Manuel Albares ha sido frenética. Si el jueves el país africano elevaba la tensión, dando por suspendidas las actividades comerciales, el viernes el ministro de Exteriores paraba el golpe de la mano de la Comisión Europea. Pero entretanto, ha fracasado en su intento de acción conjunta con Italia, según ha podido conocer este periódico en fuentes gubernamentales.

Antes de volar a la India en la noche de este martes, Albares llevaba días contactando con su homólogo en Roma, Luigi di Maio, para pedirle una acción conjunta ante el Gobierno de Abdelmajid Tebboune. Este lunes, todavía confiaba en lograr un acuerdo con Di Maio, pero desde el Palacio de la Farnesina ha recibido un "no" por respuesta.

Albares y Di Maio -su homólogo y líder del M5S- ya se entrevistaron el pasado 22 de abril en Roma, al poco de estallar la crisis entre España y Argelia. Pero en lenguaje diplomático, se le dijo que éste es un asunto bilateral de cada Estado con Argelia, y no del conjunto de la Unión. Traducido al cristiano, que en las actuales circunstancias, cada uno se busca la vida.

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En ese punto, España se queda colgada. O, al menos, con menor respaldo para negociar.

Por mucho que Ursula von der Leyen animara a Pedro Sánchez, el 5 de marzo en Moncloa, a arreglar el conflicto con Marruecos; por mucho que, a cambio, le ofreciera impulsar la interconexión gasística con Francia y el resto de Europa, prometiendo financiación para el gasoducto Midcat... lo cierto es que Madrid se está empezando a arreglar con Rabat, pero se ha enemistado con Argel.

Es decir, España ha hecho concesiones políticas graves en el Sáhara a cambio de una expectativa aún no cumplida con Marruecos. Y de vuelta, ha recibido un castigo económico de primera magnitud por parte de Argelia. Además, finalmente, el gas puede ser la causa de división en la UE en el conflicto de Ucrania, dada la necesidad de cada Estado de buscar el suministro por diferentes vías.

Roma saca ventaja

España e Italia son las dos vías de entrada del gas argelino en Europa. Y el Ejecutivo de Mario Draghi ya se lanzó a renegociar más suministro en el momento en el que Argel retiró a su embajador en Madrid, a mediados de marzo, tras el viraje de Pedro Sánchez respecto al Sáhara. 

José Manuel Albares y el ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio, el pasado abril en Roma.

José Manuel Albares y el ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio, el pasado abril en Roma. Efe

La carta filtrada desde el gabinete del rey Mohamed VI, en la que Sánchez reconocía la autonomía del Sáhara bajo la soberanía de Marruecos como la solución "más seria, más realista y más creíble", rompió el complicado equilibrio mantenido durante 47 años por los distintos inquilinos de la Moncloa con respecto a la antigua provincia española: ni con Rabat ni con Argel, pero sobre todo, ni contra Marruecos ni contra Argelia.

El Gobierno de Tebboune dio indicaciones a la empresa pública Sonatrach para revisar los contratos de suministro con empresas españolas de inmediato. Aún se sigue negociando, pero cuando se alcance un acuerdo, éste tendrá vigencia retroactiva desde el 1 de enero.

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Así que para Albares resulta clave aprovechar la buena relación que todavía mantiene Roma con Argel para sentarse a la misma mesa en una acción concertada. Tras el no italiano, España está en una posición negociadora mucho más débil: no únicamente sola, sino con un competidor en mejores circunstancias técnicas, económicas y políticas.

Porque a Di Maio no le ha convenido la oferta española, evidentemente. A pesar del eje Madrid-Roma, concertado por Sánchez con Giuseppe Conte y que Mario Draghi asumió como propio, Roma lleva estos tres meses tomando posiciones, y su primer ministro no tardó ni tres semanas en visitar Argel, el 11 de abril, para rendir pleitesía a Tebboune: le aseguró más compras, en un negocio ventajoso para ambas partes.

A merced de Bruselas

Roma lograría, así, una vía para irse desprendiendo de su dependencia de Rusia (hasta este año, del 40% de sus suministros de gas).Y Argel consolidaría otra vía a Europa que le permitirá, al tiempo: complacer a su nuevo mejor amigo, cumplir con el resto de la UE (Italia sí tiene interconexiones con el continente, no como España) y presionar políticamente a Madrid.

Si España tiene un problema con Argelia, la Unión Europea sale en su defensa. Así lo hemos visto en la última semana. Pero hay salvedades.

La primera, que lo hace la Comisión, es decir, el gobierno conjunto de Bruselas, no los gobiernos hermanos. Y la segunda, que ha sido así (en este caso) por la conjunción de varias circunstancias: que España lo ha pedido, que había un Tratado de Asociación que compromete al país africano con la UE y que, de haber no haber actuado, se ponía en riesgo el suministro de gas a todo el viejo continente en el peor momento posible.

En plena guerra de invasión rusa sobre Ucrania, con la Comisión impulsando la desconexión gradual de los Veintisiete de su dependencia de los combustibles fósiles de Moscú, se pueden buscar nuevos suministradores -como ha hecho Von der Leyen con Israel, estos días- pero no perder ninguno. Y Argelia es uno clave por su cercanía y capacidad de producción.

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Por eso, Exteriores no emitió ninguna nota de protesta ante los "gravísimos insultos" proferidos este martes desde la agencia oficial de noticias argelina contra Albares. Por eso, las fuentes oficiales del Ministerio se limitaban a asegurar que "se sigue trabajando por la desescalada del conflicto". Pero también por eso, la posición de nuestro país, sin aliados activos -más que la UE para parar los golpes- es cada vez más débil.

El Gobierno da por hecho que Argelia intentará forzar subidas de precio del gas que exporta a España. Lo hará para aprovechar la coyuntura de tensión con Moncloa y porque ha aumentado la demanda desde otros países que se abastecían también con gas procedente de Rusia.