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Albert Rivera ha entrado en el auditorio con el móvil en alto para grabar a quienes le insultaban. Le acompañaban Inés Arrimadas y Manuel Valls. Tras salvar el escrache, los dirigentes de Ciudadanos y el candidato a la alcaldía han homenajeado la Constitución con un acto en el conservatorio de Barcelona.

El laberinto andaluz ha salido a relucir en muchas de las intervenciones del líder naranja. Con más contundencia que la mañana de este miércoles, Rivera ha recalcado que no negociará la investidura con Vox. No quiere saber nada de extremos: "En España se está creando un ambiente guerracivilista. No me gusta nada. Trabajaremos para estar en el centro. Impulsaremos la revolución de los moderados".

También ha acusado a PP y PSOE de "mimetizarse con esos extremos": los conservadores con Vox; y los socialistas con Podemos. Una circunstancia cocinada por "la decadencia del bipartidismo". "Yo me niego a que venzan", ha incidido Rivera.

En relación a Vox se ha achacado a Rivera mucha inconcreción, sobre todo a raíz del escueto "no hablamos de fuerzas extraparlamentarias" con el que su formación rehuyó las preguntas acerca de Abascal durante la campaña. Sobre las tablas, y ante la mirada de Arrimadas y Valls, Rivera ha metido en el mismo saco a "Vox, Trump, Bolsonaro, Farage, Le Pen y Podemos". "Debemos combatirlos ofreciendo un proyecto político mejor que los suyos", ha zanjado.

De las palabras de Rivera se desprende una incomodidad. Ciudadanos quiere negociar un "acuerdo de contenidos" con el PP y, a partir de ahí, buscar los apoyos externos que avalen la investidura. Pero los conservadores abrazan a Vox sin complejos. Lo definen como "una derecha abierta, democrática y actual". Una opinión que Rivera desdeña.

El presidente de los liberales ha explicitado el nuevo reto que ha marcado a su partido. "Nos lo han puesto los españoles. Debemos gobernar. Ya no basta con enmiendas en el Congreso. El bipartidismo se está hundiendo y ha llegado el momento del centro político reformista". Justo a continuación ha reseñado las victorias de Justin Trudeau -Canadá-, Iván Duque -Colombia- y Emmanuel Macron -Francia-.

Inés Arrimadas ha asegurado que la crisis no es territorial, sino "de valores". La portavoz de Ciudadanos en Cataluña ha centrado el debate en el enfrentamiento electoral "entre demócratas y populistas". Una opinión secundada por Valls: "España está en juego, pero también Europa".

Con la irrupción de Vox, ha desgranado el candidato a la alcaldía, España ya cuenta con un populismo de derechas, igual que el resto de grandes países europeos: "La discusión es ésa. Lo de la izquierda frente a la derecha se ha quedado anacrónico".

Sobre la Constitución

Arrimadas ha explicitado su "reconocimiento" a las generaciones que la hicieron posible: "Yo soy del 81. Mi generación tiene el reto de defenderla y de reformarla. La Constitución es un conjunto de valores, no de artículos".

La líder de Cs en Cataluña ha destacado que la Carta Magna impide el triunfo de quienes hacen "apología de la desigualdad y los privilegios". "Quieren que la gente tenga miedo a venir a este tipo de actos", ha dicho sobre los manifestantes que les han insultado a la puerta del auditorio.

Valls, el único de los tres que había nacido cuando se aprobó la Constitución, ha puesto en pie al público con esta exclamación: "Nadie impedirá el debate de los demócratas. ¡Nadie!". También ha aprovechado para alabar a Ciudadanos, formación en la que no milita, pero cuyo apoyo recibe: "Ellos salvaron el honor de Cataluña cuando todo el mundo se escondía".

Sobre los posibles puntos de reforma, Rivera ha mencionado los aforamientos, la devolución al Estado de algunas competencias de cara a posibilitar la "igualdad", la variación o supresión del Senado, el "conveniente" desbloqueo de las listas electorales...