La sociedad es consciente del papel que desempeñan los bosques. Pero sin embargo desconoce ciertos aspectos relacionados con la gestión forestal que son básicos para dar respuesta a las preguntas clave ¿cuál es el verdadero valor de los bosques?, ¿se puede cuantificar? y ¿quién tiene la responsabilidad de conservar nuestro capital natural forestal?

El capital natural forestal no está sólo compuesto por las masas forestales visibles y por los recursos o materiales que extraemos de ellos, maderables y no maderables, aliados de la economía sostenible y circular.

Los ecosistemas forestales son generadores de servicios y beneficios ambientales críticos e imprescindibles. Agua, absorción y almacenamiento de carbono, purificación del aire, biodiversidad vegetal y animal, disponibilidad de suelo, uso y disfrute recreativo, valores culturales, etc.

No cabe duda de que los valoramos, pero nos falta asimilar y comprender el lugar que ocupan los propietarios y gestores forestales en esta prestación de servicios medio ambientales esenciales, realizada prácticamente de forma gratuita.

Los bosques proporcionan recursos y aprovechamientos cuantificables que están integrados en los mercados y en las economías, pero los servicios ecosistémicos mencionados, como son la biodiversidad, la absorción y almacenamiento de carbono, los recursos hídricos, el suelo y los servicios recreativos, no han sido avaluados e integrados de la misma manera.

En España, aproximadamente un 70% de la superficie forestal (más de 26 millones de hectáreas) está en régimen de propiedad privada, mayoritariamente representado por pequeños propietarios. Sus propietarios obtienen un retorno económico por la comercialización de los productos que extraen de sus masas forestales, pero, ¿obtienen compensación por todos los servicios medio ambientales que prestan a la sociedad?

Y, es más, ¿cómo establecer un marco de responsabilidades? Todos disfrutamos de estos servicios, pero, ¿a quien le corresponde conservarlos, preservarlos y restaurarlos? Esta responsabilidad recae legalmente en los propietarios.

Los bosques en España ocupan casi un 30% de la superficie total y un 70% de ésta es privada, lo que equivaldría a decir que los propietarios forestales privados son responsables de la conservación y mantenimiento de más de 18 millones de hectáreas de bosques. Una gran responsabilidad.

A nivel país y región se establecen estrategias forestales que promueven y apoyan la gestión forestal sostenible y por tanto la conservación de estos servicios ambientales, pero no existen mecanismos de compensación que reviertan de manera justa sobre los propietarios y compensen toda esta labor de conservación y provisión.

Por ejemplo, uno de los mecanismos que se han diseñado para mejorar la compensación que reciben los gestores forestales son los mercados voluntarios de carbono. En ellos, los propietarios de los bosques generan un bono de carbono que una compañía puede comprar para compensar voluntariamente sus emisiones de CO2.

Sin embargo, este mecanismo ha sido objeto de múltiples críticas, entre ellas el convertirse en una excusa para retrasar la descarbonización que las compañías deben adelantar, y el ser sujeto de especuladores que retienen la mayor parte de los beneficios que deberían llegar a los gestores forestales.

En Forest Stewardship Council (FSC), organización sin ánimo de lucro que promueve la gestión forestal sostenible a través de estándares propios auditados por entidades independientes, hemos desarrollado un procedimiento que verifica y demuestra la existencia y valor de los servicios ecosistémicos gracias a la actividad y gestión forestal sostenibles realizada por sus propietarios forestales.

La Verificación FSC de los servicios de los ecosistemas permite demostrar mediante datos científicos, contrastables y verificables, el impacto positivo de la gestión forestal sostenible en la conservación y restauración de los servicios de los ecosistemas.
Esta medición y valoración hace posible que los beneficios ambientales generen interés en los mercados y entre las empresas, porque existen datos reales.

Las empresas pueden llegar a acuerdos con los propietarios forestales mediante patrocinios o apoyos económicos. De esta manera, los propietarios obtienen ingresos adicionales que les permiten seguir invirtiendo en gestión forestal sostenible; y las empresas obtienen el retorno de su inversión, en forma de impactos ambientales demostrables y el ser pioneros en la integración del valor de la naturaleza en sus procesos y decisiones.

El valor que aportan los bosques a lo sociedad es incuantificable, pero desde FSC hemos creado un procedimiento que demuestra de forma rigurosa el trabajo y esfuerzo en conservación y restauración que realizan los propietarios.

Pues el objetivo final es implicar a las empresas, organizaciones y gobiernos; y que la responsabilidad de conservar nuestros bosques y los servicios esenciales y de incalculable valor que aportan a la sociedad, sea una responsabilidad compartida.

*** Asger Olesen es el director de Clima y Ecosistemas de FSC Internacional.