Lourdes Gil Paisán es la coordinadora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria.

Lourdes Gil Paisán es la coordinadora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria. UNED

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Marlaska premia a la alto cargo que relaja las medidas a presos peligrosos en plena bronca por la inseguridad en las cárceles

La artífice de que se clasifiquen cada vez menos reclusos en primer grado será premiada con la Medalla de Oro de Prisiones, máximo galardón penitenciario.

Más información: Los datos desmienten el discurso de Marlaska sobre reinserción: el 47% de los presos actuales ya estuvo en la cárcel

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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, otorgará la Medalla de Oro al Mérito Social Penitenciario a Lourdes Gil Paisán, la artífice de que en las cárceles españolas se clasifiquen cada vez menos reclusos en régimen de primer grado.

Así lo ha podido acreditar EL ESPAÑOL de fuentes conocedoras de la decisión. La máxima condecoración en Instituciones Penitenciarias se la entregará el propio Marlaska durante los actos centrales del Día de la Merced, patrona de las Prisiones, esta misma semana.

La decisión ha sido adoptada por el secretario general, Ángel Luis Ortiz, mano derecha del ministro, quien condecorará con ese galardón a la coordinadora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria.

Desempeñando ese cargo, Lourdes Gil Paisán ha sido la encargada de gestionar y firmar las resoluciones de primer grado, el más restrictivo de todos, y de régimen cerrado. También es la persona que en los últimos años ha decidido sobre las resoluciones contrarias a la aplicación del régimen cerrado.

Según las fuentes consultadas en Interior, suya es la responsabilidad de llevar la política del régimen cerrado con las cárceles y quien ha impulsado e incentivado no aplicar el artículo 75 del Reglamento Penitenciario, que es el que especifica las limitaciones regimentales para los internos.

Esta alto cargo de Interior ha sido una de las responsables de que, en las legislaturas de mayor cantidad de agresiones a funcionarios de prisiones, hayan disminuido progresivamente los internos que cumplen su condena en primer grado.

Gil Paisán ha cumplido en los últimos años el cometido de que en Prisiones se envíen menos presos a módulos con un régimen penitenciario arrinconado a lo largo de las legislaturas en las que ha gobernado Pedro Sánchez. 

Según el reglamento de Instituciones Penitenciarias, esa condecoración se adjudica a quienes hayan tenido una “extraordinaria relevancia y denoten un alto espíritu de servicio".

Reducido a la mitad

A finales del año 2018, según datos del Ministerio del Interior, había 995 internos en toda España en el llamado régimen cerrado. En tres años, se redujeron a 480. En parte, a ello contribuyó la nueva política penitenciaria diseñada para el acercamiento de los terroristas de ETA a cárceles vascas.

Actualmente, según los datos en poder de EL ESPAÑOL, tan solo hay 390 reclusos en ese régimen en las cárceles de toda España (374 hombres y 16 mujeres).

Consultados tanto el Ministerio del Interior como Instituciones Penitenciarias sobre este particular, casi una semana después de la consulta no se ha obtenido respuesta alguna.

Filosofía penitenciaria

Los presos en primer grado han continuado disminuyendo de forma exponencial. En gran medida, debido a la filosofía imperante en los últimos años en el sistema penitenciario.

Todo ello, pese a que la situación en las cárceles españolas es cada año más convulsa que el anterior.

La decisión de premiar a la coordinadora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria se produce en un momento muy convulso en Prisiones.

Por tercer año consecutivo, las cárceles gestionadas por Instituciones Penitenciarias registraron una preocupante cifra de agresiones a los trabajadores del sistema penitenciario.

En total, los funcionarios fueron víctimas, en 2024, de 504 agresiones, cometidas por los reclusos en prisiones de toda España. Se trataba del segundo peor dato desde que hay registros. No se contabilizó, además, el asesinato de la cocinera de una cárcel catalana, dado que las prisiones de Cataluña son competencia exclusiva de esa autonomía.

Sólo fue superado por 2023, cuando se alcanzó la cifra de 508 episodios de diversa gravedad. El pasado fue el tercer año consecutivo en el que esta tendencia se mantenía, ya que 2022 superó con creces todos los registros (453 agresiones).

Las cifras de las que disponen los funcionarios sugieren que 2025 discurre por el mismo camino.

Filosofía de la premiada

En una entrevista ofrecida hace dos años en el blog de la Fundación Esplai, Gil Paisán ya plasmó su inclinación por un régimen penitenciario más benevolente con los reclusos."Comparto un modelo penitenciario que apuesta por el cumplimiento en régimen de semilibertad", indicó.

"Cuando se cumple en un régimen de semilibertad, la persona está en sociedad, se hace responsable de sus relaciones familiares, personales, su marco laboral es el de un ciudadano/a más, es partícipe de los recursos sociales que el sistema ofrece y, por supuesto, está obligado/a al cumplimiento normativo que nos obliga a todos y a todas", defendía.

Revelaba, además, que Prisiones había avanzado "en el número de personas que acceden a un régimen de semilibertad", un dato que consideraba en sí mismo como "muy positivo".

"Este debe ser el camino, pues es evidente que los modelos de cumplimiento basados en la separación y la infantilización no ayudan a propiciar desarrollos personales encaminados a la toma de decisiones responsables".

Defensora de la reinserción

Ésta y otras tantas declaraciones la evidencian como gran defensora de la reinserción penitenciaria. Una política que, a tenor de los datos, no está teniendo sus frutos.

Según reveló EL ESPAÑOL, el 47% de las personas que ingresan cada año en la cárcel en España han estado ya encarceladas anteriormente en otros centros penitenciarios.

Además, tras consultar datos de Prisiones, este medio publicó que, en los últimos cinco años, cada vez entran más reincidentes en las prisiones españolas.

Esta cifra desmontó lo afirmado meses atrás por Marlaska, quien defendió ante los directores de las cárceles que "el 80 por ciento de las personas que retoman su vida en libertad no vuelven a reincidir".

El dato era manifiestamente erróneo. Según las estadísticas de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en los últimos cinco años han entrado un total de 167.850 personas en prisión. De todas ellas, 78.882 ya contaban con Número de Identificación Sistemático (NIS).

El NIS es un número único que se asigna a cada persona que ingresa en un centro penitenciario y sirve para identificar al interno. Permite registrar toda la información sobre su estancia en la cárcel. 

Según las cifras de Prisiones, las cifras han ido en aumento desde el año de la pandemia. En 2020 entraron 30.128 presos en las prisiones españolas. De todos ellos, 14.230 ya habían estado en la cárcel.

Al año siguiente ese número se incrementó. De los 33.210 nuevos reclusos, 15.602 eran reincidentes. En 2022, igual: de 33.712 nuevos delincuentes que ingresaban en la cárcel, 15.781 ya habían experimentado lo que era estar en una celda.

Consultado el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), este colectivo se opone frontalmente a la medalla. "Sobre todo si es de alguien que concede segundos grados y traslados de etarras en contra del criterio de profesionales de la junta. Etarras que asesinaban, entre otros, a funcionarios de prisiones y sus familias".