El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de Zaragoza en Común.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de Zaragoza en Común. EFE

Política ARAGÓN

La guerra sin cuartel entre el alcalde de Zaragoza y la "oligarquía aragonesa"

El acuerdo de PP, PSOE y C's en proyectos empresariales desata las críticas de Santisteve. 

31 octubre, 2016 02:24

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Desde la llegada al poder en Zaragoza de la fórmula municipalista Zaragoza en Común (ZeC), la marca blanca de Podemos e IU, han sido reiteradas las descalificaciones y ataques políticos a las grandes empresas familiares zaragozanas. Según Zaragoza en Común, y el propio alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve, las grandes familias con intereses empresariales en la ciudad corresponden al “viejo régimen”. Son el activo, de lo que ellos denominan, la “oligarquía aragonesa".

Recientemente, la intención de levantar un outlet en los terrenos de la antigua factoría de la multinacional Pikolin ha puesto de relieve las diferentes posturas que defienden los grupos municipales en el Ayuntamiento de Zaragoza. Algo que ha evidenciado la soledad política de Zaragoza en Común en su intención de paralizar los grandes proyectos empresariales que aglutinan una inversión de 218 millones de euros y más de dos mil puestos de trabajo en la capital del Ebro.

La omisión en la gestión de tramitar los proyectos por parte de Zaragoza en Común con celeridad, ha consolidado una sintonía política entre el Partido Popular, el Partido Socialista y Ciudadanos. Un acuerdo que Zaragoza en Común ha calificado como “una santa alianza al dictado de la oligarquía”.

LA OLIGARQUÍA DEL OUTLET, SEGÚN ZARAGOZA EN COMÚN

El citado proyecto del outlet, que constituye una inversión de más de 60 millones de euros y la creación de 1.800 puestos de trabajo, es una iniciativa empresarial de IberEbro, empresa patrimonial de la familia Solans, propietaria del Grupo Pikolin. Un grupo con presencia en Europa y Asia mediante varias marcas comerciales. Pikolin, cuyo propietario es Alfonso Solans Solans, vende fuera del territorio patrio en torno al 70% de su producción, emplea a 2.500 personas y factura más de 350 millones de euros.

Pikolin fue fundada por el padre del actual propietario, Alfonso Solans Serrano, en plena posguerra española en un incipiente barrio zaragozano, el Arrabal. Ahí emprendió un negocio de fabricación y venta de camas metálicas que con el paso del tiempo constituyó el grupo Pikolin, empresa líder del sector nacional y una de las más punteras de Europa. Su trayectoria profesional cesó para dedicarle tiempo a la política como concejal del Ayuntamiento de Zaragoza en las primeras elecciones municipales (1967) hasta el año 1976.

Quince años más tarde, Alfonso Solans Serrano accedió a la presidencia del Real Zaragoza, el principal equipo de fútbol de la capital aragonesa. Tras su fallecimiento, la propiedad empresarial y el equipo de fútbol zaragozano fueron adquiridos por su hijo Alfonso Solans Solans. Actualmente, el hijo del fundador de Pikolin aspira junto a sus hijos a consolidar el negocio empresarial en China, Malasia, Singapur u Hong Kong.

El traslado de la factoría Pikolin a la Plataforma Logística de Zaragoza (PLAZA) originó el proyecto de Torre Village, un outlet que ocupará una superficie bruta alquilable de 63.000 metros cuadrados, de los que 22.500 metros cuadrados serán destino de tiendas de moda. En el nuevo espacio comercial se podrá adquirir productos a precios de lowcost en casi cien tiendas con descuentos entre el 30 y el 70%, junto a un entorno con zona de restauración y espacios ajardinados.

Fuentes de Zaragoza en Común, plataforma municipalista de Podemos e IU, aclaran a EL ESPAÑOL que reniegan del “urbanismo a la carta” orquestado por “el tridente del régimen” (PP, PSOE y Ciudadanos) para beneficiar a las grandes familias que “controlan la ciudad a golpe de teléfono”. Recalcan desde Zaragoza en Común que no entienden “el acoso” al que están sometidos constantemente pero que no lo consideran una “conspiración del régimen” contra sus políticas. Aunque reconocen que, a su juicio, “hay grandes intereses conocidos entre partidos políticos, concejales y las grandes familias empresariales, en especial en el nuevo outlet”.

Hace unas semanas, una iniciativa liderada por el colectivo A Zofra, llamada “Mapas del poder en Zaragoza”, dio a conocer un proyecto para “desenmascarar una red informal de poder en la ciudad y que usa los poderes públicos para perpetuarse y ampliar su poder económico”. Un proyecto emergido al calor de las mismas reivindicaciones que prolifera Podemos y sus plataformas municipales en Aragón.

La portavoz de Podemos en las Cortes de Aragón, Maru Díaz, confesaba ante los medios de comunicación hace días el “combate” que pretende Podemos contra la “oligarquía aragonesa”. Entiende la diputada que “la mejor lucha es presentarse como alternativa poniendo nombres y apellidos a los de siempre”. De hecho, la mano derecha de Pablo Echenique señaló al presidente de Aragón por su “buena sintonía con las grandes familias poderosas”. Maru Díaz explicaba que “la derechización del PSOE hace que se pongan de rodillas ante los poderosos y lo demuestra la genuflexión del señor Lambán ante la familia Solans”.

