
Tres de los detenidos por yihadismo con presencia en Tiktok en los últimos años.
La yihad crece en TikTok: Daesh y Al Qaeda usan la red social en España para captar a jóvenes y dispara las alarmas en Interior
Interior monitoriza en internet centenares de cuentas de radicales que difunden propaganda del terrorismo yihadista.
Más información: Sólo en los tres primeros meses del año han sido detenidos en España 43 yihadistas, la mitad que en todo 2024.
Los especialistas de la lucha antiterrorista del Ministerio del Interior han redoblado en los últimos meses los esfuerzos con decenas de operaciones simultáneas contra el yihadismo. Uno de los aspectos que ha disparado todas las alarmas es la creciente presencia de radicales que utilizan la red social TikTok para difundir el discurso de la yihad.
Esta tendencia se ha recrudecido en los últimos años, a raíz de la guerra en Gaza, el conflicto de Siria y el avance de las organizaciones terroristas en el Sahel.
Según revelan a EL ESPAÑOL fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, en la actualidad Guardia Civil y Policía Nacional monitorizan a centenares de individuos con perfiles en esa red social España.
Desde sus cuentas, los yihadistas difunden miles de vídeos con contenido radical de Daesh o de Al Qaeda, para captar nuevos adeptos con su mensaje. Lo que antes sucedía en las mezquitas, señalan desde Interior, ahora ocurre en una habitación con conexión a internet.
Las Fuerzas de Seguridad extreman los esfuerzos para controlar este fenómeno. Sin embargo, expertos advierten que la lucha contra el adoctrinamiento en redes es un desafío constante. Mientras los algoritmos sigan facilitando la viralización de este tipo de mensajes, el riesgo de que nuevos "influencers yihadistas" aparezcan seguirá latente.
Este es uno de los nuevos desafíos de los especialistas en antiterrorismo de Policía Nacional, Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El yihadismo está recurriendo a estos canales con un evidente objetivo: la captación de menores de edad para sus actividades.
Operaciones
Una de las entidades que más trabajan en esta materia es el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del Interior. Este organismo, en colaboración con las autoridades policiales de toda Europa, identifica y eliminar cada año decenas de miles de enlaces en distintas plataformas digitales, cuyo contenido incita a la violencia o contiene discursos de odio. Buena parte de ese material es propaganda yihadista.
Según Interior, la invasión de Gaza en octubre de 2023, tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel, marcó un punto de inflexión. Entonces se multiplicaron en las redes las consignas y los llamamientos a la violencia, por parte de radicales yihadistas.
Algunas de las operaciones más recientes evidencian el incremento de la llamada ciberyihad. Hace tan solo unos días, la Audiencia Nacional condenaba a dos años y medio de prisión al tiktoker marroquí Said Bengag, acusado de un delito de enaltecimiento del terrorrismo y otro de falsedad documental.
Según la sentencia, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, Bengag lanzaba mensajes radicales a una audiencia masiva en esa red social: "Nosotros vivimos también en Europa y estamos con la yihad. Vamos a hacer la yihad en Europa. Le pido a Dios que mi martirio llegue antes que el tuyo".
Los mensajes difundidos tenían un gran impacto en una comunidad compuesta por más de 400.000 seguidores en TikTok, pero también ampliaba su cobertura en Facebook e Instagram, "realizando comentarios por medio de los que incitaba a realizar la yihad en territorios en conflicto, vertía amenazas de la comisión de atentados contra instituciones públicas y llamaba públicamente al combate", tal y como recoge el fallo.
Said publicaba de forma diaria vídeos en los que ensalzaba y glorificaba la yihad y los actos terroristas, al tiempo que lanzaba mensajes de odio contra los judíos y el colectivo LGTBI, profiriendo comentarios amenazantes contra otros usuarios de redes sociales que no compartían sus opiniones.
Incluso manifestó su predisposición a realizar un atentado. Los investigadores descubrieron que había tomado la decisión de ir un paso más allá, que estaba intentando comprar armas blancas y chalecos antibalas. Quería perpetrar un atentado terrorista en España.
Nordin, el yihadista fitness
Otro caso reciente que se encuentra bajo la lupa de la Justicia es el de Nordin Workout, un yihadista influencer detenido en Madrid el pasado mes de febrero por la Guardia Civil, y acusado de enaltecimiento del terrorismo en sus canales.
La facilidad con la que se propaga el contenido extremista y la posibilidad de camuflarlo dentro de otros discursos —como el deportivo o el de superación personal— han convertido estas plataformas en un terreno fértil para la captación de nuevos adeptos. Es el caso de este individuo.
Cuando la calistenia, actividad deportiva enfocada a la mejora del rendimiento deportivo a través de diferentes ejercicios con el peso corporal, aún estaba en pañales en España, Nordin se convirtió en un talismán para los más adeptos a este deporte. Hace 13 años comenzó a publicar vídeos en su canal. Ahora algunos de sus contenidos cuentan con más de 4 millones de reproducciones.
Con el tiempo, comenzaría a difundir mensajes sobre artes marciales, boxeo y otros deportes de contacto. Hace un año cambió de rumbo y creó nuevos canales con una temática completamente alejada del deporte.
"Cuando Alá es tu fuerza, nada puede romperte", señalaba el encabezado de uno de sus nuevos vídeos. "La homosexualidad y el Islam. Toda la verdad", subraya otro.
Ahora, en sus publicaciones, mezcla la afición que le hizo famoso en internet, el ejercicio físico, con el adoctrinamiento propio del radicalismo islámico, según la Guardia Civil: "El futuro sólo Alá lo conoce, tu presente lo construyes tú con su favor".
En ellas, Nordin incluye como música de fondo los llamados nasheeds, un género de canciones musulmanas que se interpretan con una voz sugerente y diversos efectos de sonido, como ruidos de sables, disparos o pisadas ecuestres, y cuyas letras están asociadas a la lucha. Eran empleados fundamentalmente por Daesh, el autodenominado Estado Islámico (ISIS), para captar adeptos para la yihad.