Hay gente haciéndose cruces con ese audio filtrado del CEO de la empresa que gestiona el hospital de Torrejón y en el que deja muy claro que les interesa aumentar las listas de espera de la sanidad pública, para llevarse más pasta, y que les interesa rechazar pacientes/clientes que no aportan suficiente dinero a sus arcas.

¿De qué se sorprenden? Esa es la privatización de la sanidad pública. Convertir la sanidad en un negocio y a nosotros en sus clientes. De ahí los 4 000 millones de euros que se ha embolsado Quirón con Diaz Ayuso y de ahí muchas de las cosas que están pasando en Valencia, en Andalucía y también en algunos casos en Castilla-La Mancha.

Eso no es ninguna sorpresa. Pero hablemos de otras cosas que también son negocio en la sanidad pública, privada o híbrida. Habrán observado a su alrededor en los últimos meses, quizá ya algún año, como algunos de sus amigos o conocidos han perdido mucho peso. Gente que ha perdido 12, 17, 25 kilos... En su mayoría, los que han tenido estas pérdidas de peso tan significativas lo han conseguido gracias a un medicamento que se llama Mounjaro u otros similares. Esos medicamentos que en principio eran para diabéticos y han derivado en adelgazantes.

Es un medicamento que se compra con receta. Esa receta te la puede facilitar el médico de familia cuando tu masa corporal es superior a lo normal, o mejor dicho, a lo habitual, pero la medicación la pagas tú. ¿Saben cuánto vale ese medicamento inyectable para rebajar su peso? Pues en torno a 350 o 400 euros al mes. Durante al menos un año, hagan las cuentas. Hay farmacéuticas que están haciendo un negocio redondo con el beneplácito de la sanidad pública.

Soy la primera defensora de que a aquellas personas cuyo peso les esté suponiendo un problema de salud le pongan remedio mediante los medicamentos que sean necesarios. Pero, ¿de verdad todos los que están pinchando este tipo de medicación para adelgazar lo necesitan? ¿No hay otras formas de perder peso? ¿No es criticable y enrevesado que solo puedan adelgazar con esa facilidad los que se lo pueden pagar? Más de 4 000 euros al año en inyecciones adelgazantes no es precisamente un precio popular.

Otra curiosa forma de hacer negocio en la sanidad es la de los complementos. Complementos alimenticios, complementos energéticos, complementos para la menopausia, para la tercera edad. Estamos en las mismas. No estoy diciendo que todos los médicos lo hagan, que quede muy claro, ya tengo a bastantes colectivos cabreados. Pero, ¿les suena ir a la consulta de algún especialista y que además del tratamiento indicado le recomiende tomarse algún suplemento que mejore sus síntomas? A mí me ha pasado. Complementos naturales para mejorar los síntomas de la menopausia que te cuestan entre 30 y 45 euros al mes, complementos multivitaminas que te pueden costar entre 20 y 30 euros para los mayores de 50 años. ¿Eso no es hacer negocio con la sanidad también?

Esa fina línea que separa, a veces, la espectacular labor de la medicina del negocio de las farmacéuticas me genera algunos dolores de cabeza. A ver si me mandan algún suplemento. Me llamo Ángeles y estos son mis demonios.