100 años de 'The New Yorker' a través de sus portadas más icónicas

Fundada en 1925 por Harold Ross, el primer número de The New Yorker vio la luz el
21 de febrero con la consigna de "aportar conocimiento sin pedantería"; con reportajes periodísticos, relatos de ficción y viñetas de humor. Lo que entonces parecía un suicidio comercial pronto se convirtió en emblema cultural de una ciudad, Nueva York, y de un país.

Literatura y periodismo han ido siempre de la mano en una revista que es ya referente
de la cultura occidental del siglo XX. A sangre fría, de Truman Capote, fue publicado
por primera vez en fragmentos en la revista. Y no fue el único escritor de prestigio en
participar en sus páginas: J. D. Salinger, John Cheever, Shirley Jackson y John Updike
son algunos de sus insignes colaboradores.

La calidad de sus artículos ha competido con la de sus portadas. La primera fue obra
de Rea Irving y, desde entonces, ilustradores míticos como Saul Steinberg, Art
Spiegelman, Eric Drooker, Adrian Tomine, Roz Chast, Chris Ware y los españoles
Javier Mariscal y Ana Juan han realizado algunas de las mejores cubiertas de la
historia de esta publicación.

Con motivo de su centenario, la editorial Libros Walden recupera para el lector español
Mis años con Ross, una suerte de biografía del fundador de la revista, escrita por
James Thurber, humorista gráfico y editor jefe del New Yorker durante 25 años. Un
vívido retrato de la vida cultural en Nueva York durante la primera mitad del siglo XX.
Además, la Universidad Autónoma de Barcelona celebra una exposición con una
selección de sus portadas. He aquí 20 de las más icónicas.