Albert Rivera y Pablo Iglesias, este martes en la cafetería del Congreso de los Diputados.

Albert Rivera y Pablo Iglesias, este martes en la cafetería del Congreso de los Diputados. TW

Política INVESTIDURA

Podemos cree que "la pirueta de Rivera" forma parte de "un plan" para ser vicepresidente tras el 10-N

"Patético"... Iglesias inicia la campaña soltando a su lenguaje más agresivo contra el PSOE: "La arrogancia y el desprecio a las reglas de la democracia".

18 septiembre, 2019 04:08

A pesar de que Pablo Iglesias dejó abierta la posibilidad de que en la mañana de este miércoles aún hubiera un último viraje de los acontecimientos, ya ha empezado a cambiar el tono de sus mensajes, y también el de los dirigentes de su partido. Y es que el día en que el Rey cerraba su segunda ronda de contactos de esta legislatura camino de fallida fue arreciando en desprecios, de una parte y de la otra. Como del amor al odio, los que alguna vez se llamaron "socios preferentes" han pasado ya a rivales electorales.

La oferta de última hora que se sacó de la manga Albert Rivera proponiendo una abstención conjunta de Ciudadanos con el Partido Popular a cambio de tres exigencias a Pedro Sánchez trastocó las 48 horas de esta foto finish. Según fuentes de Unidas Podemos, "no sólo quedó a la vista lo que querían los poderes económicos de este país", decían, "sino lo que venía deseando el PSOE desde el principio, un acuerdo con Ciudadanos".

Los líderes de Podemos se basaban en las reacciones de José Luis Ábalos, al que le "sonaba bien" la oferta, y que mostró la "apertura" del PSOE a atender los requerimientos de Rivera. Es más, Pablo Echenique, el secretario de Acción de Gobierno y jefe negociador morado insistía en que "la pirueta de Rivera" no es más que parte de "un plan para ser vicepresidente" tras el 10-N.

En su comparecencia ante la prensa tras su reunión con el Jefe del estado en Zarzuela, Iglesias señalaba que Sánchez ya no podría decirle al Rey que no tenía apoyos: "Porque incluso tiene tiempo, y tiene dos ofertas, una a su derecha y otra a su izquierda". El secretario general de Podemos explicaba con incredulidad que "lo lógico es que elija una de las dos opciones, negociando lo que piden sus interlocutores, no pedir el apoyo gratis".

Poner palabras en boca del Rey

Y después pasaba al ataque, deslizando una supuesta crítica de Felipe VI a los ritmos negociadores del presidente en funciones. "Hay una cosa que me ha dicho [el Rey], y es que si finalmente hay elecciones en noviembre, los tiempos de negociación no pueden ser como éstos; no puede ser que después de noviembre, si hay elecciones, vayamos a semanas de no hacer nada o vayamos a meses de inactividad".

Poner palabras en boca del Jefe del Estado es algo poco habitual entre los líderes políticos. Iglesias se esperó hasta la que ya era la última pregunta de sus 15 minutos ante la prensa. Terminó esa frase y se fue, a pesar de que acababa de llegar la durísima respuesta de Albert Rivera -"es una colección de mentiras"- a la contestación de Sánchez sobre su oferta y los periodistas le pedían -a gritos- una valoración.

Ése era el mensaje que quería dejar. Y es que el líder de Podemos ya ha entrado en campaña. Fuentes de la formación explican a este periódico que el arsenal de "desplantes y desprecios", las "humillaciones" de estos casi cinco meses transcurridos desde el 28-A "alimentan los argumentarios" que se prepararán para los mítines.

La campaña ya está aquí

Que la campaña comenzó este martes por la tarde resultó tan evidente unas horas más tarde. El Congreso fue el epicentro de la actividad política casi como nunca este martes. Mientras se desarrollaba un pleno, iban apareciendo los representantes provenientes de Zarzuela, con las cámaras de televisión en directo y con mensajes de calado para el futuro del país.

A última hora de la mañana, había sido Pablo Iglesias. Y a primera de la tarde, Albert Rivera. Todos cariacontecidos y resignados a llevar a los españoles de nuevo a las urnas en noviembre. Con mensajes elaborados para tomar posiciones ante la inminente convocatoria electoral, cada vez más segura tras el comunicado de la Casa Real.

A pesar de que todos los dedos de Podemos señalan a Rivera como el "elegido" del Ibex 35 para formar "un gobierno de derechas" con el PSOE tras las eventuales generales del 10-N, Iglesias y el líder liberal compartían un café. Y Óscar Puente, alcalde de Valladolid, pero sobre todo -y como hombre de la confianza estrecha de Pedro Sánchez- portavoz de la Ejecutiva socialista, compartía la foto en su Twitter con un comentario sarcástico: "Les va a ir bien a estos dos".

La respuesta de Iglesias, desatado, ya sin necesidad de "cuidar la negociación" porque ésta ya no está ni se la espera, fue demoledora, llamando "patético" al diputado que hubiera "hecho y difundido" una foto "como ésta", en la cafetería del Congreso, "como hago decenas de veces con diputadas y diputados de todos los partidos".

Iglesias mantenía la prudencia de no acusar a Puente de ser el autor, pero sacaba su versión más agresiva. Siguió lanzado en la red social, acusando al presidente en funciones, que "tenía el mandato de formar gobierno" no no haber "querido" hacerlo porque "la arrogancia y el desprecio a las reglas básicas de una democracia parlamentaria se han impuesto sobre la sensatez". Seguiremos trabajando para que la política sirva para defender los derechos de la gente.

Y es que el secretario general sabe que si aceptar su veto en julio no fue pagado al precio que él esperaba -garantizar un Gobierno de coalición-, ahora se lo va a cobrar con creces. "La campaña está hecha, nos lo han puesto muy fácil", explican en el partido, "primero Sánchez y al final, también Rivera".