Arrimadas lee sus apuntes poco antes de subir al escenario de la convención de Cs.

Arrimadas lee sus apuntes poco antes de subir al escenario de la convención de Cs.

Política CIUDADANOS

Anatomía de un discurso: cómo Inés Arrimadas escribió su 'credo' de lo que significa "ser liberal"

La líder de Cs desvela los secretos de su discurso de la convención, que la tuvo hora y cuarto en el atril: "Tenía muchas ganas de contar lo que conté".

25 julio, 2021 02:35

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El nacimiento de un hijo puede revolucionar las costumbres más firmes de una madre. Inés Arrimadas era nocturna y noctámbula. En el instituto, en la universidad y en la política, solía encontrar lo mejor de sí misma pasadas las once. Ahora que ha llegado Álex, el flexo se ha rendido a la luz natural. Como esta mañana, cuando el sol se cuela por la ventana de su despacho en el Congreso.

Lo cuenta rodeada por dos personas de su equipo y a orillas de una Coca-Cola. Hemos venido a trazar la anatomía del discurso que alumbró justo hace una semana el nuevo rumbo de Ciudadanos. Se tituló Liberales y fue armado, a ordenador, sobre diecisiete folios. Una hora y cuarto en el escenario.

"Se me fue un poco de tiempo", sonríe Arrimadas con gesto tranquilo. La situación del partido es igual de frágil que hace cuatro meses, cuando la malograda moción de Murcia dio lugar a una serie de catastróficas desdichas, incluida la desaparición de las siglas en la Comunidad de Madrid. Pero es como si Arrimadas se hubiera quitado un peso de encima con las palabras de la convención. 

Arrimadas es, a ojos de casi todos los miembros de su Ejecutiva, "muy perfeccionista". Por eso tiene su aquel averiguar cómo se preparó un discurso de algo más de una hora que ni leyó ni arrojó lapsus. 

Se les pregunta poco a los políticos por la dimensión psicológica de los momentos clave; por los nervios que asaltan a cualquier persona antes de afrontar una prueba importante. De todo eso comienza a hablar Arrimadas. "Déjame que haga memoria… Sí, ha sido, seguro, el discurso más largo de mi carrera", apunta ante el asentimiento de sus compañeros.

Conviene presentarlos. El primero, y más veterano, es Daniel Pérez, ahora vicesecretario de Ciudadanos y máximo responsable de Comunicación. Fue fichado, como líder en Aragón, por Albert Rivera. Conoce los medios y su funcionamiento. Dircom de Antena 3, aprendió el oficio con Maurizio Carlotti.

A su derecha, David Martínez, periodista; el asesor más cercano a Inés Arrimadas. También fue descubierto por el único expresidente de Cs. No le gusta salir en los medios.

Notas en el móvil 

Antes de llegar a la puesta en escena, vayamos al principio. El último año de Ciudadanos ha sido una montaña rusa. Arrimadas pretendía dar el discurso del pasado domingo hace doce meses. Por eso muchas de las notas de su móvil están fechadas en 2020. "Notas escritas; no de voz", especifica.

"Tenía muchas ganas de contar lo que conté. Qué significa Ciudadanos, en qué se diferencia de PP y PSOE; y también incardinar nuestra posición en España de la misma manera que en Europa", desgrana la propia Arrimadas.

Era un "reto" lanzarse al escenario durante una hora. Por la profundidad que eso exige y por lo inédito de la función: "Imagínate, nosotros, al fin y al cabo, solemos hablar con los tiempos muy tasados. Sobre todo en el Congreso. Y de campaña electoral, como mucho, alargas hasta media hora; no más".

-Ha sido el discurso más largo, ¿pero ha sido el más importante?

-Uf, no sabría qué decirte. Los de Cataluña en octubre de 2017 fueron muy importantes. Lo que sí puedo asegurar es que tenía muchísimas ganas.

Cuando Arrimadas fue a Bruselas hace unos meses, escuchó por boca de varios dirigentes liberales lo mismo que dijo el fin de semana en público Alexander-Graf Lambsdorff, el líder alemán: "Cuando la situación es difícil, no hay que preguntarse qué hacer para sobrevivir, sino si somos necesarios".

Esa fue la pregunta que empujó las reflexiones de Arrimadas. Ella, pese a lo diezmado de su organización, llegó a la conclusión de que "hace falta en España un partido como Ciudadanos": "¡Es que nuestras ideas son muy distintas de las de los conservadores y los socialdemócratas; también nuestro talante a la hora de llegar a acuerdos".

Diez días antes de la convención, Arrimadas se puso a escribir. A redactar. Era la primera vez que ponía palabra por palabra lo que iba a decir. Hasta entonces, apuntaba en un papel las ideas principales y, al imaginar en su cabeza, calculaba los tiempos.

Lo hizo en el Ipad, que saca justo ahora de su bolso. Tiene un teclado que se conecta a través del bluetooth. "¿Sabes? Es muy cómodo. Está siempre conmigo. Así aprovecho muchos ratitos. En casa, en la mesa del comedor; en el Congreso…", explica. Arrimadas escribió más aquí, en la Carrera de San Jerónimo, que en su apartamento. 

"Ejemplos, ejemplos"

"Lo voy hablando con David. Le pregunto a ver qué opina, me hace sugerencias; quito y añado cosas". Martínez la animó a "incluir en el discurso más detalles biográficos". "Le dije que contara más cosas de ella. Dónde estaba hace diez años, por ejemplo", narra él mismo.

