Un satélite sobre el fondo planetario.

Un satélite sobre el fondo planetario. koto_feja Istock

Historias

Paneles solares en el espacio: así es el plan que promete reducir las necesidades de energía renovable de Europa en un 80%

Un estudio del King's College de Londres revela que esta medida abarataría el sistema energético europeo en un 15% y reduciría el almacenamiento.

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Mariana Goya
Publicada

La generación de energía solar desde el espacio podría convertirse en una de las piezas clave para lograr la descarbonización del continente europeo. O, por lo menos, así lo ha asegurado un estudio publicado recientemente por un grupo de investigadores del King's College de Londres.

Tal y como se muestra en el documento, esta tecnología emergente tendría el potencial de reducir las necesidades de energía renovable terrestre de Europa hasta en un 80%.

Y es que ahora este nuevo hallazgo, publicado en la revista científica Joule, plantea un escenario de ahorro económico y de seguridad energética. Se trata de un contexto que, hasta ahora, no había sido cuantificado en el territorio europeo.

El análisis se centró en un diseño propuesto por la NASA para sistemas de energía solar basados en el espacio. Conocido como RD1, se prevé que podría entrar en uso en torno a 2050.

El modelo consiste en colocar grandes paneles solares en satélites situados en órbita. De este modo, al estar expuestos de manera continua a la radiación solar, captan energía. Además, lo harían sin las interrupciones que provocan en la Tierra, las nubes o el ciclo de día y noche.

A continuación, la energía recolectada se transmitiría a estaciones terrestres. Allí se transformaría en electricidad para integrarse en la red o almacenarse en baterías.

Costes y almacenamiento

Uno de los principales resultados del estudio es que la implantación de esta tecnología podría reducir en más de dos tercios la necesidad de almacenamiento energético en baterías.

Este es un punto clave, ya que precisamente esta reserva es uno de los grandes desafíos de las energías renovables debido a sus costes y a la limitada capacidad tecnológica actual.

Al mismo tiempo, los investigadores estiman que el sistema energético europeo podría abaratarse en torno a un 15% si se incorpora la energía solar espacial.

Un satélite orbitando la Tierra.

Un satélite orbitando la Tierra. imaginima Istock

El ahorro se situaría en aproximadamente 35.900 millones de euros anuales, considerando costes de generación, infraestructura de red y almacenamiento. Se trataría, por tanto, de una herramienta que contribuiría a la sostenibilidad ambiental al mismo tiempo que a la eficiencia económica.

Y así, por primera vez, la ciencia ha logrado demostrar "el impacto positivo que esta tecnología podría tener en Europa".

Porque, como defendía Wei He, autor principal del estudio y profesor titular del Departamento de Ingeniería del King's College de Londres, "si bien su viabilidad aún se encuentra en evaluación, la investigación destaca su enorme potencial económico y ambiental si se adopta".

Hacia el cero neto

En los últimos años, la Unión Europea se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Un hecho que supone la reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, para lograr este objetivo hay que tener algo en cuenta. Y es que esta transición no será posible sin un sistema basado en energías renovables.

Pese a ello, la escala de inversión necesaria y el ritmo de innovación tecnológica representan grandes obstáculos.

En este contexto, la energía solar espacial se perfila como un complemento estratégico. ¿El motivo? No depende de la climatología terrestre ni de los ritmos solares diarios, lo que podría proporcionar un suministro más constante que otras fuentes similares.

Del mismo modo, también contaría con la ventaja de no verse afectada por fenómenos como inundaciones o terremotos. Eventos que, de estar este sistema en la Tierra, podrían dañar la infraestructura energética.

Los desafíos

Sin embargo, a pesar de las promesas que ofrece la energía solar desde el espacio, su desarrollo se encuentra aún en fases preliminares. Existen importantes retos técnicos y logísticos.

Desde la construcción de satélites lo suficientemente grandes y resistentes, hasta el transporte y despliegue en órbita, son muchas las incógnitas que aún no están resueltas en su totalidad.

Al mismo tiempo, se plantean interrogantes sobre la eficiencia de la transmisión de energía a la Tierra y sobre la seguridad de la tecnología.

Y es que el interés por los sistemas de energía solar espacial (SBSP, por sus siglas en inglés) no es nuevo. Diferentes agencias espaciales y gobiernos han explorado su potencial durante décadas, aunque los elevados costes y las dificultades técnicas han retrasado su aplicación práctica.

Pero, ahora, la reciente publicación del estudio del King's College aporta ahora una perspectiva específica para Europa, vinculada directamente con sus objetivos de transición energética.

Esperanza a futuro

Parece que si los avances tecnológicos permiten superar los desafíos actuales, la energía solar espacial podría hacerse realidad. Incluso, indican, se convertiría en un pilar fundamental para cumplir con los compromisos climáticos europeos.

La cuestión es que, al reducir drásticamente la dependencia de renovables terrestres y la necesidad de almacenamiento, se abriría una vía para un sistema energético más estable, resiliente y económico.

Por el momento, se trata de un escenario prospectivo que exige nuevas investigaciones y pruebas en condiciones reales. Sin embargo, los resultados publicados ofrecen una visión optimista sobre cómo las tecnologías espaciales podrían integrarse en la estrategia energética de Europa en las próximas décadas.