Begoña Villacís, en Formentera.

Begoña Villacís, en Formentera. LINA SMITH

Política CUANDO SE LE CAE LA TOALLA

Villacís: "Lo peor del verano político es que te hagan una foto en bikini, tirada de cualquier forma"

"En un campamento scout, fui el oso de ‘El libro de la selva’; lo hice fatal" / "Nunca he hecho nudismo" / "Mi mayor locura en la playa fue entrar a surfear de noche, en plena tormenta".

9 agosto, 2021 00:57

Villacís se compromete a ser Begoña durante esta entrevista. La misma que, sacándose unas pelillas como azafata con veintitantos, le dijo a Cela que acababa de leer Izas, rabizas y colipoterras; un libro que va de eso, de lo que parece. El Nobel, de verbo ágil, no supo qué responder.

También podría ser la misma Begoña que jugaba al fútbol a orillas del Templo de Debod. O la que aprendió a hacer surf con quince añitos cuando estuvo de intercambio en Estados Unidos. Incluso -a su pesar- la que interpretó al oso de El libro de la selva en un campamento de boy scouts.

Ahora tiene tres hijas, es vicealcaldesa de Madrid y las hogueras de la playa son una metáfora de otras cosas que le queman, que le hacen ir con prisa: la gestión de la ciudad, el devenir de Ciudadanos... Villacís, por favor, estese usted quieta un momento, que suena Bob Marley.

¿Cuáles han sido sus chanclas más horteras? 

No hay chanclas que no sean horteras. Recuerdo unas de Mickey Mouse, de mi hija, que me solía poner… 

¿Y el bañador que más le costó tirar?

Tenía uno de pata de gallo, marrón y verde, que me ponía muchísimo cuando hacía surf. Fíjate el tiempo que ha pasado, yo tenía quince años. Curiosamente, era de una marca que se ha vuelto a poner de moda. Mi hija, cuando ve las fotos, me dice: "¡Pero cómo pudiste tirarlo!".

Un lugar en el que no volvería a veranear jamás. 

Me suelen gustar todos los sitios a los que voy. Tiendo a encontrar, en general, el punto positivo de las cosas. Pero no volvería jamás en verano a Zagora, la puerta del desierto marroquí. Menudo calor. Además, estuve en una habitación sin aire acondicionado. Fue insoportable. 

¿Qué le diría hoy a su primer ligue de verano?

"¿Quién eres tú?". Han pasado tantos años… No sé si seguirá teniendo el mismo pelo y el mismo torso -bromea-. Probablemente, no nos reconoceríamos. 

Su mayor locura en una playa.

Meterme a surfear por la noche, en mitad de una tormenta. Aunque quizá no lo fue tanto. Estoy aquí y salí sola del mar.

¿Y en la montaña?

Llevarme a mi madre -suelta una carcajada-. Estuvo quejándose de nosotros todo el rato. Que nos pusiéramos crema, cada vez más crema. 

¿Se pondría mascarilla en una playa nudista?

Cumpliré las reglas donde haga falta. Pero si no fuera necesario, no. ¿O lo dice usted por esconder mi identidad? Sinceramente, nunca he hecho nudismo.

Lo mejor y lo peor que le ha pasado yendo de campamento.

Lo peor fue interpretar una obra teatral y hacer un papel que no me creía. ¡Fui el oso de El libro de la selva! Pasé mucha vergüenza, lo recuerdo perfectamente. Además, pude constatar lo mal que lo hice. No sólo lo pensé yo, me lo dijo bastante gente -se ríe-. Fue en un campamento de los boy scout. Lo mejor fue hacer hogueras por la noche. Eso me encantaba.

El sitio más incómodo en el que se le ha caído la toalla.

Encima de alguien y con arena. Vas con bártulos, con niños… Es horrible. Pero no fue para tanto porque yo siempre llevo la toalla con bikini debajo. 

¿Es más fácil veranear siendo de derechas?

No, no lo creo. Veranear está muy democratizado. Creo que Alberto Garzón fue a Nueva Zelanda. 

Una canción del verano que todavía escuche.

I can see clearly now, de Jimmy Cliff. No es de verano, pero yo la asocio a verano. Me pasa lo mismo con Bob Marley.

En el verano se compran cosas absurdas. ¿Qué compra usted?

Un montón de flotadores y pistolas de agua de todo tipo. También compro sombreros en la playa, aunque luego nunca me los pongo.

¿Alguna vez ha comprado en el top manta? 

Pulseras en mercadillos y eso sí, de jovencilla. Ahora soy más consciente de lo que significa y no he vuelto a hacerlo.

¿Le gusta la sangría?

Sí, por supuesto.

Lo peor del verano del político es…

Que te reconozcan, pensar que te pueden estar haciendo una foto cuando estás en bikini, tirada de cualquier manera y tratando de disfrutar. 

Lo mejor del verano del político es…

No hay nada mejor en el verano por ser político. De hecho, los políticos de Madrid estamos aquí todos los 15 de agosto porque son fiestas. No puedes desconectar, sobre todo cuando tienes responsabilidades de gestión. 

¿Alguna vez ha llegado a las manos con alguien?

¿Pegarme? No, no. Bueno, de pequeña con mis hermanos.

Qué libros va a aprovechar para terminar.

Dominion, de Tom Holland, me lo estoy leyendo ahora. El segundo tratado sobre el gobierno civil. Sé que es de frikis, lo sé. También Sira, de María Dueñas. 

¿Va a pasar algún día con un adversario?

No, la verdad es que no. Van a ser vacaciones. 

¿De quién no quiere saber nada hasta septiembre?

De las coordinadoras Covid de los coles de mis hijas.