Arrimadas asintió entonces igual que asiente ahora. Al poco de subir al escenario, desmigó la evolución de Europa a través de su propia experiencia. En una sola generación, la guerra dio paso a la libertad. Cuando nació el padre de Inés, "los europeos se mataban". Ella pudo estudiar con una beca Erasmus. 

"¿Qué significa ser liberal?" es la pregunta que Arrimadas tuvo -y tiene- en la cabeza. Es muy difícil explicarlo por dos razones. La primera: es una ideología con muy mala salud en España. La segunda: los tumbos que ha dado la formación naranja a la hora de definirse.

La pretendida "profundidad" entrañaba un riesgo: que el discurso no se entendiera. En Ciudadanos, además, siempre ha existido una especie de complejo. Algo así como "hemos hecho un partido para Dinamarca, y no para España". "Por eso quise poner muchos ejemplos", apunta Arrimadas.

-Como cuáles.

-Si queréis un partido que defienda los impuestos bajos, pero también el medioambiente… Si queréis estar en el Orgullo y en contra de los indultos… Si queréis gestación subrogada y la ley de la eutanasia… Ese espacio sólo tiene un nombre: Ciudadanos.

Además de con David Martínez y Daniel Pérez, Arrimadas charló bastante con Guillermo Díaz, diputado de Ciudadanos y principal organizador de la convención. Guillermo -el adjetivo es de él mismo- es un "friki" del movimiento Tercera Cultura. Un proyecto nacido en Estados Unidos que busca alumbrar una ideología que reúna lo mejor del humanismo y la ciencia. Dicho en castellano: en España “pasa por culto quien conoce a Shakespeare, pero no pasa por inculto quien desconoce la diferencia entre un virus y una bacteria”. 

Daniel Pérez leyó el discurso entero poco antes de que Arrimadas saliera al escenario. Le dijo: "Me gusta. Porque esta es la convención de la convicción". Su jefa compró el pareado, pero le jugó una mala pasada: "¡Me trabé tres veces! ¡Por tu culpa!" -le mira y se ríe-. Pérez, que es periodista, corrige: "Sólo te trabaste una". Aunque luego acaba admitiendo la peligrosidad de su frase: "Es como tomarte tres copas y pedir un taxi en la calle Cedaceros".

Sin supersticiones 

El exdirectivo de Antena 3 reconoce que el prompter -una pantalla como la que utilizan los presentadores del telediario- era “una tentación”. Pero ni siquiera se lo propuso a Arrimadas. "El día que tenga que dar un discurso leído lo pasaré mal porque nunca lo hago", responde ella.

Arrimadas, al contrario que Nadal o algunos futbolistas, apenas tiene manías. Tampoco es supersticiosa. No obstante, procuraremos que no se derrumbe el reportaje. Tras mucho preguntar, damos con una costumbre que roza la manía: los rotuladores fosforitos.

Arrimadas subraya con fruición. En varios colores. Lo hace para que, de un vistazo al folio, lleguen a su cabeza las ideas "que no puede olvidar bajo ningún concepto". Con eso debemos conformarnos. Ni varios litros de café, ni té… Nada. Ni siquiera una copa de ron Legendario, como la que se tomó durante el ciclo de entrevistas que realiza este periódico en el bar bajo la redacción.

"Que no, ¡que no tengo rutinas! -se ríe-. Cada día empieza y acaba de una manera distinta. La radio, la tele, el Congreso, el partido… A veces comienzo más temprano, otras trasnocho debido a alguna entrevista…", añade.

Eureka. Hay una manía, si es que puede llamarse así, brindada por sus colaboradores. Ella admite la derrota: los datos. Los comprueba hasta la saciedad. Esa exigencia también la traslada a su equipo: "Nos pidió tropecientas veces que comprobáramos el tiempo de media que llevan sin ingresar nada los menores de 35 años. También las cifras del paro juvenil en Europa". Arrimadas contesta: "Es que era tremendo…".

-¿Tienes miedo escénico? Tendemos a pensar que el político es un robot que sale ahí y casi nunca falla.

-Sinceramente, ese día no estuve nerviosa. Tenía el discurso muy interiorizado. Otras veces sí estoy más intranquila, como cuando salí embarazada en el Congreso, en pleno estado de alarma. Me temblaba la voz.

-¿Han cambiado mucho los nervios desde que entraste en política?

-Sí. Ahora ya no me cuesta hablar en público, en la tele o en la radio, pero recuerdo mi primera vez en el Parlament. Me temblaban, literalmente, las piernas.

-¿Habías hablado muchas veces en público antes de ser diputada?

-Algunas, pero no es lo mismo. Impartí formación y di conferencias técnicas como consultora.

-No es lo mismo dar un discurso tras ganar las elecciones en Cataluña que hacerlo cuando el partido afronta una situación delicada. ¿Cómo cambia la manera de enfocarlo?

-La convención fue como una renovación de los votos de Ciudadanos. Las conferencias anteriores y las mesas de trabajo habían salido muy bien. Se percibía una ola de ánimo muy positivo. El golpe de Madrid fue duro, pero ya hemos pasado página, estamos convencidos de que hay que tirar del carro. Está todo el mundo muy enchufado. En el escenario estuve muy cómoda. Es como un concierto de rock: salió muy bien debido a esa "magia del momento".