Letrero del proyecto medioambiental de Coca-Cola y WWF en la finca  El Bujío/Vegeta.

Letrero del proyecto medioambiental de Coca-Cola y WWF en la finca El Bujío/Vegeta. Imagen cedida por Coca-Cola Cantillana (Sevilla)

Historias

Un electrocardiograma para cultivos y riego por impulso: la iniciativa que salvará Doñana y a los agricultores

A través de este proyecto, Coca-Cola y WWF fomentan la agricultura sostenible andaluza y la recuperación de marismas.

29 marzo, 2023 02:25

España es, junto con Grecia, el país europeo más vulnerable al estrés hídrico —cuando la demanda de agua supera la cantidad disponible—. Y, según un reciente informe de WWF, las provincias más expuestas están en Andalucía. Por eso, Coca-Cola se ha aliado con esta entidad medioambiental en el proyecto Misión Posible: Desafío Guadalquivir. 

Esta unión surge con un objetivo en mente: restaurar las marismas y fomentar el uso eficiente del agua en la citricultura del valle de este río, cuyo cauce discurre por la comunidad autónoma. 

"Llevamos décadas afrontando el desafío de gestionar el uso del agua de manera sostenible para preservar no solo el medioambiente y los ecosistemas, sino también las comunidades en las que operamos", explica Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia.

La iniciativa se viene desarrollando desde 2018 y ha cosechado éxitos en la provincia de Cádiz. Ahora, se actúa en 14 fincas —7 sostenibles y 7 convencionales— sevillanas de cítricos que ocupan, en su conjunto, unas 765 hectáreas. Desde su implementación, el proyecto ha conseguido ahorrar más de 3.552 millones de litros de agua.

Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners, explica el proyecto 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir' en una de las fincas sevillanas que participan.

Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners, explica el proyecto 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir' en una de las fincas sevillanas que participan. Coca-Cola

De la mano de la tecnología de monitorización del riego provista por Hidrosoph, empresa líder en soluciones integrales de gestión de riego eficiente, los agricultores participantes pueden comprobar en tiempo real la humedad en el suelo y el estado de la planta. Así, alcanzan un uso eficiente del agua, mientras se mantiene la producción y calidad de la cosecha de cítricos.

"El problema que hay aquí es una falta de agua, pero gracias a la tecnología de Hidrosoph hemos podido ajustar las dosis de agua e incluso el reparto de agua", explica Rafael Jiménez, agricultor de la Finca El Bujio/Vegeta en Cantillana (Sevilla) y uno de los beneficiarios de la iniciativa.

Vista general del huerto ecológico de Rafael Jiménez, una de las 14 fincas que participan en el proyecto 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir'.

Vista general del huerto ecológico de Rafael Jiménez, una de las 14 fincas que participan en el proyecto 'Misión Posible: Desafío Guadalquivir'. Imagen cedida por Coca-Cola Cantillana (Sevilla)

Antes de implementarla en sus plantaciones de naranjas y mandarinas, el agricultor cuenta que la cantidad de agua que utilizaban para el riego no era la justa y adecuada: se solía regar una vez al día y la cantidad variaba en función de lo que suministraran otros agricultores de la comarca.

"Hemos aprendido que regando por impulso —tres veces en lugar de una al día— se mantiene un poco más la humedad superficial, que es donde está el grueso de las raíces", sostiene el agricultor. Y esto, como cuenta el latifundista, es crucial en los meses de verano, cuando "la curva de humedad desciende muy rápido".

Una tecnología que 'no es nueva'

"Desafío Guadalquivir pone a disposición de los agricultores calendarios de riego que les dicen cuánto hay que regar, cuándo hay que regar y dónde hay que regar", explica María Dolores Jiménez, directora gerente de Hidrosoph. Y esto se logra a través de dos tecnologías que facilitan mediciones a través de una aplicación móvil.

Mediante satélites, "se examina la variabilidad y lo que está ocurriendo en las distintas parcelas: se mide la transpiración de los cultivos, un indicador fundamental para saber si los cultivos están sufriendo estrés hídrico", explica Jiménez. Por otro lado, se ha provisto a los agricultores de sensores en sus terrenos para medir otros indicadores como la humedad, temperatura y drenaje de los suelos de las parcelas.

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"También tenemos dendrómetros, que son una especie de electrocardiograma de la planta, y esto lo contrastamos con los datos de estrés hídrico", añade Jiménez. Gracias a esta recolección de datos, el agricultor tiene en la palma de su mano información en tiempo real y hasta a siete días vista de qué cantidad de agua requieren sus cultivos. 

En declaraciones a EL ESPAÑOL, María Dolores Jiménez, agrónoma de profesión, señala que este tipo de tecnologías de medición hídrica llevan existiendo por lo menos desde que comenzó a monitorizar los suelos hace unos 25 años. "Esta tecnología no es nueva, pero es cierto que es en los últimos años cuando se le ha empezado a dar un uso práctico", añade la experta.  

Una bendición medioambiental

Desafío Guadalquivir, además de generar un impacto positivo en el sustento de los agricultores andaluces, ha supuesto una bendición medioambiental para la biota de la región. "Nos ha demostrado la importancia de relacionarnos con la naturaleza de otra manera, trabajando codo a codo con actores locales como agricultores para reducir el consumo de recursos naturales", explica Felipe Fuentelsaz, coordinador en WWF de la iniciativa. 

La oenegé trabaja directamente sobre la cuenca del Guadalquivir y el parque natural de Doñana, la prioridad a nivel nacional de su programa del agua. "El estuario y el parque nacional de Doñana dependen tanto en cantidad como calidad del agua", señala Fuentelsaz.

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En esta región, WWF desarrolla paralelamente otro programa dedicado a la restauración de los humedales en Trebujena. "Se han conseguido restaurar 6 hectáreas y se han catalogado más de 150 especies, algunas de ellas en peligro de extinción, como la cerceta pardilla", señala Fuentesalaz. También se contribuye a la recuperación de otras especies amenazadas como la anguila europea, el águila imperial, la malvasía cabeciblanca, la cerceta pardilla, la gaviota picofina o el galápago leproso.

En declaraciones previas a ENCLAVE ODS, la investigadora del Departamento de Ecología de Humedales de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), Carmen Díaz-Paniagua, advertía que la situación de este parque nacional está en la sobreexplotación de los recursos subterráneos de la reserva natural. Se han producido numerosas extracciones legales e ilegales que han terminado por secar el valle. 

Y la cantidad insuficiente y calidad desdeñable de las aguas afectan directamente sobre el hábitat de cientos de especies de la zona. "Intentamos poner nuestra experiencia con otras entidades para ver cómo podemos frenar ese problema que tenemos de la mala calidad y cantidad de las aguas del estuario", añade. De esta manera, se allana la senda para que otras entidades privadas y públicas pongan en marcha proyectos similares.