Ramy Shaath, activista egipcio, en la sede de Amnistía Internacional en Madrid.

Ramy Shaath, activista egipcio, en la sede de Amnistía Internacional en Madrid. Amnistía Internacional

Referentes COP 27

Ramy Shaath, activista egipcio: “¿Cómo organizas la COP en un país que arresta activistas verdes?”

El defensor de los derechos humanos, que pasó más de dos años en prisión, atiende a EL ESPAÑOL a pocas horas del inicio de la COP 27 en Egipto. 

8 noviembre, 2022 01:39

Ramy Shaath pasó más de dos años en una cárcel egipcia en condiciones infrahumanas por el simple hecho de ser activista político y defensor de los derechos humanos. Haber creado varios movimientos políticos laicos fue su condena.

El miedo infundado —o más bien pretexto— del gobierno hacia movimientos islámicos es la razón que exponen las autoridades para perseguir y juzgar a cualquier movimiento que consideren subversivo.

Al final, consiguió salir de la cárcel, pero el precio fue alto, muy alto. El gobierno le obligó a exiliarse del país y le retiraron la nacionalidad egipcia. El proceso, según cuenta, fue traumático: “Me vendaron los ojos y me esposaron. Y me dijeron que no me iba a ir sin firmar una renuncia de la nacionalidad”. Un proceso que a todas luces es ilegal.

Este modus operandi, explica, no es muy común. En su caso, las autoridades consideraron que era mucho más peligroso sobre el terreno, por lo que forzaron su deportación fuera del país. 

Shaath es sólo una de los miles de personas encarceladas por sus opiniones políticas e ideológicas en Egipto desde el golpe militar de 2013 y la llegada al poder posterior de Abdel-Fatah al-Sisi. Según han calculado los grupos de derechos humanos, aproximadamente hay 60.000 presos políticos en el país, lo que alcanza prácticamente la mitad de todos los presos del país. 

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Ahora, varios meses después de haber finalizado su propio infierno, Shaath se encuentra en Madrid para continuar con su gira para denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno de Al-Sisi. El año pasado, el Gobierno egipcio trató de lavar su imagen a través de una Estrategia Nacional de Derechos Humanos. Sin embargo, denuncia Shaath, se trata de un pequeño documento enmarcado en una “estrategia de marketing”. 

El activista atiende a EL ESPAÑOL en la sede de Amnistía Internacional, ONG que promovió la campaña para liberarle, a pocas horas de que dé inicio la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 —más conocida como COP 27—. 

La COP llega un año después de que el Gobierno de Al-Sisi lanzara la Estrategia Nacional de Derechos Humanos, ¿cómo está la situación?

La situación es extremadamente mala. El régimen egipcio se dio cuenta de que su reputación internacional se había vuelto muy mala y ha tratado de hacer una estrategia de marketing. La estrategia fue hecha por el Ministerio de Asuntos Exteriores, así que imagínate. Es sólo un documento del que se ha hecho mucha publicidad y se ha enviado a Occidente como un cambio de actitud. Pero sobre el terreno, no hay absolutamente ningún cambio. 

Desde abril de este año, el gobierno anunció un diálogo nacional en Egipto y prometió liberar muchos detenidos. Según las cifras hasta anteayer, 851 fueron liberados. Pero esta cifra es menos del 2% de los presos políticos. Además, los liberados han sido principalmente famosos. Otra vez, para el marketing internacional. Pero al mismo tiempo, se han detenido a 2.000 personas, así que el número de detenidos está aumentando todos los días. 

¿Cree que habrá movilizaciones en Egipto aprovechando un evento tan grande como la COP y con los ojos del mundo en el país? 

Mucha gente está llamando a manifestarse. Así que ya se está empezando a arrestar a la gente, se está empezando a registrar los teléfonos, a buscar en el Facebook… Si encuentran una llamada a la manifestación o una broma contra el estado, la gente es arrestada y encarcelada por terrorista.

