Pedro Sánchez , líder del PSOE, toma un chocolate con churros en un bar.

Pedro Sánchez , líder del PSOE, toma un chocolate con churros en un bar.

Política CORONAVIRUS

Bienvenido Mr. Sánchez: el plan para bares con el que Moncloa busca apuntarse el tanto de la recuperación

El Gobierno prepara ayudas para el sector de la hostelería con las que aspira a apuntarse el tanto de su recuperación.

16 noviembre, 2020 02:21

Noticias relacionadas

Este martes, el Gobierno aprobará el enésimo real decreto de la era pandémica, en el que incluirá una batería de "ayudas a los sectores más afectados por las restricciones asociadas a la Covid".

Fuentes del Ejecutivo confirman que durante el fin de semana se han acelerado los trabajos con el objetivo de incluir las medidas previstas para atender las demandas de los bares y restaurantes, "arruinados" por las restricciones que han decretado varias Comunidades Autónomas. El sector se manifestó hace 10 días en las calles de media España exigiendo ayudas de 8.500 millones para sobrevivir ante una situación que califican de "dramática". 

El pasado viernes en Pamplona, Pedro Sánchez confirmaba la información de Invertia, que le había estropeado la sorpresa guardada para la segunda etapa de su gira autonómica en la que promociona el bautizado como "Plan de reconstrucción y resiliencia": el estreno del Bienvenido Mr. Sánchez, el líder que cubre las pérdidas que causan las restricciones que imponen los gobiernos autonómicos.

Sánchez anuncia medidas para los empresarios debido a la pandemia de covid

"El turismo, el ocio y la hostelería", admitió el jefe del Ejecutivo, "son los sectores más afectados por la emergencia sanitaria". Aunque lo cierto es que minutos antes había tomado el cierre de bares, restaurantes y discotecas como ejemplo de que su plan funciona. Argumentó el presidente que "la inmensa mayoría de las CCAA han tomado las mismas medidas restrictivas en los aforos, el cierre de bares y restaurantes". Es decir, que hay cogobernanza, pero no hay caos... más o menos.

"El Gobierno trabaja"

Porque lo que está significando el plan de Moncloa es que los gobiernos regionales son los que cargan con la cruz de decretar restricciones de aforo, cierres de bares y restaurantes, limitaciones a la actividad económica, a la movilidad... y en el envés de la misma moneda vírica, el presidente da la cara para pagar este fin de fiesta.

"Llevamos semanas trabajando en estas nuevas medidas para salvar a miles de pequeñas y medianas empresas que son viables y a autónomos que necesitan más liquidez y más apoyos para seguir superando obstáculos"... porque "el Gobierno de España, lo he dicho antes, no va a dejar a nadie atrás y por tanto vamos a seguir apoyando a aquellos que más lo necesitan ahora mismo. El abrigo, el cobijo, el apoyo de las instituciones públicas".

Posteriormente, Sánchez añadía otros sectores, como "el del transporte, el pequeño comercio y las actividades culturales", subsidiarios de esas restricciones a las actividades que "cruzan todo nuestro sistema productivo" y que la Generalitat catalana, el Gobierno de Andalucía, el gallego, el riojano, el de Murcia o Aragón... han coartado por orden de sus expertos.

'Palabro' para un plan

Corrían los primeros meses de la desescalada en primavera cuando Iván Redondo encontró en su catálogo de términos inventados el de "cogobernanza". Era una respuesta del jefe de gabinete de Pedro Sánchez a las cada vez más insoportables exigencias de los socios parlamentarios del Gobierno para aprobarle las sucesivas prórrogas del estado de alarma.

Tanto PNV como Esquerra y JxCat clamaban en el desierto del confinamiento contra el mando único: "O el lehendakari recupera su capacidad de ir acompasando las fases o no votamos", dijo Andoni Ortuzar. "Nos han usurpado las competencias, devuélvanlas", bramaban Gabriel Rufián y Laura Borràs.

El palabro hizo fortuna y hoy se ha instalado en nuestro vocabulario del día a día, ya que el virus sigue con nosotros, subido a la espuma de una segunda ola devastadora. Junto a la "cogobernanza" vino, con algo menos de estrépito y sorpresa, su derivada: "España es un Estado compuesto", empezó a argumentar el presidente, "y si el inicio de la pandemia fue simétrico, su salida está siendo asimétrica", y a eso nos amoldamos.

Vino el verano, con el pistoletazo de salida emitido en directo un sábado de Aló presidente en plena campaña electoral gallega: "Hemos vencido al virus, salgan y disfruten de las terrazas". Pero antes de que al camarero le diera tiempo a servir la segunda ronda, llegó la segunda ola y con ella el cambio de estrategia.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en una de sus intervenciones en Moncloa durante la pandemia.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en una de sus intervenciones en Moncloa durante la pandemia. La Moncloa

En Moncloa los estrategas del equipo de Redondo eran conscientes de que las canas habían poblado la cabellera del presidente al mismo ritmo que caía su valoración en las encuestas: muertos in contar, mascarillas "inútiles" que pasaban a ser la solución "obligatoria" a todas las salidas de casa, trabajadores sin trabajo y sin ERTE, aeropuertos abiertos sin el filtro de entrada de las PCR que sí exigían nuestros vecinos europeos...

Así que el Gobierno decidió que "en esta fase de contención, las protagonistas deben ser las Comunidades Autónomas, que son las que tienen las competencias de Sanidad en este Estado compuesto".

Salvador Illa se desgañitó sin subir el tono, y con su pausa habitual. Repitió esta letanía en todas las respuestas a las diferentes preguntas acumuladas en los entre dos y tres rendimientos de cuentas que encadena cada semana, entre ruedas de prensa y comparecencias ante la Comisión de Sanidad del Congreso.

Y así ocurrió que llegó el nuevo estado de alarma, en el que se imponía un toque de queda nacional, pero a gusto del consumidor regional. Una hora arriba o abajo para aparentar que los territorios son soberanos contra la Covid y una rectificación que levantaba "la restricción nocturna de movimientos" -que es como nos dijo Sánchez que había que llamar al "toque de queda"- a las 48 horas para terminar de demostrarlo. 

¿Confinar? Aún no toca

¿Y ahora? ¿Y si los contagios disparados llevan a los científicos regionales a reclamar el confinamiento domiciliario? "Hay que esperar". ¿Cuánto? "Un par de semanas, nos dicen los técnicos", respondía Salvador Illa hace ya 20 días, "es el plazo para evaluar la eficacia de las restricciones en vigor".

Ahora que se han cumplido tres semanas del tercer estado de alarma, todavía no toca. Primero va este decreto de ayudas. Y si regiones de todos los colores políticos lo pidieron -nacionalistas (Cataluña), socialistas (Asturias), populares (Castilla y León) y hasta la única autonomía de Ciudadanos (Melilla)-, acabará pasando como el sábado 24 de octubre, que se convocó al Ejecutivo de urgencia por aclamación popular (autonómica).

..."el Gobierno informa:

El presidente del gobierno ha convocado para mañana [...] un Consejo de Ministros extraordinario a las 10:00 horas para estudiar los términos de un nuevo Real Decreto de estado de alarma. El presidente ofreció nuevamente el viernes a las Comunidades esa posibilidad [y] así lo han solicitado".

...es decir, otro pase de Bienvenido Mr. Sánchez.