Pedro Schwartz

Diestro economista y avezado historiador, el profesor Pedro Schwartz (Maddrid, 1935) nunca le ha hecho ascos a bajar al ruedo de la divulgación: lo hace regularmente con elegante paciencia en la prensa, la radio y la televisión. En este libro pone a prueba su pericia explicando de forma entretenida y didáctica nociones elementales de economía al alcance de José Luis Rodríguez Zapatero y sus sucesores. ¡Si tan solo alguno de ellos escuchara!

El libro tiene tres partes, o tres tardes. Preguntará usted: ¿no eran dos? Sí, pero con las dos primeras ya basta para que los políticos aprendan la lección más importante: no hacer daño. La primera tarde responde a la cuestión: ¿qué nos ha pasado? Explica el origen de la crisis, que no estribó en el mercado libre sino en el intervencionismo público; recuerda momentos tan bochornosos como el debate Solbes/Pizarro, sobre el cual, que sepamos, el ex ministro nunca se disculpó; y denuncia la enorme irresponsabilidad de Zapatero al tiempo que da cuenta de sus últimos vaivenes.

La segunda tarde trata de lo que hay que olvidar, a saber, las fantasías de que la expansión monetaria genera riqueza, o que el ser humano es una amenaza para el mundo natural, o que el capitalismo es el epítome del mal, o que el Gobierno debe usurpar los bienes de los ciudadanos para redistribuirlos. Cogiendo el toro por los cuernos, refuta la esencia del Estado del Bienestar, que no promueve la libertad sino que impone un benévolo totalitarismo, y sus administradores "prohíben el tabaco, combaten la obesidad, forman la ciudadanía, facilitan el aborto de menores, enseñan nuevas conductas sexuales a los colegiales, imponen la lengua, declaran estados de alarma, y utilizan el impuesto para financiar los proyectos y películas de sus amigos".

La tercera tarde se dedica a exponer la macroeconomía en diez pasos: 1) la soberanía del individuo y la dificultad de planificar la economía en su conjunto; 2) la importancia de una economía abierta, porque el señuelo de la "competitividad" oculta la clave, que es una economía más abierta a la competencia; 3) la moneda segura, estable y el sistema de pagos en buen funcionamiento; 4) el mercado de trabajo y la reivindicación de Friedman a propósito de la supuesta relación inversa entre inflación y paro; 5) el constructivismo monetario y las reglas del euro; 6) cómo no combatir el ciclo económico; 7) Julian Simon y los límites del crecimiento; 8) los faros de Samuelson (y Coase) y el gasto público; 9) los límites de la deuda pública, y 10) la enseñanza de Lucas: evitar las medidas aisladas y crear un régimen de reglas simples y estables.

Alguien podrá expresar recelo: ¡este es un libro para liberales! Pues no, no lo es. Este es un libro para liberales, para socialistas y para conservadores. Su objetivo fundamental no es propiciar unos valores determinados sino explicar las verdades de una disciplina que a menudo es muy equivocadamente confundida con la mera aplicación del sentido común. Cuando así sucede, y cuando los que incurren en el error son los que mandan, abren la puerta a grandes catástrofes que termina pagando el pueblo.