Casado y Ayuso se abrazan, junto a Feijóo, López Miras y Vivas.

Casado y Ayuso se abrazan, junto a Feijóo, López Miras y Vivas. EFE

Política CONVENCIÓN PP

La paz de Ayuso y Casado no desbloquea la guerra del PP de Madrid, en la que ni Génova ni Sol ceden

Malestar entre algunos barones porque Ayuso insinúe, pese a cerrar filas, que podría haber competido con el líder del partido.

3 octubre, 2021 02:30
Mariano Alonso Dani Valero

Noticias relacionadas

La primera jornada en Valencia de la Convención nacional del PP, que clausurará este domingo Pablo Casado, dejaba como principal novedad la paz entre la dirección nacional e Isabel Díaz Ayuso, después de un mes de septiembre de gran tensión entre Génova y la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid.

Ayuso, recién llegada de su gira por EEUU, aparecía la última en el Palau de les Arts en medio de una gran expectación. Evitaba hablar ante los medios para reservar toda la expectación hacia el coloquio en el que se encontraba con sus homólogos y compañeros Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Fernández Mañueco, Juan Manuel Moreno y Fernando López Miras, además del presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas.

Y allí ponía en pie al público de la Convención sellando de manera explícita la paz con Casado, cuyas casi dos décadas de amistad ponía en valor, aludiendo incluso a la esposa del presidente del partido, quien acompañaba al líder de la oposición en la primera fila del auditorio. "Hoy te quiero decir, delante de tu mujer, delante de la gente que te quiere, te quiero dejar claro que tengo meridianamente claro dónde está mi sitio. Mi sitio está en Madrid" afirmaba Ayuso, tras aludir a su intención de presidir el PP de Madrid y a un "infierno político y mediático" que, decía, se ha vivido en las últimas semanas.

Pero aunque el clima se relajaba exponencialmente a partir de ese momento -y despejaba la polémica de cara a la clausura del domingo, un gran acto en el que el PP vuelve a la Plaza de Toros de la capital del Turia, uno de los escenarios señeros de su época dorada en España y en la Comunidad Valenciana- el origen del enfrentamiento permanece sin solución a la vista.

Ayuso sigue queriendo presidir el PP de Madrid, o dicho por sus propias palabras este sábado, "dar un paso el frente en Madrid, aunque eso sea ahora lo de menos", Génova preferiría una "tercera vía" entre ella y José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la capital sigue sin descartarse del todo y la dirección nacional no cede en la pretensión de Ayuso de que el congreso regional se adelante.

Ayuso, Moreno y Feijóo.

Ayuso, Moreno y Feijóo. EFE

El cónclave de los populares madrileños, insisten fuentes de Génova, se celebrará cuando toca, tal y como aprobó la Junta Directiva Nacional, que es en algún momento del primer semestre de 2022, justo antes del congreso nacional que ratificará la presidencia de Casado. 

Así las cosas, y aunque la tensión entre Casado y Ayuso ya no es la de septiembre -"Pablo e Isa son amigos, desde que eran casi chiquititos" afirman gráficamente fuentes dle entorno de Casado- la situación que ha originado el conflicto no se desbloquea. Hace tiempo que en la cúpula popular asumen que a estas alturas del enfrentamiento la solución al mismo no será la idónea, o que dejará "vencedores y vencidos". 

De las diferencias entre Génova y Sol daba buena elocuencia el discurso del número dos del partido, Teodoro García Egea, uno de los discursos estelares de la jornada, en el que reivindicaba su freno a la moción del PSOE y Ciudadanos en Murcia el pasado marzo como el origen de la arrolladora victoria de Ayuso en las autonómicas madrileñas del 4-M. Fuentes del entorno de Ayuso evitaban comentar el discurso del secretario general, asegurando que la presidenta había mostrado su apoyo a Casado, la persona, insistían en línea con el propio discurso de la presidenta, con la que lleva haciando política desde "hace diecisiete años". 

"No procedía"

E incluso al margen del futuro del PP de Madrid, y pese al alivio que supuso para el PP el cierre de filas de Ayuso, desde el entorno de algunos barones trasladaban su malestar por el modo en el que lo hizo. Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL afearon que la dirigente fuera más allá de mostrar su respaldo a Casado. Llegó a insinuar que podría haber competido contra él, según interpretan. La frase de la discordia fue su ya célebre "tengo meridianamente claro dónde está mi sitio. Mi sitio está en Madrid".

"No procedía. Dice que renuncia a algo que no está sobre la mesa. El liderazgo del presidente de partido no está en cuestión. También podría haber renunciado a la presidencia de EEUU", criticaban. En efecto, el resto de los presidentes que intervinieron en la Convención Nacional se limitaron a ensalzar a Casado y a afirmar que será el próximo presidente del Gobierno de España.

Ayuso, en la Convención.

Ayuso, en la Convención. EFE

Así lo hicieron Núñez Feijóo (Galicia), Moreno Bonilla (Andalucía), Fernández Mañueco (Castilla y León) y el murciano López Miras. Todos con la salvedad de este último. El presidente de Murcia, tras escuchar a Ayuso, también se descartó para competir con Casado, aunque en tono de broma. "Yo también me quedo en Murcia", ironizó en el mismo coloquio, poco después de las palabras de Ayuso. Una aparente gota de sentido del humor, dentro de la tensión ambiente, que en realidad escondía una carga de profundidad sobre la actuación de la presidenta madrileña. 

Este sábado, en definitiva, se firmó una paz agridulce, según interpretan algunos barones. Porque Ayuso ensalzó a Casado pero puso también de manifiesto que está en disposición de discutirle el liderazgo del PP. Que podría hacerlo, aunque no quiera.

La dirección nacional, en cualquier caso, se esforzó en subrayar la lealtad trasladada al presidente del partido parte de los territorios. Así lo afirmó textualmente en el comunicado oficial, titulado "los presidentes autonómicos proclaman su lealtad a Casado". Este enunciado también sorprendió entre los asistentes a la Convención Nacional. "¿Significa que estaba en duda la lealtad de algún dirigente autonómico?", reflexionaban.