La OTAN constata que la previsión de gasto militar en España ya se sitúa en el 2% del PIB

España cumple al fin los deberes con la OTAN. La Alianza Atlántica calcula que el gasto militar alcanza ya el 2% del PIB, como había prometido el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, según una nueva estimación recién publicada.

Aunque España se mantiene entre los aliados que menos proporción de su PIB destina a la inversión en Defensa, se cumple por primera vez con el objetivo de gasto que los miembros de la OTAN acordaron en 2014 para la década posterior.

No obstante, Sánchez ha anunciado que se plantará en el 2,1% de inversión militar y que no tiene intención de cumplir el nuevo objetivo del 5% para 2032 que él mismo firmó en la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya a finales de junio. Un gesto muy criticado no sólo por parte de Trump, sino también por sus socios europeos

Gasto en Defensa de los países de la OTAN en porcentaje del PIB OTAN

En la comparación interanual, según cifras de la Alianza, España ha aumentado su gasto en Defensa en un 43,11%, de 22.693 millones de euros en 2024 a 33.123 millones en este curso.

En un comunicado, la OTAN señaló que se trata de cifras recopiladas hasta el 3 de junio de este año y estimó que todos sus países miembros cumplen ya con el objetivo de gasto del 2% acordado en la cumbre de Gales en 2014 de cara a la década posterior, hasta 2024. El año pasado, sólo 19 de los 31 llegaban a este hito.

Junto a España en el 2% se sitúan Bélgica, Alemania, República Checa, Macedonia del Norte, Luxemburgo y Portugal, mientras que otra decena de países registran porcentajes de gasto en Defensa entre el 2 y el 2,1% de su PIB.

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Los países de la OTAN con más inversión militar son Polonia (4,48%), Lituania (4%), Lituania (3,73%), Estonia (3,38%) y Noruega (3,35%). Los Estados Unidos de Donald Trump ocupan la sexta posición con un gasto del 3,22%.

La nueva clasificación significa que la OTAN ha aceptado finalmente clasificar como gasto en Defensa la totalidad del plan de inversiones por valor de 10.471 millones anunciado por Sánchez el pasado mes de abril en respuesta a las presiones de la propia Alianza Atlántica, de la UE y de Trump.

El plan, que ha permitido a España saltar de golpe del 1,4% al 2% del PIB, se articula en cinco prioridades: mejora de las condiciones de las Fuerzas Armadas (3.712 millones), ciberseguridad (3.262 millones), armamento y munición (1.962 millones), gestión de emergencias (1.171 millones) y operaciones internacionales (1.751 millones).

En su presentación, Sánchez aseguró que este fuerte incremento del gasto en Defensa se financiaría "sin tocar un céntimo del Estado del bienestar ni afectar al bolsillo de nuestros ciudadanos" y "sin incurrir en un mayor déficit ni endeudamiento público".

Pedro Sánchez en su comparecencia tras la cumbre de La Haya. Reuters

En su informe, la OTAN constata que España cumple sobradamente el segundo de los objetivos pactados en la cumbre de Gales de 2024: dedicar al menos un 20% del gasto en Defensa a equipamiento militar, como vehículos, armas o municiones.

En concreto, nuestro país está en decimotercera posición (32,4%). Lideran la clasificación Polonia (54,4%), Luxemburgo (53,5%) y Finlandia (46%), mientras que Bélgica es el único aliado que todavía no cumple (14,5%).

Bajo la presión combinada del presidente estadounidense, Donald Trump, y la amenaza rusa por la invasión de Ucrania, los países de la OTAN acordaron el pasado mes de junio un incremento radical de su gasto militar hasta el 5% de sus PIB de aquí a 2035.

Gasto en equipamiento militar como porcentaje de la inversión total en Defensa OTAN

Esa cifra, según lo ratificado en la cumbre de La Haya, es la suma de dos tipos de gasto: el grueso (3,5%) corresponde a gasto militar estricto, como compras de armas, el pago de los salarios y pensiones de las Fuerzas Armadas, misiones y maniobras o investigación. Además, los países deberán gastar un 1,5% adicional de su PIB en seguridad en un sentido amplio.

España, aunque ratificó el acuerdo, se desmarcó de esa hoja de ruta. Sánchez anunció que para cumplir con las capacidades que le exige la OTAN será suficiente invertir un 2,1% y no el 5%, algo que ha desmentido el propio secretario general, Mark Rutte.

Esta postura desató las críticas entre algunos aliados y llevó a Trump a amenazar al Gobierno con sanciones económicas diciendo que "les voy a hacer pagar el doble".