Los efectos de la DANA de Valencia en el municipio de Paiporta.

Los efectos de la DANA de Valencia en el municipio de Paiporta. EFE

Historias COP30

España, entre los 20 países que más sufrieron el cambio climático en 2024: nos costó más de 9.500 millones de euros

La factura global de 30 años de desastres climáticos asciende a 4,5 billones de dólares; el pasado fue el peor a nivel nacional, pero no el único devastador.

Más información: Las olas de calor y las sequías salen caras: los españoles pagarán más de 30.000M€ por el verano de 2025

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Los datos de la edición de 2026 del Índice de Riesgo Climático Global (Global Climate Risk Index o CRI) presentada en la COP30 de Brasil en la noche del 11 de octubre es tajante: entre 1995 y 2024, 832.000 personas perdieron la vida en todo el mundo debido a más de 9.700 fenómenos meteorológicos extremos.

Estos, a su vez, causaron daños económicos por un total de 4,5 billones de dólares (3,9 billones de euros) cifra ajustada a la evolución de la inflación en estas tres décadas. El análisis, elaborado por Germanwatch desde 2006, sitúa a España en el puesto 24 entre los países más afectados del mundo en las últimas tres décadas.

Nuestro país escala hasta la posición 20 si se tiene en cuenta sólo 2024, uno de los años más devastadores meteorológicamente hablando para nuestro país.

El año pasado, según Laura Schaefer, directora de la División de Política Climática Internacional de Germanwatch, las tormentas habrían causado, "con diferencia, los mayores daños económicos, mientras que las inundaciones fueron las responsables del mayor número de personas afectadas por fenómenos meteorológicos extremos". Señala como ejemplo de "las mayores pérdidas debidas a eventos extremos" los casos de España, Estados Unidos y Brasil.

España, en jaque

En nuestro país, la dana —nuestra "peor catástrofe natural de la historia reciente"—, más allá de las muertes que provocó, tuvo un impacto económico de más de 11.000 millones de dólares (algo más de 9.518 millones de euros).

En el caso de EEUU el huracán Helene fue el más devastador desde el Katrina en 2005, y causó más de 56.000 millones de dólares (48.457 millones de euros) en daños. Milton fue la segunda tormenta más potente en tocar tierra, resultando en una pérdida económica de más de 38.000 millones de dólares (32.870 millones de euros). Por su parte, las inundaciones en Brasil supusieron más de 7.000 millones en daños (6.055 millones de euros).

Schaefer también apunta a que, junto a las tormentas, las olas de calor también "representan la mayor amenaza para la vida humana en lo que respecta a fenómenos meteorológicos extremos".

Los más vulnerables

Más de tres mil millones de personas en todo el planeta vive en uno de los 11 países más afectados por los fenómenos meteorológicos extremos sucedidos en las últimas tres décadas. Esto es, el 40% de la población.

Ninguno de ellos, además, estaría entre las naciones industrializadas. Este ranking lo lidera Dominica, el país caribeño más propenso a sufrir huracanes y lluvias torrenciales.

La isla caribeña es el ejemplo perfecto de cómo un desastre natural tras otro, sin tiempo entre medias para recuperarse, afecta a un país.

Tal y como explica Lina Adil, coautora del índice CRI, "Dominica están a la cabeza del resto de países por el enorme impacto económico de los huracanes en relación con su producto interior bruto. Demuestra que, como asegura la comunidad científica, en un mundo con temperaturas más altas, los ciclones tropicales se vuelven más intensos y destructivos".

Le siguen Myanmar, Honduras, Libia y Haití. Para Vera, asesora principal en Adaptación al Cambio Climático y Derechos Humanos en Germanwatch, recuerda que todos ellos "se enfrentan a retos particulares".

Soluciones en la COP

Künzel insiste en que "cuando se negocia aquí, en la COP, una mayor financiación para hacer frente a las pérdidas y los daños, la atención se centra en países como estos. Sin un apoyo más a largo plazo, que incluya la adaptación a la crisis climática, se enfrentarán a retos insuperables".

Para David Eckstein, asesor principal de Finanzas e Inversiones Climáticas de Germanwatch, "los resultados del CRI 2026 demuestran claramente que la COP30 debe encontrar formas eficaces de cerrar la brecha de ambición global".

Y zanja: "Las emisiones globales deben reducirse de inmediato; de lo contrario, existe el riesgo de que aumente el número de muertes y se produzca un desastre económico en todo el mundo. Al mismo tiempo, deben acelerarse los esfuerzos de adaptación. Deben aplicarse soluciones eficaces para las pérdidas y los daños, y debe proporcionarse una financiación climática adecuada".