Entrada de la prisión de Morón de la Frontera (Sevilla).
Interior tenía en un módulo de respeto al agresor sexual de una psicóloga penitenciaria pese a ser un violador reincidente
Un violador reincidente agrede sexualmente a una psicóloga de la prisión de Morón de la Frontera en el transcurso de una entrevista.
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La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, mantenía en un módulo de respeto al autor de una brutal agresión sexual contra la psicóloga de la cárcel de Sevilla, pese a ser un violador reincidente.
Una brutal agresión sexual de un preso reincidente ha hecho saltar las alarmas en el módulo 8 del Centro Penitenciario de Sevilla II, en Morón de la Frontera. Una trabajadora del centro, concretamente la psicóloga, fue brutalmente agredida por un interno con antecedentes por delitos de naturaleza sexual.
Los hechos se produjeron al mediodía de este pasado martes. Sobre las 12:00 horas, la psicóloga del módulo mantenía una entrevista profesional con el peligroso recluso. En el transcurso de la misma, el interno la atacó con extrema violencia, según revelan a EL ESPAÑOL fuentes penitenciarias.
El preso la golpeó con puñetazos y mordiscos en los labios, la nariz y las orejas. Luego le arrancó mechones de pelo, y la inmovilizó sobre una camilla, donde le realizó tocamientos íntimos mientras la amenazaba con violarla y secuestrarla.
Por fortuna, los compañeros de la psicóloga intervinieron rápidamente antes de que el preso consumase la violación. La rápida intervención, alertados por sus gritos, evitó consecuencias aún más trágicas.
Este individuo acumula un extenso historial de conductas violentas y de carácter sexual, incluyendo agresiones a funcionarios, masturbaciones públicas y exhibicionismo frente a trabajadoras.
Según ha podido conocer este diario, de datos procedentes de su expediente, le faltaban 3 años por cumplir por robo con violencia e intimidación, un año más por agresión sexual y 22 meses por otro robo con violencia, intimidación y lesiones.
A pesar de ello, Instituciones Penitenciarias le había clasificado en un módulo de respeto, reservado teóricamente para internos con buena conducta. Ahí le mantenía desde hacía meses. Una decisión que pone en evidencia fallos estructurales en el sistema de clasificación y gestión penitenciaria.
Desde el sindicato ACAIP-UGT denuncian la irresponsable gestión penitenciaria que ha desembocado en una situación de creciente inseguridad. "La presencia de internos peligrosos en módulos autogestionados y supuestamente seguros compromete gravemente la integridad física y psicológica del personal".
No un caso aislado
Este no es un caso aislado. En el último año, en el CP Sevilla II se han registrado al menos tres agresiones sexuales y múltiples casos de acoso a trabajadoras, sin que desde la Administración Penitenciaria se haya articulado una respuesta eficaz.
La inacción institucional ha normalizado un escenario laboral de riesgo, especialmente en este centro penitenciario para las mujeres que trabajan en él, según denuncian sus trabajadores.
ACAIP-UGT elevó una consulta al Portal de Transparencia para conocer el número de denuncias por acoso, agresión o amenaza por razón de sexo sufridas por funcionarias de Instituciones Penitenciarias, así como las sanciones derivadas.
La respuesta oficial: “No existe posibilidad de hacer la explotación estadística solicitada, tal es, conocer cuántas de las denuncias de acoso, agresión o amenaza por razón de sexo sufridas por funcionarias de Instituciones Penitenciarias por parte de internos han terminado en sanción disciplinaria y cuántas han sido archivadas o inadmitidas".
Falta de voluntad
Esta respuesta evidencia, a juicio de ACAIP-UGT, la falta de voluntad y medios de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para abordar, prevenir y sancionar este tipo de conductas, lo que sitúa a las trabajadoras en una situación de vulnerabilidad institucionalizada.
Ante la gravedad de los hechos, ACAIP-UGT exige de forma inmediata revisar urgentemente el sistema de clasificación interior, impidiendo la asignación de internos con antecedentes de violencia o acoso a módulos de respeto.
Elaborar y aplicar un nuevo protocolo de agresiones, que incorpore medidas preventivas, criterios claros de actuación y apoyo psicológico y jurídico para las víctimas.
Una dotación de botones alarma o dispositivos de emergencia individuales para el personal que realiza entrevistas o intervenciones en solitario.
También exigen la adecuación de los espacios destinados a entrevistas profesionales, garantizando la privacidad sin comprometer la seguridad ni la supervisión, así como el reconocimiento del personal penitenciario como autoridad pública, con el principio de indemnidad y la implementación de mecanismos efectivos de protección, prevención y recuperación ante situaciones traumáticas.