Pablo Iglesias, líder de Podemos, consultando su móvil.

Pablo Iglesias, líder de Podemos, consultando su móvil. Dani Pozo

Política NEGOCIACIÓN DE GOBIERNO

Iglesias pedirá a Sánchez que llene de contenido al menos un ministerio de los que le ofrecía en julio

El líder de Podemos llamará al presidente en funciones, probablemente este mismo jueves, para ofrecerle un acuerdo muy ventajoso.

12 septiembre, 2019 02:14

Cuando Podemos se harta, pasa a la ofensiva. Y a pesar de que en las últimas dos semanas los comentarios en privado de sus dirigentes son de verdadera exasperación y hartazgo, aún no ha llegado ese momento. El tiempo apremia, de hecho éste mismo jueves el Rey ya se ha visto obligado a citar a Meritxell Batet, presidenta del Congreso, para iniciar la última ronda de contactos de la legislatura, antes de decidir si es fallida o puede proponer un candidato al Congreso de los Diputados. Pero aun así, los de Pablo Iglesias guardan silencio y mantienen los gestos hacia Pedro Sánchez.

Este martes, por ejemplo, votaron en contra de una proposición no de ley del PP con la que estaban esencialmente de acuerdo, una en la que se pedía al Gobierno que pagara ya a las Comunidades Autónomas las entregas a cuenta para que éstas puedan hacer sus Presupuestos.

Y este miércoles, ninguno de sus diputados salió de la Cámara a apoyar la manifestación de los yayoflautas que protestaban al grito de "¡Sánchez Castejón, no eres socialista; eres quien atraca a los pensionistas!"...

Pensionistas contra el Gobierno del PSOE a las puertas del Congreso.

Si Pablo Iglesias no quisiera gastar una última bala, ya habrían cambiado la actitud. Y esa bala es esperar una llamada de Pedro Sánchez. Pero esperarla poco. Este jueves, los diputados de Unidas Podemos han vaciado sus agendas con los medios: se impone el silencio. Y, según ha podido saber este periódico, si tras la cita de Batet con el Rey no ha llegado el telefonazo del presidente en funciones, es más que probable que por la tarde el secretario general morado marque el número de Moncloa.

Una oferta fácil de aceptar

En Podemos saben que es casi imposible salvar el acuerdo y evitar la cita con las urnas del 10 de noviembre. De hecho, fuentes del Gobierno confirmaban a EL ESPAÑOL que no habrá reunión entre ambos líderes a no ser que sea para rubricar un pacto ya cerrado por los equipos negociadores.

Por eso la espera de Iglesias será corta, la única esperanza de que la conversación con Sánchez sirva para algo es que se escenifique una nueva cita entre los seis de Unidas Podemos -Pablo Echenique, Ione Belarra, Yolanda Díaz, Enrique Santiago, Jaume Asens y Juantxo López Uralde- y las tres del PSOE -Carmen Calvo, María Jesús Montero y Adriana Lastra-.

Juan López Uralde, Yolanda Díaz, Pablo Echenique, Jaume Asens, Ione Belarra y Enrique Santiago, a la salida de la reunión con el PSOE.

Juan López Uralde, Yolanda Díaz, Pablo Echenique, Jaume Asens, Ione Belarra y Enrique Santiago, a la salida de la reunión con el PSOE. ADP

Hay dos opciones: una que llame Sánchez, casi descartada. Y dos, que lo haga Iglesias, como confirmaba este miércoles su equipo más cercano. Y en ese caso, el líder de Podemos tratará de ver cuál es el talante del presidente en funciones y, en caso de no ver avances, le propondrá un acuerdo que, efectivamente, quede "a medio camino" entre las posiciones que ambos fijaron en julio.

Es decir, Unidas Podemos cederá más, y le bastará con mantener las estructuras que les ofreció el PSOE y, eso sí, poder hacer al menos una política o dos de las que ellos proponen. Sería una coalición, como quiere Iglesias, pero con un poder real limitado para Unidas Podemos, como parece ansiar Sánchez.

La explicación es bien sencilla: en el grupo confederal de Iglesias consideran que la vicepresidencia para Irene Montero y los tres ministerios que les ofrecieron los socialistas estaban "vacíos de contenido". Para Unidas Podemos, el Ministerio de Vivienda sin capacidad de "intervenir el mercado del alquiler para fijar precios máximos" o "parar cualquier desahucio sin alternativa habitacional"; un Ministerio de Igualdad sin competencias en Dependencia o Extranjería; o uno de Sanidad con todas las competencias transferidas, no tienen sentido.

La idea de Iglesias es hacerle entender a Sánchez que nunca lo va a tener más fácil, que si quiere puede tener un gobierno de coalición en el que, además de sillones -"eso nos ofrecen, sillones y nada más"-, Podemos tenga todavía menos competencias de las que considera que le corresponderían "por la proporcionalidad de los votos".

Control en la sesión de control

El líder morado se midió en la sesión de control de este miércoles en el Congreso. Aun así, no evitó recordar que "nos vetaron en los ministerios de Estado, y aceptamos; luego el problema era nuestra posición con Cataluña, y nos comprometimos a firmar lealtad al liderazgo del presidente en este aspecto; más tarde el problema era que nuestras políticas económicas no le gustaban a la CEOE, y asumimos que no tendríamos esas competencias; y finalmente vino mi veto".

Pablo Iglesias sube al atril este miércoles en el Congreso de los Diputados.

Pablo Iglesias sube al atril este miércoles en el Congreso de los Diputados. Efe

Si el PSOE dice que se ha movido, en Podemos creen que ellos lo que han hecho es dar pasos atrás para facilitar que haya un Gobierno que "pueda hacer algunas de las políticas por las que nos votaron 3,7 millones de españoles".

Sería una nueva cesión, opinan en la sede de Podemos, pero que merecería la pena para demostrar su capacidad de gestión y que son útiles para "cambiar la vida de los ciudadanos", lo mismo que pasa en las seis Comunidades Autónomas en las que ya cogobiernan con el PSOE. Por eso, ahora, asumiendo que algunas de las carteras que los socialistas ofrecían en julio seguirían "vacías", Iglesias cree que Sánchez tendrá que darse cuenta de que yendo a las urnas de nuevo, nunca se encontrará una posición mejor.

Si hay elecciones, el líder del PSOE "ya no se librará" de la foto con Iglesias a su izquierda en el Consejo de Ministros. Es que si la llamada no surge efecto, empieza la campaña. Y ese silencio prudente de Unidas Podemos dejará de ser tal.