Estos tres presidentes autonómicos advirtieron a Sánchez del riesgo de cerrar la industrias.

Estos tres presidentes autonómicos advirtieron a Sánchez del riesgo de cerrar la industrias. E.E

Política CUMBRE DE PRESIDENTES

Feijóo, Revilla y Urkullu, el 'tridente industrial' frente a Sánchez: "Cerrar es un minuto; abrir, una odisea"

Sin los apoyos de PP, PRC y PNV, Sánchez debería volver a conquistar como socios a los separatistas catalanes.

31 marzo, 2020 02:08

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Cuando Pedro Sánchez anunció a los presidentes autonómicos que iba a ordenar una paralización casi total de la economía, la mayoría de ellos pidió "tiempo", "planificación" y "consenso" -aunque ya era tarde-. Pero tres, en concreto, alzaron la voz contra la clausura industrial. Fueron Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Iñigo Urkullu (País Vasco) y Miguel Ángel Revilla (Cantabria). En la cumbre del pasado domingo, transmitieron su malestar "en vivo y en directo".

"No se callaron", desgrana uno de los presentes en conversación con este periódico. Los miembros del recién ahormado tridente industrial albergaron "la esperanza" de que sus críticas provocarían la modificación del decreto, pero a medianoche comprobaron que no fue así. En caso de que no ocurra antes del cónclave de esta semana, volverán a confrontar con Sánchez.

"Hay que saber cómo funcionan, por ejemplo, un alto horno o una fábrica de compuestos químicos. Eso no es echar la persiana y ya está. Empezar con el cierre cuesta un minuto, pero abrir supone una odisea", contestan en el gabinete de uno de estos tres presidentes.

La disputa tendría un efecto parlamentario delicado para Moncloa. Sin los apoyos de PRC, PP y PNV, el Gobierno debería reconquistar a los separatistas catalanes, que se abstuvieron en la última votación.

Las patronales de Valencia y País Vasco ya han transmitido sus quejas a los gobernantes regionales. Ximo Puig, socialista y en tono menor, deslizó cierto malestar en la última reunión y abogó por "flexibilizar". La CEOE -Confederación Española de Organizaciones Empresariales- y CEPYME -Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas- también se han soliviantado.

La industria de las tres Comunidades Autónomas mencionadas -Cantabria, Galicia y País Vasco- ronda el 20% de sus respectivos PIB. Una realidad también compartida por Navarra o La Rioja, aunque sus presidentes, del PSOE, no se mostraron combativos con su secretario general.

"A Urkullu se le vio muy alterado. Y con razón. Basta con recorrer la autovía de Bilbao. Todo es industria a derecha e izquierda. Estuvo durísimo. Dijo que no puede detener así el sector", confiesa otra máxima autoridad regional.

La idea propuesta por este tridente industrial -aunque cada uno exhibe distintos matices- pasa por incluir una cláusula en el decreto que permita el funcionamiento de aquellas industrias cuya paralización "supondría el desastre". Además, en todo momento, "tendrían mucho que decir los trabajadores".

Uno de ellos, por ejemplo, remarca que él no obligaría a ir a la fábrica a aquellos que no lo desearan por riesgo de contagio: "Hasta ahora, en algunos sitios se ha trabajado respetando las distancias de seguridad y con mecanismos de protección. ¿Y si ellos quieren seguir en activo? ¿Y si eso puede ser el sustento de la economía?".

"Tenemos la esperanza de que edulcoren el decreto. Si no sucede, Sánchez nos volverá a oír. Esa decisión puede tener efectos irreversibles", sintetizan las fuentes consultadas por este periódico.

Torra, "aliado inesperado"

Como denota la militancia de estos tres presidentes -PNV, PRC y PP-, el debate trasciende las siglas. En Génova, por ejemplo, se ha resquebrajado la unidad. Pablo Casado ya ha anunciado que no votará a favor del decreto -en sintonía con Feijóo-, pero López Miras, su barón murciano, es uno de los partidarios del confinamiento total.

El pasado domingo, Sánchez encontró un "aliado inesperado". Así lo califican un par de presidentes autonómicos, que resaltan "las caras de extrañeza de los concurrentes" ante las "continuas alabanzas" del separatista al presidente del Gobierno.

Torra intentó, un día antes, buscar apoyo entre los presidentes autonómicos para su tesis de la paralización total. A todos envió la misma carta. Aunque no le hizo falta ningún capote, ya que ésa iba a ser la apuesta de Sánchez. "Tremendo cómo aplaudía, parecía un afiliado del PSOE", cuenta uno de los participantes.

"En dos semanas ha pasado de ponerle verde a ser su principal aliado. Ver para creer. 'Bien, presidente, bien', repetía...". Una complacencia que contrasta con la crítica de Urkullu, Revilla y Feijóo.