¿Qué opina sobre que el gobierno permita a los extranjeros manifestarse en Sharm el Sheij [sede de la COP 27]? 

Es ridículo que el gobierno permita a los europeos manifestarse, mientras en El Cairo la policía va a las manifestaciones con ametralladoras y hay detenciones masivas. Hasta ahora, no hemos visto a ningún actor político importante que apoye esas manifestaciones. Pero los egipcios están muy enfadados. La gente es muy pobre y la situación económica es terrible. 

Estamos hablando del mayor dilema de la historia actual de Egipto. ¿Cómo se va a enfrentar el gobierno a tanto enfado? Hasta ahora solo tiene una respuesta para eso: más represión, más detenciones, más asesinatos, más desapariciones forzadas.

Ramy Shaath a su llegada a París tras ser deportado

Ramy Shaath a su llegada a París tras ser deportado Amnistía Internacional

¿Cree que habrá una nueva revolución? 

Podría haberlo, pero de lo que estoy seguro es de que va a haber un cambio. No sé si este cambio se producirá a través de una revolución o a través de un cambio desde dentro del sistema, pero el cambio está llegando. Egipto está completamente en bancarrota. La gente está sufriendo económicamente. La sanidad está completamente deteriorada. La educación no existe. Nunca se había llegado hasta este punto en Egipto. 

Los derechos humanos son objeto de greenwashing que en muchas veces está sustentado con dinero (mucho dinero) como ha pasado con Egipto y la COP o con Catar y el mundial de fútbol. ¿No dificulta esto un cambio real al no existir grandes presiones desde fuera?

Te voy a contar una anécdota. Cuando estaba en la cárcel, el presidente francés Macron pidió que todos los presos políticos de Egipto fueran liberados. A mí me nombró personalmente. Al segundo día, los guardias de seguridad de la prisión vinieron y destruyeron mi celda para castigarme porque estaba recibiendo apoyo internacional. No me importaba, yo estaba feliz por haber recibido ese apoyo. 

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Dos semanas después, los oficiales me llamaron a su oficina, me miraron y me dijeron: ‘Rami, ¿crees que a los europeos les importan los derechos humanos? Es sólo una retórica que usan’. Y dije, bueno, si quieres decirme que algunos gobiernos en Europa se preocupan más por su beneficio económico que por los principios y los derechos humanos, probablemente tengas razón, pero los principales sectores de la población europea sí creen en los derechos humanos. En una democracia, esos sectores pueden presionar a sus gobiernos para que cambien de actitud. 

Así que me miró y dijo: ‘Puede que tengas razón, pero nada que nuestro presidente no pueda afrontar con un gran negocio de armas’. Ese es el modelo. Incluso un pequeño oficial de una prisión se dio cuenta de que es inmune, que es responsable de sus crímenes, que puede abusar y torturar a la gente porque sus presidentes van a comprar armas. 

¿Ese fue el modelo para darle a Egipto la COP 27? 

Sí, y el próximo año será en los Emiratos Árabes Unidos. ¿Cómo organizas una reunión en un país que arresta activistas verdes? Conocí a dos conocidos activistas por el medioambiente que han estado en prisión durante los últimos tres años. Es ridículo. ¿Es ese un país para albergar un diálogo sobre el futuro de nuestro planeta? 

Una parte de mí está muy enfadada y una parte de mí se da cuenta de que debido a la guerra en Ucrania y al problema de los combustibles fósiles en todo el mundo, nadie va a tomar ninguna decisión importante en la COP. Y probablemente esa sea una de las razones por las que no les importa que Egipto o los EAU sean anfitriones, porque no va a ser una reunión histórica. Darle una reunión de este tipo a un régimen como el de Egipto es usar eso para hacer greenwashing de los crímenes y darles alfombras rojas y mostrarles una solidaridad que no se merecen.