El presidente del Senado, Pedro Rollán. Europa Press
El presidente del Senado también se ausenta de la apertura del Año Judicial y alega “motivos familiares”
Pedro Rollán envió una carta al TS el viernes 29 de agosto excusando su presencia. Se suma a Feijóo, que comunicó su ausencia el 31 de julio para “no avalar” la humillación a un Poder del Estado.
Más información: Feijóo, fuera del Año Judicial: "No avalaré con mi presencia que se someta al Rey a asistir a este choque institucional"
El presidente del Senado, el popular Pedro Rollán, tampoco acudirá a la ceremonia de apertura del Año Judicial 2025, presidida por el rey Felipe VI.
El pasado 29 de agosto, la secretaria de Rollán se puso en contacto con la del Tribunal Supremo, anfitrión del evento, para comunicar que “lamentablemente, el presidente del Senado no podrá acudir” alegando “motivos familiares”.
Los ataques de Pedro Sánchez a los jueces y el discurso previsto del fiscal general, procesado por revelación de secretos, han convertido el acto en uno de los más controvertidos que recuerda la historia democrática española.
La ausencia simultánea del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y de Rollán, ha convertido el acto en el epicentro de la crispación institucional, con críticas cruzadas entre los líderes del PP, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, y las asociaciones judiciales.
Feijóo, presidente del Partido Popular, comunicó oficialmente su decisión al Tribunal Supremo y a la Casa Real en julio, apenas días después de recibir la invitación al acto.
Pese a que en un primer momento adujo un compromiso previo de agenda con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, fuentes de Génova han admitido que la verdadera causa responde al rechazo frontal de Feijóo a “dar normalidad a una situación excepcional que humilla a un Poder del Estado”.
El detonante, según el entorno del dirigente gallego, fue la confirmación del procesamiento del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por el mismo tribunal que organiza el acto solemne.
Para Feijóo, la presencia del fiscal procesado supone una “anomalía jurídica” y legitimar, con su asistencia, los ataques vertidos por el Gobierno contra jueces y magistrados.
En paralelo, Rollán ha desligado su ausencia de los motivos políticos y la ha justificado por “motivos familiares”.
Aunque la presencia de los presidentes de las cámaras no es obligatoria, sí es habitual en este tipo de eventos y su deserción conjunta reviste carácter excepcional.
Detrás queda el trasfondo de malestar institucional que ha llevado a personalidades de referencia a desmarcarse del ritual que abre cada curso judicial, transmitiendo una imagen de fractura en el marco constitucional.
La situación se ve exacerbada por el clima de enfrentamiento entre el Ejecutivo y la judicatura. Las declaraciones recientes de Sánchez, que en entrevistas en TVE y medios internacionales afirmó que “en España se persigue judicialmente por motivos ideológicos”, han hecho estallar los puentes entre los poderes del Estado.
Las asociaciones mayoritarias de jueces y fiscales han criticado sin ambages la intervención de Sánchez y la presencia de García Ortiz en el acto.
Tampoco ha faltado la interpretación política por parte del Gobierno, cuyo ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, calificó el gesto de Feijóo como una “grave desconsideración” al Rey, al Tribunal Supremo y a la carrera judicial y fiscal.
En respuesta, Feijóo ha defendido que el "respeto absoluto" a la Casa Real y al poder judicial justifica su decisión. En sus propias palabras: “Someter al Rey a que presencie este choque institucional sin precedente es un error que no avalaré con mi presencia”.
El líder popular considera que su ausencia es “coherente” y que validaría, en caso de acudir, tanto las “difamaciones” del presidente del Gobierno como la normalización de un fiscal general investigado por “delitos gravísimos”.
Históricamente, hay muy pocos precedentes de ausencias de altos cargos en la apertura del Año Judicial y aún menos de naturaleza tan explícitamente política. Se recuerda la falta de José María Aznar en 1997, entonces presidente del Gobierno, por malestar con la crisis judicial, pero nunca hasta ahora habían coincidido las ausencias de varios representantes institucionales de tal calibre.
Generalmente, los presidentes del Congreso y del Senado acuden para simbolizar la unidad del Estado en los momentos solemnes, pero la crispación actual ha roto esa costumbre. Solo en 2011, los socialistas José Bono (Congreso) y Javier Rojo (Senado) se ausentaron para dejar constancia de la crisis que vivía la Justicia, también en aquel momento.
Mientras tanto, el rey Felipe VI se mantiene como la figura que garantiza la continuidad institucional, asistiendo al acto pese a la polémica sobre la presencia del fiscal y la ausencia de líderes políticos clave.
El Gobierno defiende la legalidad y necesidad de preservar el funcionamiento de las instituciones, mientras la oposición denuncia el “blanqueo” de ataques al poder judicial y la “degradación de la Fiscalía”.