José Manuel Albares, ministro de Exteriores, en rueda de prensa.

José Manuel Albares, ministro de Exteriores, en rueda de prensa. Efe

Política CRISIS EN UCRANIA

El Gobierno ya estudia el desalojo del personal no esencial de la embajada de España en Kiev

Albares trata la crisis bélica en Ucrania con su homólogo holandés, Wopke Hoekstra, antes de recibir a la ministra alemana, Annalena Baerbock.

14 febrero, 2022 15:11

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El Gobierno de España sigue da nuevos pasos en la evolución de la crisis bélica provocada por Rusia en las fronteras de Ucrania. "Ya estamos evaluando al personal de la embajada en Kiev y evaluando al personal no esencial para decidir su evacuación en cuanto sea necesaria", ha admitido José Manuel Albares. "Las 36 personas que trabajan en la legación diplomática siguen plenamente operativas", ha añadido, "pero tenemos un plan de evacuación diseñado no sólo para ellas, sino para los casi 500 españoles que residen en el país".

Albares ha comparecido en una rueda de prensa conjunta con su homólogo neerlandés, el democristiano Wopke Hoekstra, tras la reunión bilateral que han mantenido este lunes en Madrid. En las próximas horas, visitará la capital de España también la titular de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, del partido de Los Verdes integrado en la llamada coalición semáforo de socialdemócratas, liberales y ecologistas.

"Este mismo lunes, el canciller Scholz viaja a Kiev", abundó Albares, "para reunirse con el presidente Volodymyr Zelensky", con el que se entrevistó el ministro español la semana pasada. También hablará con el mandatario ruso, Vladímir Putin, "porque la vía de la diplomacia sigue abierta... aunque es un camino estrecho, debemos trabajar por ensancharlo".

Ya el pasado sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores cambió las recomendaciones de viaje al país del este de Europa, y pasó a recomendar que los ciudadanos españoles no visiten suelo ucraniano. "El jueves, hubo una reunión del Consejo Atlántico, y uno de nuestros socios, con capacidades de observación y logísticas muy superiores a los demás nos dio una información que nos llevó a tomar esa decisión", ha admitido el jefe de la diplomacia española.

"No le puedo aportar detalles, pero casi un centenar de los españoles residentes en Ucrania ya han expresado su voluntad de dejar el país", ha apuntado Albares. "A pesar de que aún hay aerolíneas operativas y las carreteras siguen siendo seguras para cualquier operación de salida, otros ciudadanos han confirmado a la embajada que se quedarán".

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, junto a su homólogo neerlandés, Wopke Hoekstra, en rueda de prensa conjunta.

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, junto a su homólogo neerlandés, Wopke Hoekstra, en rueda de prensa conjunta. Efe

Estos días se están multiplicando los contactos diplomáticos entre los socios de la Unión Europea y los aliados dela OTAN. Hoekstra, de hecho, ha confirmado que "nadie sabe lo que va a pasar, ni cuándo", sugiriendo que la tensión bélica no augura una solución pacífica a la crisis, "pero quien ha llevado a 150.000 soldados a su frontera con Ucrania ha sido Rusia, y donde deberían estar es en sus cuarteles".

Ataque inminente

En ese sentido, Albares ha sido muy claro: "Hace falta una desescalada, pero ésa sólo puede venir del lado de Moscú, cuya acumulación de tropas no viene provocada por ninguna respuesta defensiva a una amenaza". En realidad, al contrario, "esa escalada nos la tomamos todos los europeos como una amenaza muy seria".

De hecho, al ministro español se le ha entendido entre líneas que su esperanza en una resolución pacífica -"mediante el diálogo y la diplomacia"- es muy pequeña. En un pasaje de su breve comparecencia con el titular holandés de Exteriores ha llegado a afirmar que "aunque la vía es el diálogo, no se puede estar dialogando permanentemente bajo presión".

Pero, sobre todo, sugirió que la agresión se da casi por descontado al referirse a ésta del siguiente modo: "Cuando tengamos que afrontar la crisis, en los próximos días o semanas", se tomarán las decisiones oportunas. Éstas serán "graves y significativas", abundó su homólogo neerlandés, cuyo Gobierno está evaluando en este momento la solicitud ucraniana de venta de armas y material bélico, "una decisión que esperamos llevar al Parlamento a finales de esta semana".

Un tanque del Ejército ruso realiza maniobras militares en la región bielorrusa de Brest.

Un tanque del Ejército ruso realiza maniobras militares en la región bielorrusa de Brest. Reuters

España, al menos de momento, no hará tal cosa. La decisión del Ejecutivo de coalición es la de no surtir de armamento a Kiev. Por ahora, sólo se han enviado fragatas al Mar Negro, se han mantenido los soldados en Letonia y se han aportado cuatro cazas a la base de patrullas preventivas aliadas en Bulgaria.

Autonomía estratégica de la UE

Ambos ministros, Hoekstra y Albares, han discutido de otros asuntos en su reunión previa, según han informado fuentes de Exteriores. Entre ellos, una profundización de la colaboración financiera y comercial, que ya ha regresado a los niveles prepandemia.

Pero también han tratado sobre la "traducción en acciones concretas" del non paper firmado hace pocos meses entre ambos gobiernos para el impulso de la autonomía estratégica europea. "Éste es un debate que se está desarrollando en estos momentos en el seno de la Unión Europea, y España y Países Bajos, con nuestros lazos históricos conjuntos y la fuerza de ser la cuarta y quinta economías de la UE, debemos reforzar una alianza en este campo", expresó Albares.

España e Italia ya colaboran en este campo, cono iniciativas conjuntas en el plano de la aviación. Madrid, de hecho, ya comparte con Roma una estrategia común en el plano militar para impulsar un embrión del ejército europeo, como recoge el Strategic Compass impulsado por Josep Borrell, en este caso, a partir de una versión europea de la Unidad Militar de Emergencias.

"La colaboración europea en el seno de la OTAN", dijo Hoekstra, "está en su momento más intenso". Primero, por necesidad ante la amenaza rusa a un país socio como Ucrania y a los suministros energéticos de la Unión. Pero también por necesidad estratégica de futuro.