Rodrygo celebra su gol ante la tristeza de Araujo

Rodrygo celebra su gol ante la tristeza de Araujo REUTERS

Fútbol SUPERCOPA DE ESPAÑA

Los secretos de una Supercopa que encumbra al Real Madrid y hunde el proyecto del Barcelona

La final dejó clara la gran diferencia que existe entre el equipo de Carlo Ancelotti y el de Xavi Hernández en la actualidad.

15 enero, 2024 02:09
Real Madrid 4-1 Barcelona final de la Supercopa de España

La final de la Supercopa de España fue un claro reflejo de los que son ahora mismo el Real Madrid y el FC Barcelona. Dos clubes antagónicos, tanto a nivel deportivo como a nivel institucional. El proyecto del Madrid se encumbró después de la exhibición en el Al-Awwal Park. El del Barça se confirmó como un proyecto sin rumbo y a la deriva en el que su capitán está al borde del abismo.

Lejos queda ya aquel Barça que enamoraba a todos y superaba a los más grandes de Europa. Los problemas económicos y la mala reestructuración deportiva han convertido un equipo ganador en uno muy vulnerable. El Real Madrid descosió por completo a su rival en la final de Riad. Los de Ancelotti se erigieron como un club grande. Enorme. El ADN y la clave del Madrid. Regenerarse y seguir creciendo desde el éxito, no desde la derrota.

En la final de la Supercopa el Real Madrid superó en todos los aspectos a su eterno rival. A nivel físico, a nivel táctico, a nivel individual... No hubo color en un choque en el que Carlo Ancelotti hizo de maestro ante Xavi, aquel técnico al que calificaban como el alumno aventajado de la escuela del cruyffismo en el Barça.

El técnico italiano jugó a la perfección sus cartas frente al cuadro culé. Planteó un inicio de partido con un ritmo asfixiante que pilló totalmente desprevenido a los azulgranas. A los diez minutos la ventaja ya era de dos goles y el plan de Ancelotti entró en la fase 2. 

Esta consistía en ceder el balón al Barça y permitir que llevaran la iniciativa. Eso cortocircuitó al conjunto de Xavi, completamente inoperante a la hora de crear juego. No es para menos. A Pedri le faltaba mucho ritmo de juego, Sergi Roberto era comido por la exuberancia física blanca y arriba los atacantes no ofrecían los apoyos suficientes para encontrar la superioridad numérica. Le salió el perfecto el plan a Ancelotti, que hizo mucho daño con unas transiciones vertiginosas.

Real Madrid 4-1 Barcelona final de la Supercopa de España

La superioridad blanca a lo largo de toda la final de la Supercopa se evidenció no sólo en la cantidad de ocasiones generadas, sino en la calidad de todas ellas. Los blancos dispararon 18 veces por 12 de los culés, pero en la peligrosidad de los remates no hubo color. Las del Madrid fueron ocasiones muy claras, dejando en evidencia el mal hacer defensivo del Barça. 

Inoperancia defensiva

Esa fue, sin duda, otra de las conclusiones que deja la final de la Supercopa. El Real Madrid defiende como un equipo ganador. Va a todas, sin miedo, y con la seguridad de que saldrán victoriosos en cada duelo que disputen.

Por su parte, el Barça fue todo lo contrario. No sólo en este encuentro, está siendo así durante toda la temporada. Defensivamente son un equipo blando que pierde todas las disputas y muestra siempre una sensación de fragilidad alarmante.

El ejemplo más claro que escenifica todo esto es el rendimiento de Ronald Araujo. En los últimos tiempos, el central uruguayo había sido el mejor antídoto para frenar a Vinicius. Incluso Xavi le movía de su posición natural a la de lateral para frenar todas las acometidas del crack brasileño. Le solía salir bien, pero en la final de la Supercopa se vio totalmente superado.

No pudo parar a Vinicius en ningún momento. Vini se marchó de él siempre que quiso y tuvo la torpeza de cometer el penalti que a la postre sirvió a los blancos para poner el 3-1 y dejar la final casi sentenciada. Cerró una noche para olvidar con su expulsión en el minuto 71 de juego. Llegó tras una dura entrada por detrás a Vinicius. Se marchó cabizbajo y consciente de que su nivel está muy lejos de lo deseado. Quien sabe si el problema está en que su mente está más en Múnich que en Barcelona.

Pero no es únicamente Araujo. Koundé se mostró desacertado, al igual que un Christensen lentísimo. Balde, el arma ofensiva de la zaga culé tampoco se asomó en ningún momento de la final. Esto choca con el nivel defensivo de los de Ancelotti. Rudiger está a un nivel de mejor central del mundo, Carvajal está viviendo una segunda juventud y Mendy está recuperando su mejor versión.

Sin calidad individual

La final de la Supercopa dejó de manifiesto la ausencia total de calidad individual del Barça. Puede parecer un tema menor, pero el fútbol es un deporte de detalles y muchas veces es una genialidad de un futbolista la que desatasca un partido igualado. Que se lo digan a Messi, experto en sacar las castañas del fuego del Barça.

Ya no queda ni rastro de eso en el club azulgrana. Un pequeño atisbo fue el tanto de Lewandowski. Un gol surgido de la nada, propio de un crack mundial, pero que por desgracia para los culés es algo que el delantero polaco hace cada vez con menos frecuencia. Joao Félix ni aparece ni se le espera, Gündogan no marca las diferencias como en el Manchester City... Falta un jugador diferencial en el Barcelona.

En el Real Madrid ocurre todo lo contrario. El conjunto dirigido por Ancelotti es un equipo plagado de estrellas que son capaces de decantar la balanza de su lado en una simple acción. Vinicius se saca de la nada una carrera y una definición 'gourmet', Rodrygo deja sentado a un jugador con un recorte precioso, Bellingham te aparece por sorpresa cuando menos te lo esperas. Y así, otros muchos futbolistas que marcan la diferencia.

La temporada es larga y todavía está todo el pescado por vender. Pero lo que parece evidente es que un equipo, el Real Madrid, se va acercando poco a poco a la excelencia, mientras que el Barça no hace más que seguir cavando el hoyo en el que se está metiendo en los próximos años. Se avecinan grandes momentos en el Real Madrid y se intuyen tiempos de crisis en el FC Barcelona. El tiempo dictará sentencia.