“LOS EMPRESARIOS SOMOS CIUDAD”

El presidente de la CEOE Zaragoza, Ricardo Mur, explica a EL ESPAÑOL la necesidad de que el Gobierno de Zaragoza en Común (Podemos e IU) “abandone la demagogia y se centre en atraer proyectos de desarrollo empresarial”, tanto capital nacional como internacional, “en un entorno favorable y estratégico con el que cuenta Zaragoza”. Mur explica que “los empresarios somos ciudad” y puntualiza en que “los mensajes de Zaragoza en Común son negativos para el desarrollo de proyectos empresariales”.

Meses atrás, el foco mediático se centró en el ataque recibido a la constructora Brial, empresa de la familia Briceño, por parte de Zaragoza en Común. Una empresa familiar que nunca se ha visto envuelta en polémicas mediáticas ni confrontaciones con las administraciones públicas hasta el pulso mantenido con Zaragoza en Común.

El debate político se centraba en la inminente demolición de la emblemática Fundición Averly para la construcción de un bloque de viviendas por parte de la constructora Brial. El Ayuntamiento de Zaragoza negaba la demolición al tratarse de una de las joyas del patrimonio industrial internacional e intentó posponer el expediente que daba luz verde a la demolición. Las declaraciones en contra de la intención de Brial de “dar un pelotazo” eran sistemáticas ya que atacaban “uno de los emblemas de Zaragoza”.

Según el Partido Popular, el Ayuntamiento de Zaragoza “rozaba la prevaricación” al dilatar el proyecto por un “urbanismo sectario” cuando desde el año 1968 el terreno de Averly era cien por cien edificable. “Pretenden luchar contra lo que llaman oligarquía imponiendo su sectarismo, sin instrumentos jurídicos y sin la mayoría del pleno del ayuntamiento”, apuntan fuentes populares.

Otro de los proyectos empresariales en marcha es la construcción de una gran superficie hospitalaria por parte del Grupo Quirón vinculado, hasta hace pocos meses, a la familia zaragozana Cordón-Muro.

Desde Zaragoza en Común niegan cualquier contacto del grupo empresarial para construir un centro hospitalario en la parcela anexa al campo de fútbol municipal de La Romareda. Sin embargo, según ha podido saber este diario, sí que ha existido un contacto entre el grupo hospitalario y el Consistorio de Zaragoza. Una reunión entre el gerente de urbanismo del Ayuntamiento con dirigentes de Quirón para activar la enajenación de la parcela anexa al estadio de La Romareda. Es cierto que todavía no hay ningún expediente para impulsar la enajenación, pero según ha podido conocer EL ESPAÑOL la iniciativa es firme por parte del grupo empresarial para crear una clínica privada que genere competencia a la Clínica Universidad de Navarra.

EL PSOE, EN LA “DIANA” DE ZARAGOZA EN COMÚN

En este contexto de tensión, las relaciones entre Zaragoza en Común y el Partido Socialista son cada vez peores e incluso, reconocen desde ZeC, “no tienen solución a día de hoy”. Pedro Santisteve accedió a la alcaldía de Zaragoza con el apoyo de los nueve concejales de su grupo y gracias al apoyo de PSOE y Chunta Aragonesista. Tan solo un acuerdo de investidura, nada más. El resto de la legislatura se ha convertido en un cruce de descalificaciones entre Zaragoza en Común y el PSOE.

Una situación que se ha acrecentado tras la postura del PSOE a favor del proyecto del outlet, posicionándose junto al PP y a Ciudadanos. En los últimos días, el concejal de Zaragoza en Común, Alberto Cubero, criticó que “la derechización del PSOE en el Ayuntamiento es vertiginosa”, así como la ofensiva que dedicó a los socialistas al expresar que “el PSOE se posiciona con los empresarios, con la CEOE, háganselo mirar. Me avergüenzo de ustedes”.

En plena polémica del outlet, se conoció un convenio urbanístico que firmó el actual portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón, con el dueño de Pikolin, durante su época de concejal del Gobierno de Zaragoza. Un convenio que nunca se publicitó y que, por lo tanto, desconocían los grupos políticos y la opinión publica. En el mencionado convenio, se suscribe el compromiso adquirido por parte del Ayuntamiento para autorizar un plan especial en el que haya usos comerciales para la venta minorista tras el traslado de la factoría a un nuevo emplazamiento.

Fuentes de Zaragoza en Común reconocen a EL ESPAÑOL que la actuación llevada a cabo por el portavoz socialista, Pérez Anadón, era una práctica habitual en el Gobierno de Zaragoza durante la época del socialista Juan Alberto Belloch. “Las grandes constructoras o empresas familiares llamaban por teléfono al despacho del alcalde y le preguntaban, ¿qué hay de lo mío?”, cuentan desde ZeC.