Felipe VI y Manuel Azaña.

Felipe VI y Manuel Azaña.

Política ZARZUELA

Felipe VI responde a la campaña de la izquierda republicana presidiendo el homenaje a Azaña

Igual que hizo Juan Carlos I en 1978, el actual rey abrazará la figura del presidente de la II República.

17 diciembre, 2020 02:19

Noticias relacionadas

"Manuel Azaña es una figura tan admirada como vilipendiada", reza el catálogo de la exposición que está a punto de estrenar la Biblioteca Nacional. Felipe VI engrosa el grupo de los admiradores y ha pedido estar presente en la inauguración, que tiene lugar este jueves.

También iba a asistir Pedro Sánchez. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha cancelado todos los actos de su agenda hasta el 24 de diciembre debido a su contacto estrecho con Emmanuel Macron, que acaba de dar positivo por coronavirus. Los dos mandatarios almorzaron juntos el pasado lunes en París.

El jefe del Estado va a homenajear la figura del presidente de la II República en plena campaña de Unidas Podemos y sus movimientos afines contra la Corona.

Hace apenas una semana, los de Iglesias difundieron un vídeo en el que se compara a la familia real -incluido Felipe VI- con el narcotráfico de Pablo Escobar. Lejos de circunscribir sus ataques al Emérito y sus corruptelas, Podemos ha colocado en la diana al actual rey.

Con la regularización de parte de su dinero ocultado a Hacienda, Juan Carlos I ha empujado a su hijo a un discurso navideño ostensiblemente delicado. Algunos sectores del PSOE -aunque con muy poco poder en el partido- y Unidas Podemos han pisado el acelerador de su ofensiva contra la monarquía.

A las puertas del último Día de la Constitución, en su Consejo Confederal, Pablo Iglesias llamó a los jóvenes a "construir la República". La respuesta de Felipe VI será muy similar a la que dio Juan Carlos I a sus críticos justo antes, precisamente, de aprobarse la Carta Magna: elogiar a Manuel Azaña como prueba de una voluntad inclusiva e integradora.

El precedente mexicano

En noviembre de 1978, el rey Juan Carlos y la reina Sofía viajaron a México, donde se reunieron con la colonia española -integrada principalmente por exiliados-. La primera persona a la que quiso ver el jefe del Estado fue Dolores Rivas Cherif, viuda de Manuel Azaña.

Departieron en la embajada de España en México. El rey se mostró muy cercano. Las crónicas de entonces -por ejemplo ABC e Informaciones- hablaron de "abrazos". Es famosa la foto en la que el monarca estrecha las manos de la anciana -tenía 84 años-.

Ante el júbilo de los miles de asistentes, Rivas Cherif -hermana de Cipriano, el dramaturgo- afirmó: "Cuánto le hubiera gustado a Manuel vivir este día. Porque él quería la reconciliación de todos los españoles". Juan Carlos I le respondió: "Lo sé, lo sé, he leído sus obras". Acto seguido, en un plano más amplio, prometió a los exiliados: "Trabajaré por todos vosotros".

La foto del rey y de la viuda del presidente de la República dio la vuelta al mundo. Es, en cierto modo, una de las imágenes más representativas de la Transición. De ahí la sorpresa que produjo el resbalón de Pedro Sánchez al visitar la tumba de Azaña en febrero de 2019. Aseguró que España llegaba tarde a ese homenaje... cuando el homenaje se había producido hacía ya cuarenta años.

La exposición

La exposición lleva por título Manuel Azaña: intelectual y estadista. Permanecerá en la Biblioteca Nacional desde esta semana hasta primeros de abril. Está concebida en orden cronológico y pretende mostrar las tres facetas más características del homenajeado: la vida personal, la literatura y la política.

Es obra de la Biblioteca Nacional, el propio Gobierno -a través de Carmen Calvo y la secretaría de Estado de Memoria Democrática- y de Acción Cultural Española. Ángeles Egido León, doctora en Historia, es la comisaria.

Manuel Azaña nació en Alcalá de Henares en 1880. Fue uno de los impulsores de la República, cabeza pensante del Pacto de San Sebastián en 1930. Presidente del Gobierno, ministro de la Guerra, jefe del Estado durante la contienda... Su nombre ha terminado por alzarse como paradigma del periodo 1931-1936.

A la par que la política, dio rienda suelta a sus ambiciones literarias. Tan exacerbadas que Unamuno dijo: "Azaña es un escritor sin lectores... que sería capaz de impulsar una revolución para tenerlos". Escritor, traductor del inglés y el francés, periodista, corresponsal durante la Gran Guerra... Todos estos episodios quedan minuciosamente desmigados en la exposición que ahora ve la luz.