Albert Rivera, Villegas y Arrimadas en la Asamblea General de Ciudadanos.

Albert Rivera, Villegas y Arrimadas en la Asamblea General de Ciudadanos. Pablo Cobos

Política

Andalucía, Valencia y Cataluña, los incendios autonómicos de Rivera

Ciudadanos empieza a renovar las juntas directivas de sus agrupaciones en todo el país. 

27 febrero, 2017 01:44
Jorge Sáinz Lorena Ortega

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Ciudadanos comienza en los próximos días a renovar las bases de sus estructuras orgánicas: desde las juntas directivas de las casi 700 agrupaciones, hasta sus equipos de dirección de los comités provinciales y autonómicos. Es el último capítulo pendiente tras las primarias y la Asamblea General de Coslada, que aprobó los nuevos estatutos y el giro liberal del partido.

Albert Rivera tiene el control nacional de Ciudadanos. No sólo en la Ejecutiva, elegida por él y ratificada en primarias, sino también en el Consejo General, máximo órgano entre congresos. Pero Rivera enfrenta en los procesos territoriales otro tipo de incendios, muy localizados en Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Los estatutos garantizan al líder de Ciudadanos el gobierno de los órganos locales. Sin embargo, se libran otras batallas que, en función de cómo se resuelvan, pueden alterar el equilibrio interno del partido.    

1. Andalucía: Marín, Salvador y Salmerón

Virginia Millán Salmerón, diputada nacional por Sevilla, ha organizado cafés ciudadanos en las últimas semanas, el formato habitual de acto político con militantes, pese a la orden de no celebrarlos hasta que concluya el proceso orgánico de renovación.

Millán Salmerón es un factor importante en la ecuación por el control de Andalucía, que actualmente ejerce Juan Marín. Las maniobras de la diputada para ganar cuotas de representación no han gustado al sector de Marín, al que todo el mundo conoce cariñosamente como el clan de la manzanilla por su origen jerezano. La posición que adopte Rivera será determinante para inclinar la balanza. Marín está en el Comité Ejecutivo, pero no entró al Comité Permanente, un órgano más reducido que es el verdadero núcleo de poder del partido.

Según recogen los nuevos Estatutos, los militantes votan a las juntas directivas de sus agrupaciones. Pero la dirección nacional se reserva el nombramiento del número de cargos suficientes para controlar tanto los comités territoriales y provinciales como los autonómicos. El riesgo de incendio entre la militancia afín a Marín es alto. Andalucía es la segunda comunidad autónoma en número de afiliados de Ciudadanos en toda España. 

El tercer factor en esta comunidad es Luis Salvador. El diputado nacional por Granada fue el más votado por los militantes andaluces en las elecciones a compromisarios de la Asamblea. Salvador está centrado ahora en su trabajo en el Congreso, pero su holgada victoria sobre los compromisarios de Marín es todo un síntoma.

Si Salvador disputará a Marín la candidatura a la presidencia de la Junta de Andalucía, todavía es pronto para saberlo, pero todos los indicios apuntan en esa dirección. Algunas voces en Andalucía sugieren que Millán Salmerón y Salvador pueden ir de la mano en esta operación.

2. Cataluña: Carrizosa toma el mando; Hervías, relegado

La marejada sigue en Cataluña, comunidad de nacimiento de Ciudadanos, tras lo ocurrido en la Asamblea General. El sector de la militancia que defendió la socialdemocracia frente al giro liberal era catalán. De hecho, la única comunidad de España en la que perdió la lista de compromisarios afines a la dirección fue Cataluña. 

La victoria de las tesis de Rivera en el congreso fue incontestable. Los compromisarios catalanes, que se agruparon en la candidatura alternativa Mejor Unidos, renunciaron a presentar candidatura al Consejo General, que controla en su totalidad el presidente de Ciudadanos. Las consecuencias de este proceso han sido costosas para el secretario de Organización, Fran Hervías, al que se señala por la tensión de la batalla socialdemocracia versus liberalismo. Y que en el fondo era un debate más profundo sobre el malestar que genera en un sector amplio de la militancia catalana la forma en la que Ciutadans se está transformando en Ciudadanos.

Carlos Carrizosa es la persona que, junto a José María Espejo, ha tomado las riendas del partido en Cataluña. Carrizosa, que tampoco ha entrado al Comité Permanente, se está encargando de labores de organización y control de las voces críticas. Otro de los problemas en su agenda es la división en el grupo municipal de Barcelona que lidera Carina Mejías. A Mejías no le ha gustado que la Ejecutiva le impusiera unos asesores en el Ayuntamiento.

Cataluña es un caso especial, porque todos los partidos dan por hecho que habrá elecciones este mismo año. Los militantes del llamado sector socialdemócrata han dado de momento un paso atrás, conscientes de la derrota y del clima pre electoral. Hay una calma tensa a nivel interno mezclada con cierta desconfianza tras el debate de la Asamblea. Los críticos han hecho llegar un mensaje a la dirección: si el proyecto anunciado por Inés Arrimadas de incorporar independientes a su lista incluye figuras del catalanismo o nacionalismo moderado no independentista, la tregua saltará por los aires

3. Valencia: la incógnita de Punset y Marí

En la Comunidad Valenciana, el proceso para renovar las estructuras de Ciudadanos llega con el partido abierto en canal y con dos bandos claros. Uno, el sector oficialista que hasta ahora copa los cargos orgánicos del partido en Valencia. Y el segundo, el sector más progresista y crítico de con la línea de Rivera.

La eurodiputada Carolina Punset y Alexis Marí, sobre quien recae la portavocía parlamentaria y el trabajo en las Cortes Valencianas, ha denunciado abiertamente que el partido se está alejando de sus principios fundacionales. Esta posición hace que desde la formación naranja sobrevuele la idea de apartar a Marí como portavoz de las Cortes. Él asegura que nadie le ha llamado para decirle nada.

La pasada semana, el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, instó a irse a todos aquellos cargos institucionales que aseguran no sintonizar con el partido. Cuando lo dijo, hacía dos semanas que el portavoz en la Diputación de Valencia, José Enrique Aguar, había decidido dejar el partido (no el acta). Marí no ha expresado en ningún momento su intención de seguir los pasos de Aguar.

Es más, cuenta con el apoyo de la mitad de los diputados autonómicos porque el grupo parlamentario también está partido en dos. Ni Punset ni Marí optaron por impulsar una candidatura alternativa a Rivera y ahora todo indica se van a mantener al margen de las renovaciones a nivel local. Pero si Marí sigue como portavoz, los nuevos estatutos le reservan un puesto en la dirección del comité autonómico como representante institucional.

La estructura de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana está copada por cargos afines a Rivera. El portavoz autonómico, Fernando Giner, ha sido reforzado con un puesto en la ejecutiva nacional. El delegado territorial es Emilio Argüeso y el coordinador, Juan Córdoba. Los dos son fieles a Rivera y opuestos a Marí.

Sin embargo, esta semana se ha conocido una polémica que les afecta de lleno. Los dos diputados autonómicos han sido señalados como responsables de grabar en secreto una reunión con un diputado del PP en un despacho del propio Parlamento valenciano. El episodio ha tensado hasta el límite la relación con los populares, que ya era tensa de por sí. Este hecho, según cómo discurra en las próximas semanas, puede salpicarles de forma negativa en el proceso de renovación de cargos