Nueve de cada diez fotografías ya se hacen con el móvil, pero la instantaneidad también deja huella digital.

Nueve de cada diez fotografías ya se hacen con el móvil, pero la instantaneidad también deja huella digital. iStock

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El invisible gasto de las fotos que guardamos en el teléfono: como 240 millones de móviles cargando al mismo tiempo

El hábito de guardar sin borrar convierte los recuerdos en una fuente silenciosa de contaminación y en un factor de fatiga emocional.

Más información: Así podría ser el mundo sin bienestar digital: ¿qué borraría si sus datos 'sobrecargasen' la nube y los centros de datos?

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Parece inofensivo: una cena, un paisaje, el cumpleaños de un hijo. Capturamos el momento y seguimos adelante. Pero detrás de cada imagen almacenada en el móvil hay un pequeño coste ambiental que no se ve. En el mundo digital, la huella no la deja el pie, sino el dato.

Según el estudio Uso de la fotografía entre los españoles, llevado a cabo por Cheerz, nueve de cada 10 fotografías ya se hacen con el móvil. Más de 10 billones de imágenes en teléfonos, nubes y discos duros. Solo en España, guardamos más de 30.000 millones.

Tener mil fotos almacenadas equivale al consumo energético de ocho cargas de móvil. Si se multiplica por la cantidad de imágenes que guardamos los españoles, el resultado es comparable a 240 millones de móviles cargando al mismo tiempo.

Todo ello forma parte de una contaminación que no se ve, pero crece rápido: la contaminación digital. Los 25.000 millones de dispositivos inteligentes que hay en el mundo ya son responsables del 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y del 2% del consumo eléctrico mundial.

La nube no es etérea

"Por el hecho de no verlo, creemos que no impacta, pero los centros de datos que almacenan y replican archivos trabajan de forma continua para garantizar esa disponibilidad", explica Qui Marín, directora del Sur de Europa de Cheerz.

"Una sola foto no contamina tanto, pero cuando lo escalamos a millones de usuarios, el volumen se convierte en un problema global", añade.

Borrar fotos, imprimir las que importan y mirar con intención: pequeños gestos hacia una sostenibilidad digital real.

Borrar fotos, imprimir las que importan y mirar con intención: pequeños gestos hacia una sostenibilidad digital real. iStock

Guardar, enviar o sincronizar fotos supone un gasto energético invisible. Cada archivo ocupa espacio en servidores que deben mantenerse encendidos y refrigerados día y noche. Y, en la mayoría de los casos, esa energía no procede de fuentes renovables.

"No se trata de culpabilizar a la foto", explica Marín, "sino de poder devolverle su utilidad. Justamente, el hecho de borrar fotos o tomarlas de una forma consciente es un gesto sencillo que puede tener efectos muy positivos".

El peso emocional

Según el estudio, una de cada tres fotos guardadas en el móvil no tiene ninguna relevancia para sus dueños. "El 63% de los españoles acumula imágenes sin borrarlas periódicamente, y solo un 37% tiene el hábito de eliminar las que no aportan valor", señala Marín.

Pero no se trata solo de energía: también de emociones. "Guardar fotos está asociado a sensaciones gratas —volver a ver un momento feliz, sentirse acompañado o valorado—, y por eso cuesta borrarlas, aunque no signifiquen nada", explica la psicóloga Sarah Reyero Serret, especialista en gestión emocional y miembro de Top Doctors Group.

El problema, advierte la experta, es que "la acumulación de fotos genera ruido mental y estrés, como vivir rodeado de objetos que no usamos, pero no nos atrevemos a tirar".

"Nos cuesta desprendernos de fotos inútiles por miedo al olvido. Creemos que sin ellas no recordaremos qué hicimos o dónde estuvimos. Pero al final ese exceso nos impide disfrutar de los recuerdos que realmente importan", subraya Reyero.

La higiene digital

Marín valora como "el simple hecho de borrar o tomar fotos de forma consciente, optimiza servidores, redes y dispositivos, y nos ayuda a reencontrar el valor real de la fotografía".

"Desde la compañía, además, impulsamos prácticas sostenibles con nuestro programa #DeTodoCorazón, que incluye paquetes 100% reciclados y reciclables, reducción del 25% de residuos, eliminación de plásticos, compensación de emisiones de carbono y certificación FSC® Mix 70% en todos los álbumes", explica la portavoz de Cheerz.

Imprimir recuerdos devuelve a la fotografía su valor emocional y reduce la huella digital de los archivos almacenados.

Imprimir recuerdos devuelve a la fotografía su valor emocional y reduce la huella digital de los archivos almacenados. iStock

Cada vez que borramos una foto, liberamos energía y recuperamos atención. Porque la sostenibilidad no se limita a lo que consumimos o reciclamos, sino también a cómo gestionamos lo que almacenamos.

En un mundo donde cada gesto digital tiene un eco físico, aprender a mirar con menos ruido y más conciencia puede ser el verdadero desafío del siglo XXI. Quizá el próximo acto ecológico no sea plantar un árbol, sino borrar una foto.

Prácticas sencillas

  • Limpie una vez al mes. Borre duplicados, capturas y fotos sin valor.
  • Desactive las copias automáticas. Guarde solo lo que realmente quiera conservar.
  • Haga fotos con intención. No dispares por inercia; sino por emoción o significado.
  • Imprima o guarde solo lo esencial. Recupere el valor del recuerdo físico o digital bien elegido.
  • Use servicios que apuesten por energías renovables o compensación de emisiones.