Camilo Villarino,  jefe de gabinete de González Laya en su etapa de ministra.

Camilo Villarino, jefe de gabinete de González Laya en su etapa de ministra.

Política EXTERIORES

La plaza de embajador en Moscú, en el aire tras la imputación de Villarino en el 'caso Ghali'

El jefe de gabinete de Laya era el elegido para cubrir la vacante: ya se había enviado su nombre a la capital rusa para obtener el plácet.

12 agosto, 2021 02:53

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La acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, sigue causando quebraderos de cabeza al Gobierno. Si la relación con Marruecos parece dar pasos para solucionar la crisis desatada en mayo, ahora el Ministerio de Exteriores encara un nuevo contratiempo.

La plaza de embajador en Moscú está vacante desde mediados de junio por la jubilación de su anterior representante, Fernando Valderrama. El mejor posicionado para sustituirlo era Camilo Villarino, jefe de gabinete de la exministra Arancha González Laya.

Su designación ha quedado paralizada por el momento. Este martes se conocía que un juzgado de Zaragoza citaba como investigado a Villarino por la entrada de Ghali el pasado 18 abril en la base militar de la capital aragonesa.

Camilo Villarino era el candidato para ser designado nuevo embajador en Moscú. En plena crisis con Marruecos, la exministra Arancha González Laya decidió que fuese él quien ocupase la plaza en Rusia en un intentó de poner tierra de por medio con el reino alauita.

La nueva situación procesal de Villarino deja ahora su nombramiento en el aire. El asunto se está tratando en el seno del Ministerio de Exteriores. El responsable de la diplomacia española, José Manuel Albares, está haciendo un equipo nuevo para distanciarse de la anterior gestión.

Por el momento, se han nombrado tres nuevos secretarios de Estado y siete directores generales, con los que Albares buscar abrir una nueva etapa en las relaciones diplomáticas y afrontar algunos de los problemas con los que se ha encontrado.

El nombramiento de Villarino era inminente. Exteriores incluso solicitó el plácet a Moscú para recibir el visto bueno de las autoridades rusas. Por ahora no se ha recibido respuesta, aunque este es un proceso que suele retrasarse y no tiene relación con la polémica por el caso Ghali.

La última palabra en el nombramiento de los embajadores la tiene el Consejo de Ministros. Este organismo plasma las designaciones en el Boletín Oficial del Estado. Por el momento no hay pronunciamientos públicos sobre el futuro de Villarino, aunque la decisión del juez ha causado "impacto" en el Gobierno.

Reconoció los hechos

Villarino reconoció ante el juez que fue él quien dio la orden de ordenar la entrada de Brahim Ghali en España sin control alguno de "aduanas o inmigración", tal y como publicó EL ESPAÑOL.

El entonces jefe de Gabinete de González Laya, admitió que fue él quien, el 18 de abril, "vía telefónica", se puso en contacto con el Estado Mayor del Ejército del Aire para advertir de la llegada del avión argelino con el líder saharaui en su interior.

En esa misma contestación al magistrado de Zaragoza, Villarino narró que habló directamente con el General Segundo Jefe del Estado Mayor del Aire, Francisco Javier Fernández Sánchez.

El juez trata de aclarar si el mandatario saharaui accedió a territorio nacional con documentación falsa y cita a Villarino al entender que este hecho podría ser constitutivo de los delitos de uso de documento falso, prevaricación y encubrimiento personal

Crisis con Marruecos

La llegada de Ghali a España para tratarse en un hospital de Logroño desencadenó la peor crisis diplomática con Marruecos en los últimos años. El país vecino considera al líder saharaui como el enemigo número uno del reino, y así se lo hizo saber al Gobierno de Pedro Sánchez.

Cuando la noticia saltó a los medios, Marruecos permitió la entrada masiva de inmigrantes en la ciudad de Ceuta. Hasta 10.000 personas cruzaron a la ciudad autónoma. La mayoría lo hizo a nado y muchos eran menores de edad.

Las relaciones se rompieron por completo. Marruecos retiró a su embajadora de Madrid y hasta el momento no ha regresado. En la última semana, Albares ha pedido "tranquilidad, tiempo y discreción" para consolidar las relaciones con Marruecos y lograr que éstas sean "sólidas".

"La diplomacia requiere tranquilidad, tiempo y discreción, que sirve para abrir caminos seguros en los que las relaciones sean sólidas", aseguró el miércoles 4 de agosto en declaraciones en el Ministerio tras presidir la toma de posesión de los dos últimos directores generales que conformarán su equipo.