Juan Carlos Monedero, con 'look' veraniego.

Juan Carlos Monedero, con 'look' veraniego. LINA SMITH

Política CUANDO SE LE CAE LA TOALLA

Monedero: "Los que hemos ido al Rastro sabemos que el top manta es como Tiffany para los pijos"

"En Sanlúcar, unos borrachos de Vox creyeron que un bar era el Alcázar de Toledo; volveré" / "Participé en una ceremonia con chamanes mexicanos en la montaña" / "El mes de vacaciones es un logro de la izquierda".

11 agosto, 2021 02:54

Esta es una entrevista-monedero porque han cabido todos los Juan Carlos: el fundador de Podemos, el profesor afilado, el tertuliano incombustible... pero también el cliente que espera a las terceras rebajas de Adolfo Domínguez, el hombre enamorado que lee poesía y el tipo que hace ceremonias en la montaña con chamanes mexicanos.

Esta conversación sí que es una montaña; pero rusa, ¡de la URSS!: de pronto dice "siempre es verano en mi corazón"; como de repente narra un encuentro en Sanlúcar con "unos borrachos de Vox". ¿Disculpe? "No llegó la sangre al río. Creyeron que el chiringuito era el Alcázar de Toledo".

A Monedero -según él mismo- lo construyen sus enemigos. En concreto, los que beben sangría con lambrusco. Revela que escribirá sus memorias; recogerán algunas locuras de playa. Usa after sun con aloe vera. Vamos a comprobar si tiene la piel fina.

¿Cuáles han sido sus chanclas más horteras? 

Las chanclas son un concepto romano, así que es casi imposible que sean horteras. Aunque las diseñe Ágatha Ruiz de la Prada.

¿Y el bañador que más le costó tirar? 

Uno que me compré en las terceras rebajas de Adolfo Domínguez. Me disimulaba la falta de moreno.

Un lugar en el que no volvería a veranear jamás.

Uno que pusieran de moda los políticos.

El destino de veraneo que más feliz le ha hecho.

La felicidad siempre está en la víspera, caro Adso… [Adso de Melk es uno de los protagonistas de El nombre de la rosa, de Umberto Eco].

¿Qué le diría hoy a su primer ligue de verano?

Que siempre es verano en mi corazón. 

Su mayor locura en una playa.

Hay que dejar algo para las memorias.

¿Y en la montaña? 

Una ceremonia con chamanes mexicanos.

¿Se pondría mascarilla en una playa nudista? 

Tapar lo justo obliga al cerebro a reconstruir lo ausente. Es el truco de la poesía. 

Lo mejor y peor que le ha pasado yendo de campamento. 

Que nuestros padres nos dejaron ir por primera vez de acampada; que caía rápido el día, que había hielo, que se hizo de noche, que no había quien montara la maldita tienda, que empezó a llover y que estábamos convencidos de que todo se acababa.

Terminamos en un pajar de una persona amabilísima que se apiadó de aquellos pobres diablos asustados. Y nuestros padres, recogiéndonos a la mañana siguiente riéndose de nosotros.

El sitio más incómodo en el que se le ha caído la toalla. 

En la comisión fake de investigación sobre las finanzas de Podemos que montó en solitario el PP en el Senado. Se me veía todo.

¿Es más fácil veranear siendo de derechas?

No. Es más fácil pagarlo. El mes de vacaciones, que está en la declaración universal de los derechos humanos, es un logro de la izquierda. Que lo disfrutan hasta las que falsifican sellos del colegio de aparejadores o las que invitan a Villarejo a la quinta planta. Veranear se democratizó.

Una canción del verano que todavía escuche.

Se me olvidó otra vez, de Maná. Que es como vivir siempre en una canción del verano.

En el verano se compran cosas absurdas. ¿Qué compra usted?

Libros de John Grisham y after sun con aloe vera; porque se te ha olvidado otra vez, pese a Maná, que el sol quema.

¿Alguna vez ha comprado en el top manta?

Los que hemos ido al Rastro desde jovencitos sabemos que el top manta es como Tiffany para los pijos.

¿Le gusta la sangría?

Solo la que hace mi hermano chef. Pero puestos a echarle azúcar al alcohol, mejor la margarita o el mojito. Y si encima hacen la sangría con lambrusco, es terrorismo para guiris.

Vuelven a España a tomar sangría porque le meten dentro un chip que les hace dependientes. Habría que incorporarlo al código penal como delito. Igual que la corrupción de mayores. A Jiménez Losantos seguro que también le gusta la sangría con lambrusco.

Lo peor del verano del político es…

Septiembre.

Lo mejor del verano del político es… 

Mayo. Recuerda que la alegría está en la víspera. 

¿Alguna vez ha llegado a las manos con alguien?

Alguna vez alguno ha querido llegar a las manos conmigo. En Sanlúcar, unos borrachos de Vox pensaron que, como eran muchos y pudientes, estaban en el Alcázar de Toledo; y creyeron que un chiringuito era zona nacional. Pero no llegó la sangre al río. Este verano voy a volver a Sanlúcar.

Qué libros va a aprovechar para terminar. 

En verano siempre agarro el Quijote y le doy una repasadita a algún trozo. Voy a terminar Quercus, de Rafael Cabanillas. Hacía mucho que no leía una novela tan bien escrita.

Estamos preparando la edición en castellano del libro más importante que se ha escrito sobre partidos políticos, de Katz y Mair, que saldrá en Catarata. Caerá el segundo volumen de M, de Scuratti. El primero es el mejor libro que he leído para entender a la extrema derecha con el ascenso de Mussolini en Italia.

Y voy a ver si es tan bueno como dicen Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez. También un poco de poesía: Juan Carlos Mestre, Mario Obrero, Karmelo C. Iribarren…

¿Va a pasar algún día con un adversario?

Siempre te construyen tus enemigos. Se lo digo a los alumnos desde el primer día. Luego les digo eso de Borges que juraría habérselo leído a Elias Canetti: de tanto pelear contra tus enemigos, terminas pareciéndote a ellos. Y como decía Italo Calvino, para saber lo que no es infierno y tenerlo cerca, conviene conocer el infierno. 

¿De quién no quiere saber nada hasta septiembre?

De Pablo Casado, Abascal, Monasterio, Olona, Ana Rosa Quintana, Villarejo, Cospedal, Cifuentes, Carlos Herrera, Vallés, Pedro J. Ramírez, Inda... Aunque no soy optimista. Lo malo de Madrid es que te encuentras siempre a tus ex.