En un momento en que el abastecimiento alimentario sostenible se ha convertido en una prioridad global, la acuicultura española representa una oportunidad única: producir más alimento con menos impacto, generar empleo estable y fortalecer el tejido económico de nuestras zonas rurales de interior y costeras.
España es líder europeo en cosecha acuícola y un referente internacional en innovación, bienestar animal y sostenibilidad ambiental. Sin embargo, sigue siendo una gran desconocida para buena parte de la sociedad.
Por eso, el sector ha querido dar un paso adelante con la campaña Pescado para todos. La verdadera suerte, una acción de divulgación masiva que busca mostrar el papel esencial que desempeña la acuicultura en un sistema alimentario moderno, saludable y sostenible. Porque, sencillamente, sin acuicultura no habría suficiente pescado para alimentar a toda la población.
Uno de los momentos más simbólicos ha sido la acción realizada en el Mercado de la Paz de Madrid, donde los clientes se encontraron con los mostradores de pescado casi vacíos. No fue un fallo de suministro, sino una representación de lo que ocurriría si no existiera la acuicultura.
La experiencia sirvió para recordar algo que a menudo damos por hecho: la suerte que tenemos de poder disfrutar de pescado fresco, de calidad y asequible cada día. Esa suerte se llama acuicultura española.
Nuestra dieta mediterránea, reconocida por la OMS como una de las claves de la alta esperanza de vida saludable en España, no se entiende sin el pescado. Los ácidos grasos omega-3 que aporta son esenciales para nuestra salud.
Pero hoy dependemos del exterior para siete de cada diez pescados que consumimos, muchos de ellos procedentes de países con estándares ambientales y sociales menos exigentes que los nuestros.
El impulso de la acuicultura española no solo responde a una necesidad alimentaria, económica o estratégica, sino también medioambiental. El pescado de cultivo español tiene una de las menores huellas de carbono entre todas las proteínas animales y aprovecha los recursos naturales con una eficiencia ejemplar.
Además, las empresas del sector están apostando por materias primas sostenibles, energías renovables y modelos de economía circular que convierten a la acuicultura en una auténtica aliada del planeta.
En ese sentido, la sostenibilidad no es un objetivo futuro para la acuicultura española, sino su razón de ser presente. Cada avance —en innovación, en reducción de la huella medioambiental, bienestar animal, formación o digitalización— contribuye a un mismo fin: asegurar alimentos saludables, seguros y sostenibles para las generaciones actuales y futuras.
La nueva campaña Pescado para todos. La verdadera suerte pone rostro a esa idea. Porque la verdadera suerte no es ganar una rifa ni tener un golpe de azar, sino vivir en un país capaz de producir su propio pescado de forma responsable y sostenible gracias al trabajo que los profesionales del sector han llevado a cabo durante décadas.
En definitiva, la acuicultura española es parte esencial de la solución a los grandes retos de nuestro tiempo: garantizar la soberanía alimentaria, proteger el medio ambiente y mantener viva la economía de nuestras costas y ríos. Apostar por ella no es una opción, es una necesidad estratégica y una oportunidad para construir un modelo de bienestar duradero.
*** Javier Ojeda es gerente de APROMAR.