Las Facultades apuestan por la presencialidad para los exámenes de este curso.

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Política EDUCACIÓN

El lío de examinarte con Covid en la Universidad: cada centro elige su propia fórmula de acceso

Algunas universidades solicitan un certificado médico, pero otras se conforman con una declaración jurada para posponer el examen.

25 enero, 2022 01:44

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Las universidades de toda España celebran durante enero y febrero sus exámenes de evaluación del primer cuatrimestre. Pruebas que coincidirán con la sexta ola de la Covid-19 aglutinando a una población (20-30 años, edad mayoritaria en matriculación universitaria) que lidera la cresta del pico de contagios.

Es por eso que muchas universidades han puesto en marcha procedimientos para que, si estás contagiado de Covid-19 en el momento en el que se ha convocado el examen, se pueda retrasar la realización de la prueba. Una iniciativa que se repite en casi todos los centros, pero exigiendo a los alumnos condicionantes muy diferentes.

Los criterios a la hora de dar esta segunda oportunidad a los alumnos contagiados van desde pedir un certificado de PCR (muy difícil de conseguir con los centros de Atención Primaria colapsados) hasta una declaración jurada por la que el claustro se fía de la palabra del estudiante. Una desigualdad que está generando cierto recelo en el ámbito estudiantil, aunque los centros insisten en que los exámenes online no son una opción.

El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades (CRUE), José Carlos Gómez Villamandos, ha explicado que lo ideal es presentar un justificante médico aunque son "conscientes" de la saturación de los centros de Atención Primaria y las dificultades que hay a la hora de atender la demanda de justificantes.

Por otro lado, la CRUE (agrupa unas 80 universidades públicas y privadas del país) ha recomendado establecer la posibilidad de que el estudiante contagiado presente una declaración jurada para presentarse en una segunda convocatoria, aunque no todos los centros lo han aceptado.

La idea no termina de cuajar entre los estudiantes, no porque les aparezca mala o buena, sino por la disparidad de criterios en los campus. "Es el segundo año que se realizan pruebas de estas características en mitad de una pandemia", reiteran para poner en valor que han tenido más de un año para coordinar una respuesta.

Pero es que, como recordó el propio ministro de Universidades, Joan Subirats, su departamento tiene las manos atadas y no tiene potestad para imponer nada ni a las Comunidades Autónomas ni a las Universidades. Su función, y así lo ha reiterado, es la de "aunar" sin unificar. Por ello, el ministro sólo se ha podido comprometer a que los alumnos contagiados tendrán una segunda convocatoria, pero sin meterse en cómo la ofrece cada centro.

En su primera aparición pública a principios del mes de enero, Subirats ratificó que "estamos trabajando con las universidades para que los estudiantes contagiados no pierdan la convocatoria de examen y tengan la posibilidad de buscar una segunda oportunidad si en el momento concreto están en una situación pandémica".

Principales universidades

Analizando algunas de las principales universidades de España se puede observar que los criterios para atrasar el examen si eres positivo Covid son muy dispares. Por ejemplo, en la Universidad Complutense de Madrid (la más grande de carácter presencial del país) sólo se pide una declaración de responsabilidad a través de un cuestionario.

Además, han puesto en marcha un sistema de comunicación digital para informar de los casos de cuarentena y la solicitud de reprogramación de exámenes que será 10 días después de la fecha prevista.

Por otro lado, la más grande no presencial (UNED) ha previsto un periodo excepcional del que todavía no ha comunicado ni fecha ni medidas. En su caso, el contagiado deberá adjuntar a su solicitud para atrasar el examen.

En el resto de grandes universidades de capitales españoles el panorama es parecido. En la Universidad Autónoma de Barcelona se debe presentar un documento informado con los datos personales del alumno y una documentación que justifique atrasar el examen (es decir, un documento oficial que pruebe el positivo Covid-19).

En la Universidad de Sevilla también hay que justificar y documentar la situación, pero hay que ponerlo, previamente, en conocimiento del Tribunal único y no de forma aislada al profesor. Para ello, hay que presentar una instancia en el registro de la Universidad de Sevilla, dirigida a la Comisión Universitaria del Tribunal único de la PAU/PEvAU, justificando y documentando tu situación.

En la Universidad de Salamanca, por el contrario, es necesario firmar una declaración responsable en la que aseguras que tienes la infección y, a partir de ahí, se fija una evaluación alternativa. El cierre de actas va a ser flexible y, para no ocasionar más problemas, se respetará un plazo mínimo de 48 horas entre las pruebas alternativas de distintas asignaturas

Verso suelto es la Universidad de Barcelona, donde dejan a cada uno de los profesores establecer cómo se convoca y bajo qué parámetros la prueba extraordinaria para los contagiados de Covid-19.

En una carta del rector, Joan Guardia, se explica que lo único que hará el rectorado es asegurar que la respuesta de cada profesor "se ajuste a los dos principios mencionados en aquellos casos en los que el alumnado, por razones justificadas, no pueda realizar la prueba presencial ordinaria".

En la Universidad de Málaga, la solicitud de cambio de fecha se acompañará de una PCR o test de antígeno, certificado médico que indique que se tienen síntomas compatibles con Covid-19 o solicitud a través de Clic Salud para prueba de diagnóstico: "En caso de no disponer de ninguno de estos documentos, bastará una declaración jurada".

Otros centros tiran de la red sanitaria pública como es el caso de la Universidad Carlos III de Madrid que exige una prueba documental del contagio. Para ello, los centros y residencias informan a los estudiantes de los 21 puntos de pruebas gratuitas que ha abierto la Sanidad de Madrid.

En definitiva, un crisol de oportunidades y modelos para que los estudiantes no pierdan convocatoria pero que, como insisten los afectados, son "desiguales". Por lo menos, este año todas las partes se han puesto de acuerdo en apostar por la presencialidad, no como le pasó el curso pasado al exministro Manuel Castells.