El dirigente de Sortu Arnaldo Otegi y el portavoz, Arkaitz Rodríguez.

El dirigente de Sortu Arnaldo Otegi y el portavoz, Arkaitz Rodríguez. G. Estrada EFE

Política Elecciones vascas

"La escenificación de Bildu es un circo: Otegi no podrá presentarse"

Rubén Múgica, abogado e hijo del asesinado Fernando Múgica, sostiene que la candidatura es un teatro: "La izquierda abertzale tiene pocos mimbres con los que aparentar y Otegi es uno de ellos".

23 agosto, 2016 02:43

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"No va a ocurrir, no va a estar en ninguna papeleta, porque está inhabilitado hasta 2021". Rubén Múgica está "absolutamente convencido" de que Arnaldo Otegi no se presentará a las próximas elecciones vascas en representación de EH Bildu. En su criterio, Otegi forma parte de aquella ETA que encarnó los crímenes que por momentos hicieron tambalear los cimientos de la democracia; golpes terroristas que, en febrero de 1996, acabaron con la vida de su padre, el dirigente socialista en el País Vasco Fernando Múgica.

Rubén ejerce como abogado y forma parte de la junta directiva del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE). "La izquierda abertzale tiene pocos mimbres con los que aparentar y Otegi es uno de ellos -sostiene en conversación con EL ESPAÑOL-. Su escenificación es un teatro, un circo".

Con la ley en la mano, afirma, el dirigente de EH Bildu no podrá presentarse a los comicios: "Cuando le fue comunicado su calendario de inhabilitación, decidió no recurrirla: asumió que no iba a presentarse".

La Junta Electoral Provincial de Guipúzcoa analizará, a partir de este martes, si Otegi, secretario general de Sortu, puede concurrir como candidato a lehendakari de EH Bildu en las elecciones vascas del 25 de septiembre.

Para Múgica, "la Junta está obligada a cumplir las resoluciones judiciales sin necesidad de interpretarlas en sentido distinto al que fueron dictadas".

El cartel electoral de EH Bildu

Pero EH Bildu ya vende a Arnaldo Otegi como su candidato. Su nombre figura en toda la campaña que comienza a dibujar de cara al 25-S: la sede bilbaína de la formación política expone su apellido en mayúsculas; el cartel electoral lo define con cualidades que se aproximan a la jerga futbolística, como "entrega", "visión de juego", "trabajo en equipo", "intuición" y "resultados". El eslogan: "Es el momento de volver al campo y dar lo mejor".

"Que saquen lo que quieran, el que no va a ser candidato es Otegi", sostiene Rubén Múgica. Según argumenta, EH Bildu busca una "política de hechos consumados", que la ley eche atrás su candidatura cuando la maquinaria electoral de la formación ya esté activada.

En este sentido, COVITE instó a la Audiencia Nacional a que actúe de oficio: "La Audiencia debe ejecutar la sentencia que condenó a Otegi por un delito de terrorismo y que puede actuar de oficio, en el marco de las atribuciones que el artículo 117.3 de la Constitución brinda a los Tribunales: juzgar y ejecutar lo juzgado", afirmó la asociación a través de un comunicado.

'Otegi y la corrupción'

En una línea muy similar se manifiesta José Luis Requero, magistrado del Tribunal Supremo. "No hay sitio para esa prevaricación de alto standing que es el llamado uso alternativo del Derecho", expresa en una tribuna titulada Otegi y la corrupción, publicada este martes en EL ESPAÑOL.

De acuerdo a la legislación, será la Audiencia Nacional la que traslade a la Junta Electoral Provincial de Guipúzcoa -si así lo considera- la inhabilitación de Otegi de cara a los próximos comicios. En la anterior legislatura, Iker Casanova, condenado por delitos de terrorismo, ya ocupó un escaño en el Parlamento vasco. La ejecutoria de su inhabilitación, no obstante, tenía algunas diferencias sustanciales respecto a las de Arnaldo Otegi.

Y si Otegi no puede presentarse como candidato de EH Bildu, entonces, ¿por qué pone en marcha la izquierda abertzale toda su maquinaria electoral? Rubén Múgica responde a esa pregunta: "En su ADN de Bildu está el matonismo, la fanfarronería, la chulería y sobre todo la jactancia con el crimen -asegura-. Y la presentación de terroristas como Otegi, Elena Beloki o Iker Casanova, responde a ese ADN, donde hay una simpatía hacia el crimen y hacia los criminales. Es una provocación hacia las víctimas del terrorismo y hacia la sociedad".