Cristina Landete nació con 500 gramos de peso, a los siete meses sufrió un desprendimiento de las dos retinas quedándose ciega de la noche a la mañana y con 11 años empezó a perder la audición en cuestión de semanas. Sin embargo, a pesar de los obstáculos que la vida le ha puesto por delante, esta albaceteña se ha convertido en todo un ejemplo de superación siendo la primera y única persona sordociega que compite a caballo en nuestro país. "Está abriendo un mundo para este colectivo", cuenta su madre, María Ángeles Prieto.

Fue a los tres años cuando Cristina se subió a un caballo por primera vez para practicar hipoterapia, una técnica de rehabilitación que estimula la psicomotricidad. "A esa edad empezó a ver bultos y colores, pero no tenía equilibrio. Yo había montado de joven y pensé que sería una buena herramienta para ella", explica María Ángeles. A partir de ahí, la niña "empezó a ganar confianza y mejoró muchísimo su estabilidad". Pero ocho años más tarde, a modo de bofetada, su vida volvió a dar un giro de 180 grados. 

Los comienzos de Cristina montando a caballo.

Los comienzos de Cristina montando a caballo.

"Fuimos a una revisión y en apenas dos semanas había perdido 85 decibelios en un oído y 90 en el otro. El otorrino nos dijo que tenía que ver con el sistema nervioso y que era algo degenerativo", relata su madre, que recuerda la salida de aquella consulta como uno de los peores momentos de su vida. "Se infló a llorar y me dijo: «Mamá, ¿es que aparte de ciega me voy a quedar sorda?». Se me encogió el alma".

Ahora, la joven escucha a través de unos audífonos, pero tanto su familia como ella han tenido que aprender a comunicarse con el dactilológico en palma -un abecedario para personas sordociegas que consiste en deletrear el mensaje en la mano-, ya que a pesar de conservar un grado de escucha ha perdido capacidad de entendimiento. Además, María Ángeles ha estudiado mediación comunicativa para poder ayudarla.

La joven acompañada por su madre, María Ángeles Prieto.

La joven acompañada por su madre, María Ángeles Prieto.

Aun así, lejos de suponer un trauma para la adolescente, estas dificultades le han servido como impulso para perseguir sus sueños con más fuerza si cabe.

Memoriza los pasos del caballo 

Después de haber montado a caballo durante toda su infancia, Cristina llegó hace un año y medio al Centro Ecuestre El Tomillar (Albacete) dispuesta a competir. Así, con apenas 14 años se ha convertido en la primera persona con sordoceguera que concursa en paraecuestre en España, algo que ha supuesto todo un reto para ella, pero también para su entrenadora, Laura Sánchez. "Nunca había tenido un caso como el suyo. Hemos tenido que improvisar e ir aprendiendo a base de ensayo-error", cuenta. 

Familiares de Cristina junto a sus entrenadores y una compañera.

Familiares de Cristina junto a sus entrenadores y una compañera.

Al principio, probaron con colores llamativos y sonidos ensayando qué método era el más conveniente, pero finalmente recurrieron a una fórmula mental: memoriza los pasos que da el caballo de una letra a otra para saber cuándo tiene que hacer un círculo o una serpentina. "Hemos tenido que buscar técnicas que le funcionen a ella y que también nos permita el jurado, porque no todas son válidas", explica Laura, que le acompaña siempre a pie de pista indicándole la letra en la que está con un dibujo en la pierna.

Cabe destacar que al ser la primera chica que ha empezado a competir con sordoceguera, no hay ningún anexo en el reglamento para este tipo de discapacidad.

"Intento que se olvide de su alrededor"

Aunque Cristina se ha adaptado bien a esta técnica y está consiguiendo muy buenos resultados, su entrenadora admite que hay algunas dificultades que no se pueden controlar. "El caballo no tiene siempre la misma amplitud de tranco porque hay pistas más grandes que otras. También es complicado si hay viento porque ella no nos escucha bien con los audífonos", señala. No obstante, ambas están trabajando mucho la confianza para que los nervios no le jueguen una mala pasada. "Intento que se olvide de todo lo que tiene alrededor y que vaya muy atenta al animal", explica Laura, que reconoce que por ahora se está desenvolviendo "mejor de lo que esperábamos".

Cristina recogiendo un premio tras una competición.

Cristina recogiendo un premio tras una competición.

En este momento, la albaceteña compite en la Liga Pegaso, un campeonato nacional de doma clásica que consta de cinco concursos en los que está obteniendo "excelentes medias". Además, se encuentra entre las candidatas a los premios Women's Sports Institute, una nueva iniciativa que reconoce a mujeres deportistas federadas. Pero cuando alguien le dice que es un referente, su respuesta es que "hay otras muchas personas con discapacidad que también lo son".

Buscan ayuda para seguir compitiendo

Para Cristina, montar a caballo "lo es todo", pero a las dificultades de practicar este deporte con sordoceguera también se suma el factor económico. "Los gastos se disparan cuando empiezas a competir. Solo el porte de un caballo ya cuesta un dineral", señala María Ángeles. Así, para que la joven pueda seguir en la liga paraecuestre, su familia ha lanzado una campaña para buscar mecenas. "Son como patrocinadores, pero la diferencia es que no existe ningún tipo de contrato con ellos", explica. 

Hasta el momento, ya se han sumado algunos como Pripimar S.L., Maxipiensos, Tapería Chicago, La Otra Óptica, Clínica Veterinaria San Huberto, Albacete Apadrina, el actor Luis Fernández de Eribe, el fotógrafo Paco López y, cómo no, el Centro Ecuestre El Tomillar y Tasca La Salud.

Cristina cepillando al caballo en El Tomillar.

Cristina cepillando al caballo en El Tomillar.

De cara al futuro, una vez finalizada la Liga Pegaso, esperan empezar a competir en territoriales para seguir avanzando y llegar a la liga nacional. Pero ahora, según afirma Laura, "lo importante es disfrutar el momento". "La idea es trabajar para llegar lo más lejos que se pueda, pero aprovechando y agradeciendo cada paso que damos, porque lo que tenemos hoy es mucho más de lo que esperábamos en un principio".

No cabe duda de que Cristina es todo un referente en el mundo del deporte y en la vida en general. El claro ejemplo de que querer es poder y de que con esfuerzo e ilusión todo se consigue. La gran historia de una niña que ha conseguido superar con una sonrisa todas las adversidades que se le han puesto por delante y que ha demostrado que el sacrificio está por encima de cualquier discapacidad.